Una muchacha corre por un bosque nevado. Escapa de algo. Gana velocidad, jadea por el esfuerzo. De repente, cae en un foso. El foso tiene estacas que la atraviesan. Todavía respira. Agonizante, mira hacia el borde del foso. Una serie de figuras enmascaradas y cubiertas por pieles, escapadas de un relato de folk horror, se asoman y le devuelven la mirada. La sacan. La arrastran hasta un campamento. La descuartizan. La asan. Se la comen.

Así, nada menos, arranca Yellowjackets, la nueva serie que llega hasta nosotros por Paramount+, un relato que no le escapa al gore o al horror, pero que se construye también a partir de un misterio (o varios) y una gran dosis de humor negro. Pronto conoceremos a nuestras protagonistas, las Yellowjackets que le dan título a la serie, un equipo de fútbol femenino (aunque ellas dirían soccer) que en 1996 viaja a jugar las finales nacionales desde Nueva Jersey hasta Seattle. Una tormenta obliga a su avión a desviarse sobre Canadá y pasa lo que todos sabemos: el avión se estrella en pleno bosque, no queda forma alguna de comunicarse con el “afuera” y la docena y media de accidentados (una enorme mayoría de chicas adolescentes aunque algún varón también hay) deberán encontrar la forma de sobrevivir por sí mismos, algo que la escena inicial ya nos indicó que terminó bastante mal.

Eso en cuanto al pasado. Porque en el presente, 2021, el relato sigue a cuatro mujeres que se cuentan entre las sobrevivientes de aquel suceso, que 19 meses después de haberse estrellado fueron rescatadas. Tenemos a Shauna (Melanie Lynskey en la actualidad, Sophie Nélisse en los 90), una ama de casa frustrada; Taissa (Tawny Cypress/Jasmin Savoy Brown), una exitosa abogada candidata a senadora; Nat (Juliette Lewis/Sophie Thatcher), que acaba de salir –otra vez– de rehabilitación y su vida es un infierno, y Misty (Christina Ricci/Sammi Hanratty), una acompañante terapéutica a la que evidentemente no le llega toda el agua al tanque (en el presente pero tampoco antes, incluso antes del accidente). Ellas cuatro serán el eje que une ambos relatos, el del pasado –con el accidente y todo lo que ocurrió inmediatamente después– y el del presente, cuando alguien comienza a chantajear a los Yellowjackets sobrevivientes, amenazando con contar todo lo que hicieron en el bosque. No sólo eso, no faltan los flashbacks a la vida de esas jóvenes (todas, las que vemos en la actualidad y las que no) antes de estrellarse, ni cierto contexto sobrenatural que comienza a impregnarse a medida que se desarrolla el relato.

Una propuesta innovadora

Embebida por El señor de las moscas o relatos auténticos como el de los uruguayos en Los Andes (al que menciona directamente), la serie creada por Ashley Lyle y Bart Nickerson no escapa de los momentos fuertes. Pasaron cosas terribles en ese bosque y bien que se hace cargo de ello. Sin embargo, no estamos ante una serie de horror al uso, porque el relato se construye sobre un ritmo dinámico, personajes ingeniosos, estupendos diálogos y pasos de comedia negra (especialmente en el presente, donde el combo que se genera entre Juliette Lewis y Christina Ricci es razón más que suficiente para ver la serie toda) que impulsan el relato y lo vuelven por completo adictivo. Cierto es que la construcción de sus personajes –en su momento adolescente– no escapa a los cánones de la young adult fiction, lo que puede ser algo cansador para uno que ya peina canas, pero también es cierto que ocupa poco espacio y pronto se concentra en los dos ejes principales que dan cuerpo a Yellowjackets: qué pasó en el bosque en esos 19 meses y quién está chantajeando a nuestras protagonistas en el presente.

Es lógico que la parte survival del asunto es la que se lleve mayor interés. Aunque sabemos la identidad de algunos de los sobrevivientes, qué pasó con los demás es algo que intriga constantemente, sobre todo a medida que la comida comienza a escasear, las hormonas a dispararse y las cosas a ponerse... raras. Por su parte, el relato actual tiene mucho a favor por contar con lo mejor del elenco –las mencionadas Lewis y Ricci, y también Melanie Lynskey, que está sencillamente extraordinaria– y por desarrollar con pausa y sin prisa el misterio que lentamente se concatena con el pasado de nuestras protagonistas.

El misterio no termina de solucionarse: la temporada que llega a su fin la semana próxima es tan sólo la primera y las cosas continuarán, por lo menos, en una segunda temporada ya confirmada por Showtime, la productora encargada de la serie. Nada de qué quejarse si sostiene este ritmo, estos diálogos, estos momentos incómodos y esta necesidad adrenalínica de saber qué pasó en esos bosques y por qué.

Yellowjackets. Una temporada de diez episodios. En Paramount+.