El año pasado, cuando estábamos saliendo de uno de los períodos más crudos de la pandemia, se estrenaba en la sala Lazaroff, en la Curva de Maroñas, la obra de teatro para niños De puertas abiertas, dirigida por Leticia Magallanes y a cargo del colectivo homónimo. Durante los meses siguientes la obra hizo un camino que la llevó a la escuela 157 de Villa García, en el Montevideo rural, donde desde 1952 hasta 1975 tuvo lugar la experiencia comunitaria de la Unidad Educativa Cooperaria dirigida por José Pedro Martínez Matonte, que luego se vería abruptamente interrumpida al instaurarse la dictadura cívico-militar en el país. Además, recorrió distintos barrios de Montevideo y algunos departamentos del interior del país. La semana próxima, con todo ese rodaje y mucho ensayo en Espacio Rodó, se presentará en la sala Zavala Muniz del teatro Solís, en un horario poco habitual para una oferta dirigida a las infancias: de martes a jueves a las 19.00 y el viernes a las 20.00.

“La obra infantil está dirigida a las infancias y a sus familias, y trae como inspiración lo sucedido en la escuela 157 de Villa García: una escuela con alto sentido de pertenencia, abierta a la comunidad y precursora de la escuela de tiempo completo. La dramaturgia se nutre de las conversaciones con los protagonistas de esa historia real, quienes marcan la importancia del acceso a la alimentación, además del estímulo de los niños a través de talleres, música, cocina y huerta. Fue así que nos planteamos tomar estos elementos y nos preguntarnos: ¿cómo sería construir una escuela así en la actualidad?”, comenta Magallanes.

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Foto: Difusión

Cuatro funciones con after

En cada fecha, después de la función, habrá un plus que en todos los casos tendrá como eje el rescate de la memoria de esta valiosa experiencia educativa y comunitaria, y la discusión y la reflexión en torno a ella. El martes, en la apertura, Silvia Martínez del Río, hija de Martínez Matonte, leerá poesías de su padre, acompañada en la guitarra por Juan Daniel Hernández, músico y exalumno de la escuela; el miércoles habrá un intercambio en un foro con el público, moderado por el comunicador Diego González, en el que la directora y la subdirectora actuales de la escuela contarán el hoy de la institución; el jueves el foro será con el elenco, el equipo del área de educación del Solís y grupos de magisterio; y el viernes, como cierre, se presentará nuevamente Juan Daniel Hernández, que cantará sus canciones originales que hablan de la experiencia de Villa García.

“Juan Daniel es un exalumno que estaba en el momento en que se llevan [preso] a Martínez, en el 75. Nos ha contado muchas veces el minuto a minuto de cómo fue, ellos estaban en clase. Él compuso una canción, una cantata, una especie de ópera criolla que relata todo. Esta historia tiene esa mezcla de sensaciones, porque quedó muy marcada la interrupción, pero al mismo tiempo, o tal vez por eso mismo, el legado está intacto, es una cosa que se revive constantemente”, comentó a la diaria Sebastián Torterola, integrante del elenco.

Con respecto a cómo llegan a la presentación en la principal sala montevideana, Magallanes relató: “La preparación viene bien, ya lo podemos disfrutar de otra manera al tener la obra muy pasada. Venimos de Maldonado, donde hicimos unas funciones en vacaciones de julio, además de las de extensión en el Florencio Sánchez. Hay algo de que la obra ya gira sola que hace que ahora podamos disfrutar mucho más como equipo, porque no hay tanto detalle en cuestiones técnicas o necesidad de parar la obra, sino que se trata más de disfrutar. Es nuestra primera experiencia en el teatro Solís, con lo que eso implica y la visibilidad que le da al proyecto”. Torterola agregó: “Es increíble los niveles de la propuesta: el humor está dirigido en varias capas y, si bien hay momentos de humor más para los niños, también son disfrutables y enternecedores para los adultos, que se ríen también, obviamente que desde otro lado. El año pasado, que fue el momento más intenso de funciones, con públicos diversos, la respuesta fue divina: a pesar de la diversidad, hay algo que toca que es la cosa más humana; incluso el hecho de que transcurra en un salón de clase de escuela primaria hace posible una identificación más amplia”.

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Una historia que insiste en ser contada

“Nosotros no buscamos la historia, sino que ella nos buscó”, sostuvo Magallanes. Es que en la génesis de la obra hubo coincidencias que todavía les asombran: “Yo estaba escribiendo una obra dirigida a las infancias y había hecho un pequeño boceto sobre un maestro rural que se llamaba José Pedro, que construía una escuela en el entorno rural entre Montevideo y Canelones, a la que llegaba la primera generación de alumnos. Compartí esa idea con una compañera y ella me dijo: ‘Esa historia ya existe’. Ya había armado un pequeño equipo para hacer esta obra, y decidimos hacerle caso a esto que estaba apareciendo e investigar sobre la experiencia en Villa García y que la obra fuera sobre eso”.

