La grieta, entre animales salvajes, un thriller psicológico escrito por los españoles Gracia Morales y Juan A Salvatierra (ganador del Premio Lorca del teatro andaluz 2016), llega al teatro Solís con dirección de Claudio Quijano. Sobre el tópico de los amigos que deciden pasar un fin de semana afuera, la versión local es una puesta en escena que explora los límites entre cine y teatro.

“En mi experiencia, fue un poco atípico cómo llegué al proyecto, porque los actores encontraron este texto, que les pareció desafiante, y me contactaron a mí para que les dijera si me interesaba acompañarlos en este proceso desde la dirección. Al tener experiencia en dirigir audiovisual y teatro, siendo mi base de formación el audiovisual y la actuación desde el mundo del teatro, creo que ellos vieron que me podía llegar a interesar porque este texto lo que plantea es unificar esas dos plataformas”, cuenta Quijano.

“La obra es un thriller psicológico, un género tratado casi exclusivamente por el cine, y lo desafiante de este espectáculo es lograr traducir ese lenguaje y hacerlo convivir con lo teatral. Algo de eso hubo también para que la propuesta me llegara”, agrega quien codirigió, por ejemplo, la serie Feriados y probó un acercamiento anterior de lo audiovisual a escena en La muerte de todo compartimiento estanco (2019).

“Este texto se desprende de una experiencia que tuvieron los integrantes de la compañía española. En una primera etapa de gestación, era parte de un proyecto transmedia que se llamó solamente La grieta. Ese producto que ellos sacan es una webserie a la que le va muy bien. Siguen trabajando y de ahí se desprende este texto teatral, La grieta, entre animales salvajes”, ordena Quijano.

Lo primero que le planteó al equipo fue no tener en cuenta la matriz que la obra tuvo en Granada, no contaminarse de aquel encare, quedarse con el formato pero haciendo una lectura propia. “Porque además hay cosas que son culturales”, explica, como que el espectáculo allí estaba pensado para actores de entre 35 y 45 años, ya que el tipo de experiencias que retrata la pieza, irse para afuera con amigos, “en Europa es más propia de esa segunda adolescencia que se da a esa edad, y en el cono Sur pertenece mucho más a una generación más chica, entre los 20 y los 25”, apunta.

Con esa interpretación, aquí el elenco es claramente más joven, pero la conexión con la agrupación original se apoya en otros códigos. “Sin conocernos previamente y sin saber uno del trabajo del otro, creo que nos emparentamos con esa compañía. Mi trabajo como director siempre ha sido trabajar sobre la transmedialidad, sobre el audiovisual incrustado en el teatro de una forma narrativa, no decorativa ni con esta idea de VJ, como si fuera vestir imágenes para que la escenografía resalte más. En mis espectáculos siempre el audiovisual es muy necesario desde lo narrativo. Creo que ellos también tuvieron esa intención. Es una especie de sincronicidad que se dio”, observa.

La historia “es como un subgénero dentro del thriller psicológico. Incluso, más relacionado con lo que tenemos en la retina: los amigos que se suben a una camioneta, que hacen ruta, que llegan a una casa o a una cabaña en un bosque, en este caso son las sierras. El texto rescata todos esos elementos que tenemos metidos en la cabeza, y a mí como director me gusta jugar con lo que pienso que el espectador ya trae”, dice Quijano sobre un pacto que arranca en el spot de difusión, trabajado como un tráiler.

“Eso genera un compromiso a la hora de plantear el dispositivo escénico”, explica. Todo lo que se ve en una gran ventana que integra la escenografía está previamente filmado en Lavalleja. Desde cada uno de los rubros se apunta a que “el espectador tenga la idea más aproximada de estar viendo una película, pero sabiendo que está dentro de una sala teatral”.

El proyecto fue ganador de Cofonte y Fondos de Incentivo Cultural y es una producción de Manso. Entre los planes están una gira por el interior y, si logran nueva financiación, presentarse en Buenos Aires y San Pablo, y también lograr hacer funciones en Granada.

La grieta, entre animales salvajes se estrena el 2 de noviembre y va únicamente por cuatro funciones, de jueves a sábado a las 20.30 y el domingo a las 19.30, en la sala Zavala Muniz del teatro Solís. Entradas en Tickantel y boletería del teatro a $ 550.


Performance en el Museo de la Memoria

Un elefante ocupa mucho espacio, versión escénica de un cuento de Elsa Bornemann que fue censurado en la última dictadura Argentina, podrá verse este sábado a las 17.30 y con entrada libre en el Museo de la Memoria (MUME, Avenida de las Instrucciones 1057).

“En esta adaptación teatral, dos trabajadores de una imprenta realizan sus tareas de forma cotidiana y repetitiva. De repente descubren que están empaquetando un cuento prohibido que los cambiará para siempre. Es la historia de Víctor, un elefante de circo que organizó junto a sus compañeres su primera huelga general de animales. ¿Lograrán volver a sus anchas selvas? Una obra de teatro que fusiona el live coding haciendo la escenografía a través de la escritura en vivo de códigos de programación, con el teatro y lo impreso. Es una obra que mantiene viva la memoria y es una resistencia al olvido”, sentencia Ediciones Performáticas Fábrica La Palmera.