La Fase 4 de Marvel Pictures parece ampararse en personajes que ya han muerto. Pensemos en el tardío estreno de Black Widow y en que sus dos primeras series de televisión para Disney+ son formas de lidiar con la pérdida: en el caso de Wandavision, con la desaparición de Vision, y en el de Falcon y El Soldado de Invierno, con la de Capitán América. Ahora fueron más allá y el protagonista de la más reciente entrega no es otro que Loki, quien había muerto a manos de Thanos en Infinity War.
Pero, cuidado, ya en Endgame había una variación de ese relato cuando por una serie de inesperadas circunstancias –es lo que tiene viajar en el tiempo: propone continuamente inesperadas circunstancias– el Loki de 2012 lograba hacerse con el Teseracto (un artefacto de enorme poder) y escapar a su destino. Ahora, en la serie que lleva su nombre sabremos qué fue de él luego de eso.
Si este resumen resulta confuso se debe a que no estamos ante una serie independiente o autónoma, sino ante una pieza fundamental del desarrollo del Universo Marvel todo (de hecho, la primera de las series de televisión que funciona efectivamente a este fin), y por eso la propia serie dedica numerosos minutos en su primer capítulo para poner al día tanto al Loki desprendido del tiempo como a la audiencia.
Así, Loki, dios de la Mentira y el Engaño, que está bastante confundido al momento de ser cooptado por una organización conocida como la TVA (Autoridad de Variación Temporal por sus siglas en inglés), se entera de que su destino era morir a manos de Thanos y de que su fuga altera la línea temporal correcta, por lo que deberá ser borrado, igual que todas las “variantes”, esto es, alteraciones de la línea temporal.
Sin embargo, le propone una alternativa a ser erradicado: alguien está eliminando a los Minutemen (como se conoce a los agentes de la TVA) y Loki puede ayudar a detenerlo. Obviamente, nuestro pícaro protagonista acepta –pensando escapar, traicionar o engañar–, pero esto es apenas la punta del iceberg.
Lo que encuentra será mucho, porque la serie no viene sólo a contar una aventura puntual y en solitario del personaje favorito del público, sino a patear la estantería y colocar firmemente lo que serán los cimientos de esta Fase 4 toda.
La oficina más allá del tiempo
Aunque, por ser parte del Universo Marvel, hay una buena carga de persecuciones, peleas o batallas entre seres poderosos, Loki se para desde un sitio distinto. Su tono es el de una suerte de comedia de ciencia ficción inspirada visualmente en grandes clásicos como Metrópolis o Brazil y en recursos que directamente remiten a videojuegos como Fallout.
Durante muchos episodios todo gira en torno a la burocracia que contiene a Loki (y permanentemente lo amenaza con el exterminio), al tiempo que el dios busca, junto con el agente Mobius M Mobius, al culpable de los asesinatos. Mucho se resuelve con extensas charlas expositivas –cuando no videos instructivos–, lo que por momentos desafía la paciencia del espectador, pero aquí es donde la serie apela a su mayor baza: el elenco.
Tanto Tom Hiddleston –quien, a esta altura, podría interpretar a Loki incluso dormido– como un magnífico Owen Wilson en el papel de Mobius son el sostén de estos primeros episodios y la razón para esperar que la trama cobre ritmo (y comience a involucrar otros personajes y otras situaciones) hasta llegar a su apoteósico díptico final, con un penúltimo capítulo cargado de acción y un desenlace algo más tranquilo pero emocionante.
Cierto es que, como pasa con muchas producciones Marvel, no conviene mirar con lupa el argumento ni buscar exhaustivamente su lógica o coherencia, porque las contradicciones no tardarán en asomar. Pero ni Loki ni las producciones de Marvel apuntan a la congruencia, sino al entretenimiento más dinámico y funcional posible. Aquí se logra con particular acierto tanto en la justa extensión de la temporada –seis episodios son ideales– como en el in crescendo dramático que llega a un final a la altura. Así, Loki se convierte en la mejor de las series de televisión que Marvel ha presentado mediante Disney+.
Loki, con Tom Hiddleston y Owen Wilson. En Disney+.