Hace 25 años, en donde la peatonal Sarandí se cruza con la calle Bacacay, dos jóvenes a mano armada con sus violines solían interpretar versiones de dos canciones muy populares pero de tiempos y espacios bien distintos: “La bestia pop”, de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, y “Eleanor Rigby”, de The Beatles. Las versiones eran puramente instrumentales, por lo que de canciones pasaban a transformarse en algo así como piezas. El dúo estaba conformado por Mario Gulla y Fernando Rosa, la semilla de lo que a la postre fue El Club de Tobi. Al principio no se plantearon “vamos a hacer un cuarteto de cuerdas”: simplemente era un grupo de amigos, compañeros en una orquesta sinfónica juvenil, que después de los ensayos salían a tomar cerveza y compartían música en común.

Rosa recuerda que cuando empezaron eran dos violines y dos violonchelos, que no es la formación del cuarteto de cuerdas clásico, y no tenían referencias a la hora de encarar música popular en ese formato. Señala que había algunos antecedentes vernáculos, como la Camerata de Punta del Este, “salvando las enormes diferencias”, pero era un “grupo de cámara orientado al tango, completamente diferente”. “Nosotros desde el principio nos orientamos al rock y al candombe, a estilos musicales que no tienen absolutamente nada que ver con la tradición clásica”, acota.

En el año 2000 arrancaron a tener la formación de cuarteto clásico (dos violines, viola y chelo) y en 2003 editaron su primer álbum, Anselmo, donde incluyeron, por supuesto, versiones de aquellas dos canciones que hacían en la peatonal, pero también interpretaciones de temas uruguayos, como “Gurisito”, de Daniel Viglietti, y “Canción para renacer”, de Eduardo Mateo. También “Stir it up”, de Bob Marley, y “Foxy Lady”, de Jimi Hendrix.

Luego lanzaron Aldorio (2005), que incluía una vivaz versión de “Vencedores vencidos”, otro himno ricotero, que dio a conocer al grupo de cuerdas en la vecina orilla, sobre todo porque el por entonces popular programa de televisión TVR (Televisión Registrada, que se emitía por Canal 13) la usaba como cortina de presentación. Rosa recuerda que incluso fueron invitados al estudio donde se hacía el programa y grabaron una versión en vivo del tema. Agrega que en Argentina esa versión es prácticamente lo único que ha tenido visibilidad de su música y piensa que se debe a que llama la atención la supuesta contradicción entre ambos mundos: la mística ricotera, totalmente masiva, con un encare de cuarteto de cuerdas clásico.

Para el quinto disco del grupo, Aquel (2015), que por ahora es el último, El Club de Tobi integró percusión definitivamente y grabó sólo composiciones propias –en los álbumes anteriores mechaban propias con ajenas–. Rosa cuenta que desde que empezaron con el grupo tenían composiciones originales, pero no siempre llegaron a los discos, porque se hacen más difíciles de digerir para el público.

“Es música instrumental y los temas propios son aún más difíciles para la oreja del que escucha, porque ni siquiera se puede recostar en una melodía que ya conoce. Nosotros tocamos una música y la gente está escuchando la letra de la canción en su cabeza, aunque en realidad no la estamos tocando; entonces, al sacarle todo eso, es más difícil de asimilar”, señala. Entre los temas propios del disco Aquel está “Cumbia”, ubicado dentro del género que le da título, que fue compuesto hace como 20 años. Siempre lo tocaban en broma, hasta que se lo tomaron en serio y lo grabaron. “Nos salió una cumbia demasiado refinada, elegante, de salón”, acota el músico.

En 1996 apenas había internet y el streaming infinito de música en la palma de la mano era de ciencia ficción, por lo que El Club de Tobi no tuvo ninguna referencia concreta de cuartetos de cuerdas que interpretaran música popular. Pero en los albores de este siglo los discos de homenajes (o tributos, como les llaman algunos) a bandas de rock y pop anglosajonas a cargo del Vitamin String Quartet o similares se volvieron omnipresentes. Hay para todos los gustos, discos enteros dedicados a Madonna, Led Zeppelin, AC/DC, Nirvana, Kiss, Limp Bizkit, Morrisey y cualquier otro artista que se les ocurra.

La forma de la interpretación en todos los casos es igual: se transcribe la canción original nota por nota y se pasa al cuarteto de cuerdas. Rosa dice que desde que se empezaron a poner de moda esos discos tributo le parecieron “realmente malísimos”, porque se trataba, claramente, “de un emprendimiento comercial”. “Estaban tocados sin alma, combinaban lo monótono y repetitivo del rock con lo acartonado y lavado del cuarteto de cuerdas. Me gustaría creer que nosotros hacemos exactamente lo contrario: al tocar un tema de Hendrix, por ejemplo, no transcribimos nota por nota el solo de Hendrix, sino más bien tratamos de capturar el espíritu y la energía del artista”, dice Rosa.

El Club de Tobi, hoy, sábado, a las 21.00 en Mini Bar (21 de Setiembre y Coronel Mora). Entradas por Abitab a $ 350.


El Cuarteto de Nos

El grupo comandado por Roberto Musso se presentará hoy a las 21.30 en el hotel Enjoy de Punta del Este, con entradas por Abitab a $ 1.250 y $ 1.650.

Emiliano Muñoz, Mario Carrero, Freddy Bessio y Eduardo Larbanois

Emiliano Muñoz, Mario Carrero, Freddy Bessio y Eduardo Larbanois

Foto: Natalia Rovira

4 en Línea

El proyecto que unió a Eduardo Larbanois y Mario Carrero con los murguistas Emiliano Muñoz y Freddy Zurdo Bessio está cumpliendo diez años y lo festejan a toda pompa, hoy a las 21.00 en el Antel Arena. Las entradas se venden por Tickantel y van desde $ 600 a $ 1.950.

El Plan de la Mariposa

La banda de rock argentino vuelve a Montevideo para presentar su quinto y nuevo disco, Estado de enlace (2020), hoy a las 21.00 en Sala del Museo, con entradas por Abitab a $ 700. El septeto fundado por los cinco hermanos Andersen acaba de realizar el lanzamiento de Enlace en estado vivo, una sesión y álbum doble en vivo del registro de su singular show por streaming de noviembre. “Una puesta escenográfica distinta, especialmente diseñada para esta propuesta, donde el arte en todas sus variantes acompañó la fuerza de las canciones, afirmando la esencia creativa del proyecto”, se publicita.

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