El premio Montevideo de Artes Visuales, que continúa al Salón Municipal de Arte, llegó a su edición 50 este año.
El jurado, compuesto por la argentina Florencia Battiti, el brasileño Cao Guimarães y Emma Sanguinetti, eligió como ganadora a la obra El desembarco, de Paola Monzillo, que será adquirida por 300.000 pesos. Formada como arquitecta, Monzillo ya había ganado, entre otras distinciones, el segundo lugar en el Premio Nacional de Artes Visuales de 2014.
El segundo premio fue para Un discurso para 5 años. Una reflexión sobre lo imposible, de Guillermo Sierra. El tercer premio, que homenajea a Carlos Engelman, fue para Las bañistas, de Diego Píriz. El cuarto premio (Instituto Goethe Uruguay) fue para Luixels, de Luis Giogia.
A esta edición del premio se postularon 340 obras, de las cuales el jurado eligió 28 finalistas para exhibir en el Subte. De este modo, también se pueden ver los envíos de Alejandro Cruz, Anaclara Talento, Analía Pollio, Elián Stolarsky, Fabiana Puentes, Federico Ruiz, Fernando Sicco, Gustavo Jauge, Juan Ángel Urruzola, Juan Manuel Barrios, Magdalena Gurméndez, Magdalena Hart, Marcos Banina, María Maggiori, Martín Pelenur, Martín Pérez, Francisco Irigoyen, Maite Bigi y Gabriel López, Michael Bahr, Nicolás Branca, Nicolás Pereira, Pablo Musé, Ramón Cerviño, Santiago Tavella, Santiago Velazco y Valentina Cardelino.
Premio Montevideo de las Artes Visuales. En la Sala de Exposiciones Subte (subsuelo de la Plaza del Entrevero) de martes a domingo de 12.00 a 18.00, hasta el 10 de enero. Entrada gratuita.
Binacional en el Aeropuerto
La Embajada de Japón en Uruguay y el Museo de Arte Precolombino e Indígena suman esfuerzos para el montaje de Reconexión, una muestra fotográfica en el Aeropuerto de Carrasco, que reúne una serie de imágenes de la japonesa Michiko Chiyoda (1955), y un estudio sobre el cielo al que la uruguaya Tali Kimelman (1978) dedicó su trabajo de los últimos meses. La exposición, concebida como un diálogo binacional con fuertes raíces y producida por Darío Invernizzi y Gonzalo Ferri Grau, inaugura un ciclo de artes visuales que se expondrán en la terminal en el correr del próximo año.
En este caso se refuerza el potencial poético de los temas a través del material en el que las fotos fueron impresas (papel japonés) y una puesta en valor de prácticas manuales ancestrales forma parte del resultado final. “El washi tradicional japonés ha sido realizado durante siglos de acuerdo a procedimientos fijados que garantizan su calidad y profundidad. Obedece desde el inicio a un proceso largo y pautado bajo los ritmos de climas y estaciones que conectan respetuosamente al ser humano con la naturaleza. El papel ha sido y es un humilde soporte de expresión, sin embargo en su factura artesanal anida una profunda reflexión de tiempo longevo. Es a la vez transmisor y continente de carácter artístico”, apunta María Eugenia Grau.