Una escritora agotada de su propia saga literaria. Un aventurero profesional. Un villano con un punto ridículo y su propia agenda. Todos ellos perdidos en una selva tropical, buscando un antiguo tesoro perdido. No, no estamos ante un Sábados de cine que repone Dos bribones tras la esmeralda perdida (Robert Zemeckis, 1984) o ante su secuela, La joya del Nilo (Lewis Teague, 1985), aunque comparten el ADN. La ciudad perdida toma todos los tópicos que hicieron tan populares a aquellas películas protagonizadas por Michael Douglas, Kathleen Turner y Danny DeVito y los extrapola al presente.

Así, la Loretta Sage de Sandra Bullock es el mismo tipo de escritora sin inspiración (aunque bastante más independiente) y el Jack Trainer de Brad Pitt es una parodia sin defectos del aventurero falible que interpretaba Douglas, así como el peligro que implica Daniel Radcliffe supera con creces al que representaba DeVito. Acaso el aporte más original de la película que dirigen con gracia los hermanos Aaron y Adam Nee sea el espacio que le asignan al actor Channing Tatum.

Pero luego la película, que podemos encontrar hoy en Star+, sostiene el molde sin vergüenza o resquemor: la escritora que quiere dejar su saga de estúpidos romances termina involucrada en la búsqueda de una ciudad fantástica, secuestrada por el villano de turno, y le toca en suerte al héroe ir a rescatarla, con la salvedad de que llevará al modelo a cuestas.

Así, a medida que los personajes se van internando en la selva de República Dominicana, el juego de aventura y comedia va quedando servido. Aunque no vamos a encontrar originalidad, sí encontraremos comedia particularmente efectiva. Bullock está por completo en forma (luego de algunos estrenos medio olvidables) y comanda la función con la entereza que le dan los más de 30 años en la industria, sosteniendo una química envidiable con Tatum, que está simplemente deslumbrante. Quién hubiera imaginado que el carilindo musculoso tenía tal potencial cómico, que ha resultado ser su principal baza en los últimos años de su carrera. Pitt aporta muchísimo con su secundario, quien ya podría llamarse simplemente “Brad Pitt”, y, por su parte, Radcliffe se divierte mucho hasta que la película lamentablemente lo olvida y su villano se desdibuja, saliendo de escena. Pero el combo que mantiene la comedia y la aventura son Bullock y Tatum perdidos en la selva, peleando con mercenarios, descubriendo tesoros. Son casi dos horas a puro ritmo y diversión, sin que desfallezca el relato.

Divertida y simple –pero eficaz, lo que nunca es menor–, La ciudad perdida hace un juego con otro estreno reciente, Bullet Train, en el que Bullock intercambia lugares con Pitt y ofrece el secundario de lujo. Como en el modelo original que conformaron Michael Douglas y Kathleen Turner, una amistad forjada en éxitos que se sostiene incluso hasta nuestros días. Sólo falta esperar –y desear– que Pitt y Bullock nos regalen su propia Guerra de los Roses.

La ciudad perdida. 112 minutos. En Star+.