Representación de los conflictos que esconde la crianza actual, quizá por eso la tragicomedia canadiense Guía para la familia perfecta empieza con la reunión de padres en la escuela, donde cada uno exige y debate incansablemente sobre el sistema perfecto para educar a sus hijos, desde el uso de tecnología hasta los colores de los uniformes.
De la mano de un guion atrapante, se nos cuenta la historia de una madre (Catherine Chabot), un padre (Louis Morissette), casa grande, buenos trabajos, desempeño académico sobresaliente de los hijos. Los hijos son Mathias (Xavier Lebel) y Rose (Emilie Bierre), un niño con pocos límites y una adolescente algo hostil ensimismada con la tecnología, es decir, un hermoso combo para unos padres presionados para mostrarse actuales y perfectos.
La exigencia parece ser el centro de la vida de todos. El padre la padece en lo laboral: es un adicto al trabajo que busca un ascenso. La madre está obsesionada con estar en forma y con actualizar sus redes sociales con actividades familiares usando el hashtag #Fabulousfamily, y toma decisiones basadas en lo que la sociedad le dicta más que confiando en su propio criterio. Rose se desvive por llevar a cabo su decena de actividades siempre a altísimo nivel y sin defraudar a su padre. También Mathias se siente abrumado por responder a las expectativas de niño perfecto que le imponen.
Bajo una inteligente capa de humor, esta película de Ricardo Trogi pone en escena la idea de que un padre, al querer que sus hijos tengan éxito, puede terminar siendo un problema para su desarrollo. En este caso, los padres intentan conciliar lo laboral con lo personal mientras crían a sus hijos en un mundo que sólo promueve el éxito y donde todos están más preocupados por mostrar que por ser. El padre le revisa a Rose rutinariamente el portal de la escuela para ver sus notas y la llama “mi campeona”. Pero poco sabía él que Rose –que es hija de su matrimonio anterior y tiene una mamá bastante más relajada– no quiere ser perfecta, quiere que la entiendan. El quiebre llega, justamente, cuando Martin se entera de que Rose hace trampa en el colegio.
Así que, por un lado, tenemos a padres que descubren la depresión de sus hijos, cada vez más expuestos a la presión de lograr el éxito en todo lo que hacen y olvidándose (o haciendo que se olviden) de ser niños. Y también tenemos a adultos presionados por ser buenos padres, que a veces no logran entender cuando su hijo no es lo perfecto que la sociedad pide. Porque, en definitiva, ¿qué es ser exitoso? Hoy, parece, significa ser como los demás quieren.
Guía para la familia perfecta es una interesante reflexión sobre la salud mental, las exigencias y el mundo de las apariencias; pero también sobre el perdón y el amor incondicional de padres a hijos.
Guía para la familia perfecta, de Ricardo Trogi. En Netflix.