Lazos tiene canciones de todos los discos solistas de Estela Magnone: “Fue la idea, hacer un recorrido por mi carrera pero a través de canciones más ocultas, no tan conocidas y que me gustan. Algo así como lados B”.
Así, reaparece “Vals prismático”, el último track de su disco de 1993 del mismo nombre: “Siempre le gustó esa canción, por eso cuando se me ocurrió incluirla, pensé en ella enseguida”, dice Estela sobre Shyra Panzardo, su compañera en esta versión de pulso lento, mucho más oscura que la original y con programaciones que recuerdan al grupo británico Massive Attack.
La versión original es una muestra de su característica sonoridad etérea, de voz y teclados amalgamados para hacer viajar su poesía entre las copas de los árboles de Montevideo, que también quedó registrada en algunos de los álbumes más importantes de la música uruguaya de los 80 y los 90, como integrante de Travesía, Las Tres y como solista, en discos de Eduardo Mateo y Fernando Cabrera, entre otros, y en particular en el clásico Mujer de sal junto a un hombre vuelto carbón (1985), grabado junto a Jaime Roos.
Estela grabó y compuso este disco a partir de maquetas que hizo con los programas de edición de sonido Reason y Ableton, iniciando el proceso con una voz guía y luego agregando capas de teclados y percusión, con una lista de canciones y otra de invitadas e invitados. Junto a su colega, el músico Fabián Marquisio, también se encargó de la producción final. Pero antes de empezar tomó la decisión de no escuchar “los arreglos originales” de las canciones para meterse “en otra sintonía”; “también por la forma que tengo de arreglar ahora”, cuenta. Agrega que se fue animando de a poco a esta parte del negocio y acota: “Los arreglos de voces siempre los hago yo”.
“Leftfield Pop & Experimental Folk From 80s Uruguay”, dicen las etiquetas que promocionan la compilación de música uruguaya América invertida (editada por Vampi Soul, de España, y Little Butterfly Records, de Uruguay, en 2019), que la tiene como una de las principales protagonistas de un revival que es, al mismo tiempo, todo un descubrimiento en las más recónditas partes del mundo, ahora mismo.
En Lazos se escucha a otra Estela. El disco resulta tan antojadizo y personal como Bruma de abril (2007), Pies pequeños (2012), Telón (2016) y Siestas de mar de fondo (2019). Es, además, un nuevo reflejo de su melomanía.
“A mí me gusta mucho el folclore, me gusta todo. Pero en esta época me están saliendo cosas más folclóricas”, confiesa. “Creo que eso tiene que ver con un bagaje de cosas que traigo de cuando viví en Bella Unión. Ahí, por un lado, está Brasil y, por otro, Argentina. De repente me doy cuenta de que conozco una cantidad de sambas y zambas que deben de venir de allá”.
El interior es otra cosa
“Es una cosa medio samba, pagode, medio latino también, y de frontera”. Así define la versión de “Contra la corriente” que grabó con el ex Sonido Profesional Lucas Sugo, que abre el disco. “Conocía a la mamá. Primero le escribí a ella y me dio el teléfono de Lucas”, cuenta entre risas.
Estela tiene una selecta colección de vinilos y también usa Spotify para encontrar música nueva y vieja. Su devoción, entre muchas otras, por el folclore se traduce, por ejemplo, en su gusto por el grupo argentino El Dúo Salteño y la uruguaya Catherine Vergnes, de quien valora, además de su talento artístico, su capacidad autogestiva. “Yo creo que acá, en Uruguay, conocemos más la música folclórica argentina que la uruguaya. Además, hay un corte muy profundo entre la cultura de Montevideo y la del interior; creo que es un gran debe que tenemos. Los montevideanos nos perdemos un montón de cosas”, señala.
Lazos tiene más de una zamba. Con la compañía de Fabián Marquisio canta “Los cascos de Pegaso”, una de sus composiciones más representativas de este perfil suyo, menos conocido. “En la palma de su mano lucen las huellas profundas de ríos que se han secado con el paso de las lunas. Ya no hay mareas ni espuma, ni sirenas ni navíos, y de la pluma callada son huérfanos los sonidos”, escribió.
Una zamba también abre otro “sector” del disco, advierte. “‘Zambita linda’ es una grabación mía de niña, con mi mamá [Estela Ibarburu] tocando el piano, y en la segunda parte canta mi nieta chica [Sofía Martínez] y yo sigo con el piano”.
Después viene “Llama”, una canción con música de Estela y letra de Eduardo Mateo, que canta a dúo con su hermano Daniel Magnone y con un coro integrado por su cuñada (y compañera en Travesía) Mayra Hugo y su sobrino Mateo Magnone.
Estela y Daniel (integrante de MonTRESvideo) son hijos de un director de coros. “El camino coral es de la familia. Cantábamos todos, a varias voces, desde que éramos chicos”, recuerda mientras charlamos sobre el sonido de esta canción y la influencia de los Magnone en esta sonoridad en la música popular uruguaya.
“Lo grabamos en Turismo, y Daniel falleció en mayo. Fue una bendición”, dice, y suspira. “Quedó lindo. Mucha gente me dijo que fue una buena despedida, pero, en realidad, simplemente se dio así. Daniel estaba componiendo nuevas canciones y tenía el plan de grabar un nuevo disco”, recuerda.
Otro sector podría estar dedicado a sus amigas, aunque, como bien supo retratar en la portada de este LP el artista Alejandro Ros, sus vínculos, caminos y búsquedas se entrelazan todo el tiempo por proyectos compartidos y gustos y afectos en común. Participan también Malena Muyala, Ana Prada, Laura Canoura, Florencia Núñez, Sandra Mihanovich, Melaní Luraschi (a quien recomienda especialmente como nuevo talento), Edú Lombardo, Diego Matturo y Kung Fú Ombijam.
“Un día me llamó por teléfono. Una cosa de una delicadeza total, y fue una emoción escucharlo. ‘Me gustó mucho tu bolero’, me dijo”. Era Armando Manzanero, desde México, uno de sus músicos más admirados. La canción “Que te olvide” estaba incluida originalmente en el disco Bruma de abril y fue reversionada para Lazos junto a Cristina Fernández: “Las dos decimos que es un bolero chongo. Después me di cuenta de que todos los boleros son medio chongos o cursis, pero a mí me gusta mucho el género. Una vez hicimos uno con Laura Canoura. Yo hice la letra y ella, la música. Se llamaba ‘El principio del fin’. Me encanta Manzanero, así como los boleros mexicanos y cubanos. Me acuerdo de que escuchaba mucho un disco de Eydie Gormé y Los Panchos. Lo tengo todavía”.
Lazos, de Estela Magnone. Bizarro, 2022. En plataformas.