Habitar la tensión vital, espectáculo multidisciplina del colectivo Territorialidades

A veces lo más difícil es definir categorías, decir en qué casilla colocar una propuesta, a qué género pertenece, con qué actitud asistir. El colectivo detrás de Territorialidades, que mañana transitará la segunda función de su volumen II, Habitar la tensión vital, lo define como “un concierto cinematográfico que fusiona canciones –documentales, etnografías– musicales, intervenciones teatrales y experiencias sensoriales”. Saben que, luego de una primera temporada que se presentó durante cinco años, durante los que fue madurando y mutando, en este nuevo espectáculo multisensorial y multidisciplinario se podrán ver “desde las pinturas rupestres a las piedras interestelares”. Si hay algo que encaja, entonces, en la experiencia del espectador, es la empatía de un concierto con cierto aire neofolk mientras, por ejemplo, una abeja agoniza en las proyecciones.

En esa estética de convivencia, que invita a sentir el entorno, transita esta propuesta joven con dirección general, realización audiovisual, composición musical, guitarra y voz de Pedro Cayota, dirección musical, composición, arreglos, piano, guitarra eléctrica y voz de Martín Ibarra, diseño de experiencia, puesta en escena, comunicación, diseño gráfico y tienda de Bruno Pesce, batería y efectos acústicos de Juan Manuel Cayota, clarinete y flauta traversa de Karen Martínez, flauta traversa y flauta piccolo de Daniel Benítez, viola de Leticia Gambaro, percusión de Manuel Villagrán, bajo eléctrico de Juan Pablo Szilagyi, la actuación de Mariana Escobar, dramaturgia y actuación de Leonardo Martínez, entre otros.

Territorialidades va el domingo 22, a las 20.00 en la sala Nelly Goitiño del Sodre. Entradas en Tickantel, Abitab y boletería a $ 650.

Qué puede un cuerpo

Se estrena Manual, la nueva producción de Coriolis Teatro de Objetos. Se trata de un espectáculo para público joven y adulto (mayores de 15 años) que sube a escena por cuatro funciones en la sala Delmira Agustini del teatro Solís (28 y 29 de mayo; 4 y 5 de junio). Esta propuesta contemporánea de teatro de objetos, figuras corporales y cuerpo objetivado parte del simbolismo para contar desde las manos, ficcionando y llevando cuestionamientos actuales de tareas milenarias, como la explotación, el género y el peso del legado. Desde la función prensil hasta el amasado, acariciar, tocar, indicar, presionar, saludar, soltar constituyen un universo de posibilidades investigativas. Las manos crean, definen, se articulan y son la única parte del cuerpo que alcanza a las demás, subraya este colectivo creado en 2014 con el propósito de experimentar y producir espectáculos de teatro visual y de objetos con perfil teatral, en diversas técnicas y lenguajes. Sus trabajos se han presentado en España, Portugal, Canadá, Chile, Brasil, Argentina, Colombia, México y Uruguay, recibiendo numerosos reconocimientos.

Las entradas a $ 420 se consiguen en Tickantel.

Los adioses

Decir adiós, de Alberto Paredes (1939-1998), ocupa un lugar significativo entre los grandes textos de la dramaturgia nacional, incluida en la antología 50 años de teatro uruguayo por el Ministerio de Educación y Cultura (1990). Estrenada el 14 de julio de 1979 en el Teatro Circular, con dirección de Jorge Curi, plantea un conflicto emancipatorio que puede rastrearse hasta Casa de muñecas, de Henrik Ibsen. Como aquel personaje, esta Nora, ahogada en su cotidianidad, toma una decisión sin calcular todo lo que deberá enfrentar. Seis escenas de una eficacia impecable construyen esta pieza ganadora del concurso que aquella institución había realizado para festejar sus bodas de plata. Jorge Bolani dirige ahora esta obra que supo protagonizar junto a una desgarrada Isabel Legarra.

Va hasta el 29 de mayo en el auditorio Vaz Ferreira, de jueves a sábados a las 21.00 y los domingos a las 19.00 con localidades generales a $ 400 (2 x1 para Comunidad la diaria).