Las revelaciones que aparecen en Guillermo Pérez Roldán confidencial, dirigida por Matías Gey, impresionan a cualquiera. La docuserie recorre la dura vida del extenista de élite que a finales de los 80 llegó al puesto 13 del ATP y es considerado uno de los mejores de la historia de la disciplina deportiva en Argentina.

Los tres ágiles capítulos de la serie son narrados por el propio Guillermo, por colegas (Gabriela Sabatini, Mariano Zabaleta) y por periodistas (entre ellos, Gonzalo Bonadeo) y detallan, además de su carrera profesional, el infierno que vivió debido al maltrato físico y psicológico ejercido por su padre y entrenador, Raúl Pérez Roldán, quien también brinda testimonio.

Raúl fue un entrenador tandilense famoso en la década de 1980 y por su escuela pasaron muchos de los mejores tenistas argentinos de la época. En la serie nunca llega a admitir como maltrato eso que él ve como dureza. “Como entrenador fui bueno. Lo demás...”, dice imperturbable, sin reconocer la gravedad de lo que provocó y, por supuesto, tampoco otras zonas perversas de su vida, ya que además maltrataba a su esposa y a su hija Mariana, también tenista. Uno de sus exalumnos, Mariano Zabaleta, lo define como “un absoluto psicópata”.

Escudada en el “sacrificio” y la “disciplina”, la escuela Pérez Roldán abusó sistemáticamente de jóvenes que se acercaban para aprender tenis. Bajo la justificación de la exigencia del deporte de primer nivel y por medio del miedo instalado en sus alumnos, el entrenador sentó un modelo de preparación que en su momento fue exitoso, aunque violento y abusivo. Tres décadas después, su plan deliberadamente siniestro salió a la luz.

Con un enfoque íntimo y profundo, Guillermo Pérez Roldán relata los abusos del padre, quien lo sometió a extremas exigencias dentro y fuera de la cancha con la enfermiza obsesión de que se convirtiera en el número uno, canalizando en su hijo sus propias frustraciones y odios. Además recorre los extraños eventos alrededor de su retiro anticipado a los 29 años, derivado de una grave lesión (en la que también estuvo involucrado Raúl) y cuenta una estafa millonaria que, según él, fue orquestada por su padre, en la que perdió cinco millones de dólares.

Luego de largos años de reserva, Guillermo, gracias al impulso de excolegas, pudo denunciar a su padre por malos tratos y este, cual violento de manual, declaró: “Me gustaría hablar con mi hijo, porque esto tuvo una trascendencia que no debió haber tenido. Pero él me bloqueó de todos los teléfonos”.

Atrapante y cruda, Guillermo Pérez Roldán confidencial da cuenta de los efectos físicos y emocionales del maltrato infantil y de la violencia en el deporte, que toca un punto límite con los dos intentos de suicidio del protagonista. Más allá del contexto histórico y de los cambios en la comprensión de la violencia, la historia es también una muestra de la involuntaria complicidad de quienes rodean a los maltratadores, lo que tiene como resultado una completa impunidad. En definitiva, la serie remarca la importancia de intervenir, acercarse a la víctima y quebrar el pacto de silencio. Como dice el extenista, “que te pegue tu papá una vez o dos no es tan relevante, pero que te destruyan es otra cosa. Quiero parar con la violencia intrafamiliar y sobre todo en la infancia, que es cuando te forja la personalidad”.

Guillermo Pérez Roldán confidencial. Tres episodios de 40 minutos. En Star+.