Estamos un poco hartos de los 80. No solamente tuvimos que padecerlos durante exactamente diez años, sino que a cada rato están de regreso. Cuando no son los chiquillos de Stranger Things, son las luchadoras de Glow o las decenas de series animadas que volvieron en forma de cómics o de más series animadas. Hasta la nueva película de la Mujer Maravilla viene con un 1984 en el título.

Sin embargo, voy a pedirles que le den a esa década colorinchuda una nueva oportunidad. Porque de no hacerlo se perderían una muy divertida comedia de horror, que toma lo mejor de las películas de la época, combinando humor (negro), suspenso un poco naíf y un homenaje a los asesinos en serie de la ficción.

La película Círculo vicioso (Vicious Fun) está ambientada en esos años malditos. Su protagonista es Joel (Evan Marsh), un geek que trabaja como crítico de cine en una revista dedicada al terror. Comparte su apartamento con Sarah (Alexa Rose Steele), quien no responde a sus torpes o inexistentes galanteos, y va camino a convertirse en uno de esos jóvenes resentidos que creen estar solteros por culpa de todas las mujeres.

Su amiga regresa de una cita con Bob (Ari Millen), un tipo bastante desagradable incluso para los 80. A Joel no le cae bien, como es lógico, así que decide seguirlo. Después de unos cuantos tragos compartidos con el sujeto, termina en el peor lugar que pudiera imaginar, en el peor momento posible.

En el mismo bar en el que perdió el conocimiento se realiza, a altas horas de la noche, una suerte de terapia de grupo para asesinos seriales. Y Joel deberá fingir que es uno de ellos sin que sus compañeros, que abrazan varios clichés de las mejores películas de horror, se den cuenta del engaño.

Cody Calahan, el director de la cinta, parece divertirse muchísimo con esta aventura, que no busca generar espanto en el espectador, sino provocarle muchas risas, algún saltito en el asiento y varios momentos de asquito, producto de efectos especiales que representan de manera muy gráfica lo que un asesino en serie hace con sus víctimas.

Entre corridas, encierros y la muerte de varios inocentes, conoceremos al metódico asesino oriental, al veterano con doble personalidad, al gigantón que mata vírgenes en campamentos y a la chica despiadada (Amber Goldfarb).

Y después está el mismísimo Bob, que se come la película con su locura muy inspirada por el Patrick Bateman de Psicópata americano. Si hasta comparte gustos en materia de camperas de lluvia transparentes.

Círculo vicioso, disponible en el paquete básico de NS Now, tiene la ventaja de no quedarse demasiado tiempo en una escena. Cuando parece que veremos a Joel encerrado en una habitación por varios minutos, la acción permite un rápido cambio de locación. Y contiene pequeñas joyas, como el discurso metalingüístico de uno de los personajes, o el detalle de que todos los policías ochenteros que aparecen lucen espléndidos bigotes. Hasta queda tiempo para una pequeña reflexión sobre la masculinidad tóxica de Joel.

Con sintetizadores al palo, estética levemente colorinchuda y momentos en los que por suerte no se toman nada en serio (como una presentación de personajes al mejor estilo del Escuadrón suicida), no extrañaría que esta película se volviera de culto para amantes del género, de la comedia negra, o de aquellos tiempos en que una calza hasta los sobacos era moneda corriente.

Círculo vicioso, de Cody Callahan. En TNT, NS Now.