Un largo proceso de investigación ha llevado a Santi Senso a crear un lenguaje que fusiona teatro, danza, pintura, fotografía y escultura. Holocausto del amor es una dramaturgia viva en la cual el dramaturgo, actor y docente extremeño propone que el público se pregunte “qué pasaría si no existiese el amor, qué pasaría si tuviéramos hijos sin amor, si trabajáramos sin amor”.
Es una oportunidad para responder algunas de las incógnitas sobre un tema que nos atraviesa a todos: el del amor y el desamor, dos pulsiones que tensan los límites de la vida y que han generado tantas controversias a lo largo de la historia. Desde la perspectiva de Senso la obra “es una alegoría al amor eterno, al legado que dejamos y a la necesidad objetiva de este para mantener la existencia universal, pues sin ese sentimiento desaparecería cualquier atisbo de vida”. El título de la obra instala, desde el oxímoron, dos términos que al juntarse se resignifican. Senso propone cambiar el paradigma de la palabra “holocausto” para darle mayor fuerza a la palabra “amor”.
La obra está organizada en “actos íntimos” que juegan con esa idea, subrayando siempre la perspectiva del amor. El holocausto del amor trabaja con testimonios reales para construir ese concepto de dramaturgia viva, que busca transitar del dolor hacia la sanación. El dramaturgo trae la cuestión de que el amor es el único lugar posible para superar esa eterna percepción de que la lucha es una forma de existencia.
En la puesta nos encontramos con un espacio tomado por cuerpos que no tienen identidad y que podrían no estar vivos. La imagen del holocausto en un personaje que para existir debe respirar con una mascarilla nos recuerda lo cercano que estamos de perderlo todo. La música instala un clima de incertidumbre, le da fuerza al cuadro que impacta sobre la emoción del espectador. El movimiento comienza como un aliento de vida, de desesperada necesidad del otro.
Esta propuesta de teatro combinado juega con proyecciones que despiertan la idea del holocausto a través de imágenes de destrucción de espacios que podían haber sido un hogar.
El público es parte de todo, el público es testigo y es cuerpo en escena; tal vez por eso la sensación de opresión definida por la desesperación de los personajes y la rabia por lo que se puede perder se amplifican tanto en el cuerpo del que hace como del que mira.
En El holocausto del amor, los actores son parte de la dramaturgia porque comprometen en escena sus propias vivencias. En ese proceso descubrimos que el riesgo de vaciamiento del amor puede llegar a ser el último de los holocaustos. La obra es un desesperado grito de alerta sobre lo que puede suceder ante la extinción del amor. Hay en ella un cierto activismo del amor que funciona como una oportunidad para salvar a la humanidad.
La distancia territorial puede traernos la riqueza de una perspectiva distinta sobre el amor, pero también nos reencuentra con un tema que nos abarca a todos y que nos une como especie. El encuentro con Santi Senso es una de esas oportunidades.
Senso, además de escribir y dirigir, está en escena junto con Leonardo Abenante Carrasco, Santiago Alegre, Emiliano Bentancor Risso, Luana Bidegain, Nicolás Camps, Amalia Ferrari, Silvana Gambardello, Alicia Iglesias, Yazmín Márquez, María Pons, Elena Ricaud y Cecilia Villar.
Visitante asiduo
El artista español viene a nuestro país, al que llama “paisazo”, desde hace siete años, a los que la pandemia apenas les puso un pequeño hiato, ya que en diciembre de 2020 estuvo en Montevideo para, entre otras actividades, filmar cortos en la Escuela Dodecá, hacer una intervención urbana junto con el colectivo Licuado y presentar en el teatro Stella su obra Cuerpo vivo. Cuerpo encerrado. Cuerpo muerto.
“Nunca hago nada para llamar la atención y eso es lo que más llama la atención”, dijo hace unas semanas en entrevista con el medio El Plural. “Nunca he estudiado en una escuela ni de cine ni de teatro ni de nada, entonces de pronto he trabajado en musicales, he trabajado en el cine, en televisión, con pintores, con músicos, con cantantes, con bailarines”, decía a Mooby.es.
En esta oportunidad se encuentra aquí desde el 24 de noviembre dando talleres con actores uruguayos. Aunque la última función de la obra es hoy, sus actividades continuarán por todo el mes. El 4, 5 y 6 de diciembre dará talleres de cine en la Escuela Dodecá; el 9 de diciembre, en Alejandría Café de las Artes, presentará su libro Parir, volver al vientre, en el que invita a las personas a adentrarse en el vientre de Badajoz como una forma de morir antes de renacer, mientras que el 18 de diciembre impartirá un taller de teatro llamado “La vulnerabilidad en escena” en Teatro al Sur, en Atlántida.
La última función de El holocausto del amor es este sábado a las 20.00 en el Auditorio Vaz Ferreira de la Biblioteca Nacional. Entradas a $ 450 en Tickantel.