En la propuesta artística hay una intención de rescatar la memoria acerca de los hechos históricos que la inspiraron. “Tiene que ver con la educación y con la institución puestas al servicio de la comunidad y no al revés, y con atender las necesidades de la comunidad, donde lo más inmediato en cuanto a necesidades básicas insatisfechas era lo que primaba. A partir de ahí es que surge la experiencia de Villa García, no poniendo la estructura por delante, sino todo lo contrario. Uno entra por ese camino y hay múltiples niveles de reflexión y de rescate de la memoria, que es lo que nos interesa”, apuntó Torterola. Y agregó: “Al ser un rescate de memoria de algo que pasó hace más de 50 años, es un viaje en el tiempo y a cómo se organizaba la gente en aquel momento, los valores, el dedicarse por entero a una causa; en este caso, un maestro rural que vivía en la escuela y su vida era eso, y contagiaba a los que lo rodeaban para que también se dedicaran de cuerpo y alma. Por otro lado, ver que, si bien hubo interrupción e hicieron todo lo posible por apagar eso, no pudieron”.

De puertas abiertas. Martes 16 a jueves 18 a las 19.00 y viernes 19 a las 20.00 en la sala Zavala Muniz del teatro Solís. Dirección y dramaturgia: Leticia Magallanes. Colectivo De Puertas Abiertas. Entradas: $ 400, en venta en Tickantel.


Reposición breve

Para los que no la vieron, en la sala Zavala Muniz del teatro Solís sigue hasta este domingo Nadie es la patria, de Gustavo Kreiman. “Siete escenas en busca de lo que somos. La identidad uruguaya en el escáner”, dice Iván Solarich, quien junto con Micaela Larocca le pone el cuerpo a este desglose y aproximación escénica al ser nacional. Las entradas se consiguen en Tickantel a $ 500.

Texto y personajes

En el marco del estreno, previsto para octubre, de una obra escrita y dirigida por Josep Maria Miró con la Comedia Nacional, el Instituto Nacional de Artes Escénicas (Zabala 1480) convoca a un taller de escritura con el artista catalán.

Buscará reflexionar e investigar en el abanico de posibilidades que plantean las estructuras monologadas, ya sea dentro de un texto para varios actores o de aquellas pensadas exclusivamente para un único intérprete.

Inscripciones y más información en gub.uy/mec/inae.

Para evitar el cierre del teatro Victoria

“Desde la Asociación Civil Teatro Victoria hemos gestionado, equipado y cuidado este hermoso edificio patrimonial de 120 años de historia desde 1996. En estos 24 años albergamos en esta sala a la Comedia Nacional durante el cierre del Solís, espectáculos de cientos de actrices y actores, directores, dramaturgos, escuelas de teatro, cuerpos de danza, bandas y artistas musicales. Necesitamos de tu solidaridad para equipar y adecuar el espacio a las medidas exigidas por la Dirección Nacional de Bomberos, cuyos costos se nos hacen imposibles de cubrir al mismo tiempo que nos recuperamos de dos años de pandemia. Cualquier aporte es bienvenido”, fue el pedido de auxilio que dieron a conocer esta semana los responsables de la sala de la calle Río Negro.

Es necesario, según se hizo saber, juntar al menos $ 340.000. Para aportar se puede depositar en la caja de ahorro en pesos 001888574-00002 del Banco República, a nombre de la Asociación Civil Teatro Victoria, y en Redpagos y Abitab en la cuenta 1579258. Indicar en el asunto “Apoyo al Victoria”.

Al hueso

Desde Buenos Aires regresa Luis Machín con El mar de noche, de Santiago Loza, al invencible teatro Odeón, que se incendió el 1º de enero de 1996 y se mantuvo inactivo hasta diciembre de 2019, cuando tras un largo proceso de reconstrucción la compañía Pequeño Teatro de Morondanga lo volvió a encender.

“Este es un texto complejo porque ahonda en la soledad de un hombre, la narración de un estado que genera la pérdida del amor, y la pérdida en su multiplicidad de facetas, ya que se puede vincular con las pérdidas en general; el dolor y la distancia que implica dejar de visualizar a la persona como una continuidad de uno. O la posibilidad de simbiosis que propone el texto”, dijo Machín en ocasión de una función anterior del espectáculo, que ahora visitará el Odeón. Este rosarino es un intérprete asociado, por ejemplo, al Sportivo Teatral, con el que se presentó una década atrás con La pesca, de Ricardo Bartís, pero también se trata de un actor que participó en Así habló el cambista, film del uruguayo Federico Veiroj.

Aunque la convocatoria para este unipersonal con dirección de Guillermo Cacace (Mi hijo sólo camina un poco más lento, La crueldad de los animales) es para el 14 y el 15 de octubre a las 21.00 y el 16 a las 19.00, las entradas son limitadas y ya toman reservas a través del correo [email protected] y al Whatsapp 099 582 793.