En seis capítulos, Todos mienten une el thriller de suspenso con humor negro y personajes imprevisibles. El título es prestado del famoso supuesto filosófico de Sherlock Holmes, una premisa que nos adentra en el funcionamiento de la mente: la mentira como esencia del ser humano.
Macarena (Irene Arcos), una querida profesora de la escuela de Belmonte, se acuesta con Iván (Lucas Nabor), el hijo de su mejor amiga Ana (Natalia Verbeke), y alguien viraliza el video. Ese hecho perturba la vida de esta apacible e idílica comunidad de clase alta en Cataluña y lleva a que todos se enfrenten a sus propias miserias. Amistades rotas, hijos con vidas desconocidas para sus padres, matrimonios terminados que funcionan como pantalla social, amantes, crisis matrimoniales y, para complicar las cosas aún más, un asesinato: de este puzle de personajes y complejas situaciones trata la última serie del reconocido guionista y director español Pau Freixas (Pulseras rojas, Sé quién eres).
Cada uno, con sus intereses y secretos, vivirá de manera diferente la forma de desentrañar el misterio del asesinato. El problema es que, como aclara el título, todos mienten. Los constantes saltos temporales (los flashbacks bien logrados realmente meten al espectador en la trama) nos llevan y nos traen a los dos momentos bisagra de la historia: a medida que los capítulos avanzan, el video sexual va dejando paso a esa muerte como centro del conflicto, y ese micromundo de historias paralelas se desmorona.
De lo más atractivo de esta serie es el foco que se hace en que la protagonista del video sexual es una mujer mayor, de clase alta y aceptada socialmente, y cómo es completamente diferente la percepción que se tiene de la viralización de videos sexuales cuando quien los protagoniza es una persona así: los prejuicios y el señalamiento moral son mucho más implacables con las mujeres. También muestra que cuando la “víctima” del video es un varón el tratamiento social es otro; existe un implícito orgullo de que ese chico se haya podido acostar con una mujer mucho mayor y dejando de lado la idea de abuso.
Todos mienten tiene todo lo que un buen thriller debe tener: técnica impecable, ritmo intenso y actuaciones (Irene Arcos compone un personaje creíble, lleno de aristas, miedos y dudas) que están muy a la altura. Repleto de subtramas, es un apasionante resumen de lo que en definitiva todos somos: mentiras, miedos y conflictos.
Todos mienten, de Pau Freixas. Seis episodios de 45 minutos. En HBO Max.