“En los 80 pensaba que seguro íbamos a estar muertos antes del 2000”, dice Juan Casanova, que finalmente supo sobrevivir al inicio del siglo XXI. Es por eso que cuando tenía apenas 20 años, y junto con sus compañeros de Los Traidores dieron vida a la canción “Flores en mi tumba”, publicada en el disco debut del grupo, Montevideo agoniza (1986), lo último que pasaba por su cabeza era que más de 35 años después iba a seguirla cantando. “Pondré flores en mi tumba, / ¿quién las pondrá si no?”.
La canción, todo un himno del rock posdictadura uruguayo, tuvo varias reencarnaciones desde aquella original, de otro tiempo, de otra vida, como la que cierra Radio Babilonia (1995) o la versión acústica –estilo unplugged– de En la profunda noche (1998). Pero hace pocos días se sumó al éter otra grabación –disponible en plataformas digitales–, que para Casanova es nada menos que la “versión definitiva” de “Flores en mi tumba”, en la que su voz se desliza sobre el profundo piano de Luciano Supervielle. No quedan dudas de que es la versión más cargada de melancolía, tal vez por ese mejor lugar.
Casanova dice que cuando con Víctor Nattero, guitarrista de Traidores, y los demás músicos de la banda compusieron esa canción, eran adolescentes y hablaban de la fragilidad de esa etapa de la vida “en todas las épocas”. Por eso “es una canción que se ha mantenido en el tiempo, por la índole del tema que trata”.
“Flores en mi tumba” es una de las 14 que integran el flamante Poesía de guerra, el primer disco solista de Casanova –producido por Supervielle–, homónimo del espectáculo que presenta arriba del escenario desde el año 2000, cuando se dio cuenta de que al final lo iba superar. “En 2000 creé una propia puesta en escena, en la que estoy más libre de la carga de llevar una banda adelante. A su vez, me dio la apertura como para poder compartir con otros músicos y artistas que vienen de diferentes palos, en un intercambio de experiencias, conocimientos y lenguaje que termina siendo sumamente enriquecedor para todos”, cuenta.
Así como el espectáculo, el disco es una especie de autobiografía de Casanova en canciones, con un compendio de algunas de las que compuso y grabó con Los Traidores, pero también con otros proyectos, como Assimo. Otra de las canciones que incluye el nuevo disco es “Como una plegaria (por América del Sur)”, original de Radio Babilonia. “Quiero escuchar el canto / que susurra el viento, / que se lleva el llanto / de tanto sufrimiento. / América: despierta de tu sueño, / que no hay mal peor / que encadenarse al dolor”, canta Casanova, abrazado por el piano de Supervielle.
Pasaron más de 25 años desde que escribió esa letra y el músico subraya que sigue vigente, del mismo modo que Montevideo “sigue eternizado agonizando”, que es justamente de lo que trata casi todo el disco Montevideo agoniza. “Era sobre la sensación de que nunca vamos a salir de vivir marcados por lo que las burocracias políticas nos obligan a padecer, como jóvenes en aquel tiempo y en estos tiempos oscuros, en los que lamentablemente se disparó el suicidio de gente joven, que son nuestro gran valor como sociedad. Entonces, las cosas no son diferentes ahora que hace 40 años, por eso muchas de las canciones de Traidores siguen teniendo vigencia. Son aquellos viejos juegos de poder”, dice el cantante.
El disco Poesía de guerra se presenta este sábado en Sala del Museo, el mismo lugar en donde se grabó, el 16 de setiembre de 2021. El toque contará con dos partes bien marcadas. La primera, más “sofisticada” –dice Casanova–, está pensada como para un teatro, por eso se armó una platea con sillas, así el público escucha cómodamente sentado. En esa primera sección sonarán las canciones en versiones con cuarteto de cuerdas, más tranquilas –la poesía–, y luego vendrá la segunda parte, sin sillas, la “más rockera” –de guerra–.
Casanova suele presentarse en vivo pocas veces por año, si son dos o tres ya es demasiado. Dice que se debe a un “cansancio natural” luego de varias décadas dedicándose a esto, pero agrega que a raíz de todo lo que pasó en 2020, con la pandemia, le llegó “un mensaje claro de mucha gente”, que de algún modo lo impulsó a volver a componer. Además, ahora tiene una banda formada con músicos que eventualmente pueden dedicarse a tocar con él, y eso cambia la jugada. Si todo va bien, Casanova dice que se abocará a la composición y quizás tenga más oportunidades de salir a tocar, o al menos de grabar un disco con material original, volver a un estudio luego de tantos años, ya que tiene “muchas ganas de hacerlo”.
El músico finaliza: “Otra vez volví a sentir que tenía un lugar y cosas para decir, entonces, eso me motivó mucho a la hora de ponerme a componer y es lo que me da la posibilidad de continuar en este camino. Muchas personas reinterpretaron canciones de Los Traidores de un modo diferente. Hay muchas generaciones nuevas que se están acercando a esas canciones, y todo esto me da la fuerza para continuar con la idea de componer material nuevo y salir a tocarlo. Estamos en tiempos muy complejos, en los que creo que puedo aportar una narrativa diferente a la que circula en el mainstream”.
Juan Casanova, sábado a las 20.30 en Sala del Museo (rambla 25 de Agosto y Maciel). Entradas por Redtickets a $ 660 y $ 760.
La Beriso
La banda de rock argentina se presenta este sábado a las 21.00 en el Antel Arena. Las entradas se consiguen por Tickantel y van desde $ 1.000 a $ 2.520.
Juan Wauters
El músico uruguayo radicado en Nueva Jersey tocará este sábado a las 21.00 en La Trastienda. Las entradas se venden por Abitab a $ 1.100 y $ 800.
Diego Rossberg
El excantante de Cuatro Pesos de Propina, hace tiempo abocado a su carrera solista, se presentará este sábado a las 20.30 en el Centro Cultural Florencio Sánchez (Grecia e Inglaterra). Las entradas se consiguen por Tickantel a $ 300.