El martes se celebró el Día de Star Wars como todos los 4 de mayo, por un simpático juego de palabras (“May the Force be with you”, o sea, “que la fuerza sea contigo”, suena como “May the 4th”, o sea, la fecha en inglés). Disney+ aprovechó la ocasión para estrenar una nueva serie original, ambientada en el universo creado por George Lucas en los años 70.

Star Wars: The Bad Batch es un spin-off de la serie animada La guerra de los clones y sigue las desventuras de un grupo de estos hombres manufacturados a pedido, cuyas mutaciones genéticas los diferencian del resto de miles y miles de soldados al servicio del (ahora) emperador Palpatine.

Si bien continúa la historia del grupito de “distintos”, no es necesario haber visto la ficción anterior para entender lo que sucede. Sí tener conocimientos de la saga para entender la importancia de la “Orden 66” que es comunicada a los clones ni bien comienza el primer episodio, y que significará la muerte de la casi totalidad de los jedis del universo.

Con este hecho como ayuda para ubicar temporalmente la acción, en poco más de una hora veremos cómo el forzudo, el francotirador, el de sentidos aumentados, el inteligente y el cyborg se cruzan con varios personajes famosos de las películas y series mientras empieza a definirse cuál será el objetivo que tendrán durante los otros 15 episodios que se estrenarán semanalmente.

Hay suficiente interacción entre el quinteto como para definir sus personalidades, y para aplaudir la actuación de Dee Bradley Baker, el actor que presta su voz a los cinco integrantes del batallón 99 y a toooodos los otros clones. La animación mantiene las características de su serie madre, con menor definición de los personajes y énfasis en la acción, que aquí hay y de sobra.

Si bien el final del extenso capítulo inicial no contiene un giro tan grande como la aparición de “Baby Yoda” en The Mandalorian, la promesa de más aventuras y la falta de contenido nuevo en Disney+ seguramente alcance para que nos enganchemos, al menos hasta el estreno de Loki.