Becky es una adolescente de 13 años que todavía no se recupera de haber perdido a su madre algunos meses atrás. Su padre solamente quiere verla feliz, así que prepara unas pequeñas vacaciones en la casa del bosque donde ella vivió los momentos que son sus mejores recuerdos. También invita a su novia y al hijo de ella, y le cuenta a Becky que tienen pensado casarse. La jovencita no se lo toma de la mejor manera.

Mientras se suceden las escenas de caprichos y desencuentros, cuatro peligrosos criminales escapan de la prisión y se dirigen a esa misma casa, en busca de un McGuffin, es decir, un objeto que hace que la trama avance. En este caso se trata de una llave, que está en poder de Becky.

Parece un asunto sencillo: cuatro hombres armados, con una familia de rehén, contra una chiquilla malcriada. Sin embargo, todo el dolor contenido en el último año la convertirá en una versión un poco más sangrienta de Kevin McCallister, el personaje que interpretó Macaulay Culkin en las dos primeras entregas de Mi pobre angelito.

Los directores Jonathan Milott y Cary Murnion construyeron una historia apoyada en dos ingredientes fundamentales que se reflejaron en respuestas físicas en el caso de este espectador. El primero son las escenas de suspenso, en las que uno puede terminar acuclillado sobre el sillón. El segundo son las escenas de gore, que no son muchas pero en las que uno termina tapándose la cara con un almohadón o lo que encuentre a mano.

Becky, disponible para aquellos que tengan el paquete Star Premium en servicios de cable como NS Now, no es una película para todos los gustos. Por un lado es sencilla, bastante lineal y con algunos momentos cliché (de hecho, al comenzar ya pude adivinar quiénes morirían y el orden casi exacto). Pero lo que le falta de virtuosa le sobra en momentos inolvidables, casi todos relacionados con las mencionadas muertes de integrantes del elenco.

Hablando del elenco, la joven Lulu Wilson, que tenía la edad de su personaje cuando se filmó la película, combina en buena forma la rebeldía adolescente y el deseo de venganza. Hay un miniclip de preparación de armas que recuerda a Mi pobre angelito, filmado con una “cámara loca” bastante molesta. Pero más allá de eso, no cuesta creer que los malhechores empiecen a tenerle primero respeto y luego directamente miedo.

Dos caras bastante conocidas lideran los bandos del bien y del mal. Joel McHale es el padre de Becky, y su papel no lo obliga a alejarse tanto del registro que mostró como Jeff Winger en Community, si su personaje hubiera sido padre y luego enviudado. Quien sí se aleja de todas las facetas que le conocíamos es Kevin James.

James es famoso por sus papeles de comedia, ya sea en series como The King of Queens o en películas junto a Adam Sandler. Aquí es Dominick, el líder neonazi de los escapados de prisión. El actor logra asustarnos, pero más con sus acciones que con sus palabras o su rostro, porque pese a los tatuajes y la frondosa barba, sigue teniendo ojos de buena persona. Cuando los tiene.

Ideal para ver con otros integrantes de tu burbuja o en simultáneo con algún amigo al que poder decirle por internet: “¿Viste lo que acaba de hacer Becky?”.

Becky. Dirigida por Jonathan Milott y Cary Murnion. En Star Premium (cables y DirecTV).