Sam Levinson, el creador de Euphoria, el aclamado drama adolescente de HBO, filmó una película en pleno confinamiento sobre una pareja discutiendo a corazón y pulmón abierto con una fuerte y calculada intensidad.

La historia es así: la pareja vuelve a su casa tras el exitoso estreno de la última película de Malcolm (John David Washington) y mientras él está eufórico bailando y cantando canciones de James Brown por la buena recepción de su trabajo, Marie (una carismática Zendaya, que es además productora) va corriendo al baño y se desata el drama. La primera escena de ella haciendo pis con el vestido de gala aún puesto es ciertamente hermosa y nos muestra, sin ser explícita, el tono de la película: los va a desnudar sin perder la corrección.

Malcolm & Marie tiene mucho de obra de teatro, ya que solamente vemos dos personajes en una localización muy concreta (su casa) en la que lo que se destaca es el ingenio con el que plantea Levinson la puesta en escena. Además, está filmada en sepia y en tiempo real.

Volviendo a la historia, el festejo se ve cortado por una Marie molesta, con razones para mostrarse distante: Malcolm se ha olvidado de incluirla en la tanda de agradecimientos de la gala de presentación, cuando ella, además de ser su pareja, es la inspiración de la película. Eso abre un abanico de reclamos en el que parece ser ella la que se da cuenta de “lo mal que está la relación”, mientras que él, dándole a entender que siempre exagera y arruina todo, lo niega. Marie parece más controlada y exhibe una extraña serenidad frente a un Malcolm histriónico, hablador y excesivo.

“Creo que en cuanto sabés que alguien te apoya y te ama dejás de preocuparte por esa persona y no volvés a prestarle atención hasta que vas a perderla”, le dice Marie a Malcolm, y ese es el centro de su pelea: el narcisismo que los envuelve. Navegan entre el terrorismo emocional, la dependencia y la crueldad de toda pareja cuando pelea, y el perdón y la aceptación de las carencias del otro.

La película es dinámica y logra sostener el ritmo, pero sobre todo es verosímil: quién no ha dicho crueldades en una pelea de pareja y ha buscado herir. Cada escena es prácticamente un monólogo en el que los actores despliegan su talento, como si fueran los rounds de una pelea sin fin, un espiral que parece nunca terminar porque, en definitiva, siempre queda algo que reclamar o criticar. Malcolm y Marie se destripan y por momentos la película se acerca al agotamiento emocional, pero a la vez nos muestra cómo otro puede amarnos aunque nosotros mismos no nos amemos.

El guion es brillante, con diálogos sensibles y creíbles que construyen una atmósfera tan tensa como real. De paso, lanza un fuerte golpe a la industria del cine, los críticos y un ambiente tan racista como cualquiera, pero solapado tras la pantalla del arte.

La película desnuda, con un vaivén dialógico que se apoya mucho en las interpretaciones de Zendaya y Washington, la intimidad de una pareja que despacha rencores y cuentas pendientes. Malcolm & Marie es un combate dialéctico que se establece entre dos protagonistas con los que podemos identificarnos. Ambos son culpables e inocentes a la vez.