Hay un juego muy popular en las reuniones sociales en casas donde los dueños deciden no prender el televisor, que se conoce popularmente como El asesino. En sus distintas variantes, consiste en asignar roles a los distintos participantes, siendo uno de ellos el encargado de “asesinar” al resto de los jugadores, mientras que otra persona es el detective que tiene que descubrir al culpable.

La película Muerte muerte muerte, dirigida por Halina Reijn y disponible en alquiler digital en servicios como NS Now, gira alrededor de este juego. Allí se llama Bodies Bodies Bodies (que también es el título original) y es un poco más pillo, ya que la escena del crimen es una casa a oscuras y los participantes son en su gran mayoría jóvenes, un poco cachondos y bastante colocados.

La acción tiene lugar en una lujosa mansión en la que se desarrolla una fiesta durante una feroz tormenta. Allí se reúne un elenco que tiene algunas caras medianamente conocidas, empezando por Pete Davidson, miembro de Saturday Night Live y meme viviente luego de sus relaciones con Ariana Grande, Margaret Qualley o Kim Kardashian. Él interpreta a David, el dueño de casa... o mejor dicho, el hijo de los dueños de casa.

Todo comienza con la llegada a la mansión de la pareja formada por Sophie (Amandla Stenberg, Rue en Los juegos del hambre) y Bee (Maria Bakalova, la hija de Borat en la segunda película). Los recibirán Jordan (Myha’la Herrold en Industry), Emma (Chase Sui Wonders), Alice (Rachel Sennott en Shiva Baby) y Greg (Lee Pace, Ned en Pushing Daisies). ¡Basta de nombres! Pero es que el elenco es corto, y me daba un poco de vergüenza dejar a alguien sin nombrar.

Ahora sí. La pareja llega tarde y la fiesta (y la trama) está in media res alrededor de la piscina. A los presentes no les hace gracia que llegaran Sophie y su novia, en especial porque no confirmó su presencia en el grupo de Whatsapp. Para peor, David tiene un ojo en compota y todo apunta a Greg, el veterano que irradia una muy incómoda energía. A los pocos minutos la desconfianza y la incomodidad se ven reemplazadas por la alegría y la euforia que solamente producen toda clase de sustancias permitidas y prohibidas.

Ya en la noche, cuando la tormenta los obliga a dejar la piscina y entrar a la casa, es que se desarrolla el juego que mencionaba al principio. A partir de ese momento comienza el suspenso, porque uno sabe que la cosa se pondrá oscura en cualquier momento, y no me refiero a las luces apagadas. La clave de este juego es argumentar por qué uno sospecha de otra persona, y esa persona deberá defenderse, algo que solamente sirve para reavivar rencillas previas entre los fiesteros.

En algún momento, que funciona mejor si es sorpresa, uno de los participantes del encuentro tiene un violento y sangriento final. Eso enciende las alarmas de los sobrevivientes, quienes (entre otras teorías) creen que la persona elegida en El asesino está continuando la faena en el mundo real, como aquella vez que decían que un jugador de rol había matado a una persona porque el juego se lo había ordenado. Pero me estoy yendo por las ramas. Ahí es donde la película se pone apasionante, ya que se convierte en un violento juego de supervivencia y acusaciones cruzadas. Básicamente, el Bodies Bodies Bodies en donde perder te cuesta la vida.

El elenco está a la altura de las circunstancias y hay una gran escena sobre el final de la historia, cuando (obviamente) son menos las personas que quedan en juego, y la conversación toca muchísimos temas presentes en las nuevas generaciones, como la conciencia de clase, de género y otras conciencias. Los diálogos son muy graciosos, sin burlarse de aquellas personas que tienen pensamientos más empáticos, sino las exageradas, hipócritas o directamente falsas. La película es buena, pero ese momento casi que vale todo el film.

Faltará información durante toda la historia y los últimos segundos tendrán su momento que, sin llegar a ser vuelta de tuerca, despeja varias de las interrogantes. Como para coronar una hora y media muy ágil, en la que habrá sangre y humor (negro) para satisfacer a la audiencia que disfruta de tal combinación. Ah, me olvidaba: odio jugar a El asesino porque soy muy malo mintiendo y me pongo muy nervioso. Estoy deseando que me maten para seguir mirando de afuera. Por favor, no infieran nada de ese comentario.

Muerte muerte muerte, de Halina Reijn. Con Amandla Stenberg, Maria Bakalova y Pete Davidson. En alquiler digital.