Para ser la empresa que puso la palabra “algoritmo” en nuestro lenguaje cotidiano, el servicio de streaming de Amazon es bastante poco inteligente. A su catálogo relativamente corto se le suma que no logran promocionar el buen material que tienen. Tal es el caso de una comedia negra con un formato sumamente original, emitida entre junio y agosto, y protagonizada por una actriz que ganó el Emmy por su actuación en 2020. Encontré esta serie revisando las diferentes categorías de Prime Video como quien busca petróleo, y agradezcan que había oído hablar de ella, porque no tenía destaque alguno.
Durante seis temporadas y 80 episodios, la actriz Annie Murphy fue Alexis, la hija frívola de una familia de millonarios caída en desgracia en la sitcom Schitt’s Creek, título que aquí no es tan conocido porque integra el catálogo de Paramount+. Luego del final (feliz) se anunció su incorporación en Kevin Can F**k Himself, que si bien tiene tintes de comedia, la obliga a un espectro de actuación mucho más extenso. Y Murphy no sólo salva con honores, sino que es capaz de hacer que nos olvidemos inmediatamente de Alexis.
El primer gancho de esta serie es el formato. La protagonista es Allison, una típica ama de casa de comedias de los años 90 y principios de este siglo. Esto significa que está casada con un bueno para nada que se cree más gracioso de lo que es y de quien todo el tiempo pensamos “no se la merece”. El actor que mejor representó esta tendencia fue Kevin James, protagonista de The King of Queens, por lo que no debería sorprender a nadie que su nombre haya sido usado para el bueno para nada de turno.
Claro que nuestro Kevin (Eric Petersen) es una versión exagerada de todos los Kevin. Es aún más torpe, más tonto, está convencido de ser la persona más inteligente de cada conversación y, por si fuera poco, siempre termina ganando. Esto lo vemos con una fotografía que imita a las sitcoms tradicionales, incluyendo filmación a múltiples cámaras, una iluminación que no deja la menor sombra y un montón de risas enlatadas de fondo.
Pero no todo Kevin Can F**k Himself transcurre en ese mundo tan artificial. Cuando el hombre de la casa abandona la habitación, los colores se apagan, la música cambia, las risas desaparecen y hasta vemos esa pared que las cámaras nunca muestran, porque están fijas. Comienza el drama. El drama de Allison, que no puede tolerar un segundo más al lado de su esposo y empieza a considerar seriamente las formas de escapar de esa relación.
Si la comedia es una caricatura de la comedia, el drama está en su justa medida. No hay grandes diferencias entre el mundo sans Kevin de la pobre mujer y productos de Netflix o de la propia cadena AMC, que emite el programa en Estados Unidos. En esta perspectiva de su vida, Allison buscará formar alianzas, primero para dejar de sufrir la soledad y después para comenzar con el plan de liberación. Allí cobrará especial importancia el papel de su vecina Patty (Mary Hollis Inboden), quien tendrá sus propios problemas que resolver.
Esta primera temporada de ocho episodios comienza con mucha fuerza, aunque luego la dimensión dramática se vuelve demasiado unidireccional, con una trama relacionada con las drogas que termina comiéndose muchísimo tiempo del total. Mientras tanto, la dimensión cómica apela a los clichés del género, como la disfrutable escena de los dos compromisos a los que Kevin debe asistir al mismo tiempo, coronada por el típico cameo de una celebridad del deporte.
Una vez que nos acostumbramos a la novelería, el formato puede ser algo extenso para 44 minutos por entrega, máxime cuando el drama no presenta mayores sorpresas en su ejecución. Pero si logramos bajar el ritmo, podremos disfrutar de la capacidad de Annie Murphy para construir a esa mujer enjaulada que intentará dar sus primeros zarpazos cuando se vea atrapada en un rincón. La promesa de una segunda temporada también nos priva de algunos cierres, pero es de esperar que la trama principal se resuelva cuando Kevin Can F**k Himself regrese y Amazon se digne a hacérnoslo saber.
Kevin can F*** Himself, creada por Valerie Armstrong. Ocho episodios de 45 minutos (aproximadamente). En Prime Video.