En 2011, la cantautora rochense Florencia Núñez dio su primer toque en Montevideo, en la librería La Lupa, a media cuadra del teatro Solís, y cuando pasaba por el histórico recinto imaginaba cómo sería hacer un concierto allí. 11 años más tarde, luego de afianzar su carrera con tres discos, Núñez vuelve a pocos metros del punto de inicio y se presentará finalmente en el Solís.

La cita es el jueves a las 21.00 –ya no quedan entradas– y será una oportunidad para que la cantautora repase sus más de diez años de carrera y dé cierre a su proyecto Porque todas las quiero cantar (un disco y un documental que homenajean a la canción rochense), que –en el caso del álbum– le valió varios premios Graffiti en la última edición de los galardones. Núñez se llevó para su casa los premios por Mejor álbum de música popular y canción urbana, Álbum del año, Solista femenina del año, Productora y Tema del año por “Contigo y en el palmar”.

La cantante dice que el proyecto le dejó “una conexión distinta con la gente” y que “eso es lo más importante”. Sintió que al mostrar una parte suya desde otro lugar, por cómo se conecta con su identidad y raíces, tocó “una fibra emotiva en los demás” que de pronto no era lo que ella esperaba o pensaba que podía pasar. “Yo lo hice para devolver algo a mi comunidad y mostrar una parte de mi lugar que quizás para otra gente fuera desconocida. Y cuanto más hice para darles a otros, más recibí a cambio”, comenta.

La cantautora confiesa que al principio, cuando ideó el proyecto, no se imaginaba que fuera un disco, sino que pensaba publicar las canciones de a una, como suele ser la regla en la actualidad. Pero el proyecto empezó a cobrar fuerza y cuando con su coterráneo colega Nicolás Molina hicieron la música incidental para el documental se dieron cuenta de que esas piezas instrumentales funcionaban si las colocaban en un disco.

Así las cosas, el álbum quedó con las canciones en la primera parte y las piezas puramente instrumentales en la segunda, con referencias concretas en sus títulos, como “Calle al mar”, “Playa intergaláctica” y “Final del recorrido”. Con Molina no habían compuesto música juntos, pero se entendieron como si lo hubiesen hecho toda la vida, de forma natural. Núñez subraya que los dos tienen similar información, “las cartas vistas”, porque son del mismo lugar y tienen el mismo amor por él, su música y su gente. “Se caía de maduro que lo teníamos que hacer juntos”, acota.

Núñez dice que, por un lado, es sorpresivo que las cosas en su carrera vengan sucediendo bien, pero, por otro, no lo es tanto, en la medida en que fue una década de mucho trabajo. “No hay una relación directa de proporcionalidad entre el resultado y lo que uno trabaja. El arte no es necesariamente así. En este caso, las cosas están empezando a engranar un poco mejor, pero tampoco es que me levanté un día y tuve suerte. Es el resultado de mucho trabajo y con el costo de renunciar a muchas cosas por creer que este era un camino posible. Y nunca perdí el foco en que esto es un camino y la llegada no es a ningún lado, es todo el tiempo estarse superando a uno mismo y nunca se termina la rueda del aprendizaje”, señala.

Pero la cantante no se queda en su último trabajo: en el recital el jueves estrenará varias canciones del disco nuevo que tiene pensado grabar este año. Adelanta que será una síntesis de lo que vino haciendo hasta ahora, de su último disco, que la marcó “mucho” como intérprete y productora, y los dos anteriores, sobre todo Palabra clásica (2017), que le terminó de cerrar su idea sobre las canciones que busca hacer.

“Yo nunca me quedo en el mismo lugar. La gente me insiste, me pide o me pregunta por una parte dos de Porque todas las quiero cantar, pero no, ya está, está hecho y no tiene mucho sentido. Si hay más canciones para traer al tapete, que lo hagan otros también. La verdad es que tengo muchas ganas de sacar este disco nuevo como autora, porque es como una vuelta a poner el foco en mis canciones, que es un rol bastante distinto”, finaliza.


Pablo Dana y Jorge Nasser, durante un ensayo de Níquel (archivo, octubre de 2020).

Pablo Dana y Jorge Nasser, durante un ensayo de Níquel (archivo, octubre de 2020).

Foto: Federico Gutiérrez

Níquel en Magnolio

La banda de Jorge Nasser está por lanzar un nuevo disco, y mientras sigue tocando, en su triunfal regreso luego de dos décadas de silencio. Hoy y mañana –siempre a las 21.00– se presentará en Magnolio Sala (Pablo de María y San Salvador), con entradas por Tickantel a $ 700.

Coralinas presenta Corteza

El grupo vocal Coralinas, bajo la dirección de Carmen Pi, presentará un espectáculo para homenajear a compositoras latinoamericanas. La cita es hoy a las 21.00 en la sala principal del teatro Solís. Las entradas se venden por Tickantel y valen $ 400.

La primavera de Beethoven

“Este concierto toma su nombre de la Sonata n.° 5 para violín y piano compuesta por Ludwig van Beethoven; el músico la compuso para interpretarla él mismo junto con varios de sus amigos violinistas, como la mayoría de sus obras. El apodo de ‘Sonata primavera’ no fue dado por el compositor, pero captura el sentido generalmente alegre del florecimiento de la obra”, se señala en la gacetilla de prensa del concierto que dará el Conjunto Nacional de Música de Cámara mañana a las 18.00 en el Auditorio del Sodre, con la dirección de Juan Cannavó. Completarán el programa el primer cuarteto Apponyi, de Joseph Haydn, y “Candombe del olvido”, de Alfredo Zitarrosa. Las entradas se venden por Tickantel y valen $ 400.

Medio y medio

El festival veraniego del club de jazz y restaurante Medio y Medio de Punta Ballena (Maldonado) está llegando a su fin, y hoy las 22.00 contará con un trío de cantautoras especialmente unidas para la ocasión: Lucía Ferreira, Alfonsina y Papina de Palma. Las entradas se consiguen por RedTickets y valen $ 1.050.