El cuarto y multipremiado largometraje de la audaz actriz y directora canadiende Sarah Polley no es solamente una historia de lucha feminista, sino una declaración de principios acerca de la protesta antipatriarcal llevada a cabo por un grupo de mujeres de una colonia menonita ultraconservadora.

Inspirada en hechos reales sobre la comunidad Manitoba (ubicada a 150 kilómetros de Santa Cruz, Bolivia), fue ganadora del Oscar a Mejor guion adaptado y se basa en la novela homónima de Miriam Toews. Cuenta con un elenco de lujo: Rooney Mara, Claire Foy, Jessie Buckley, Judith Ivey, Ben Whishaw y la enorme Frances McDormand (quien también es productora junto a Brad Pitt).

El relato, oscuro y terrorífico, se ubica en 2010 y narra los abusos de siete hombres que durante años drogaron y violaron a mujeres de su propia comunidad, culpando a extrañas fuerzas sobrenaturales de sus más de 100 ataques. Pero Ellas hablan no se centra en los crímenes cometidos por los varones, sino en sus consecuencias y en cómo un grupo de ocho mujeres, históricamente reprimidas y confinadas al aislamiento y a la obediencia religiosa, decide rebelarse.

“Lo que sigue es un acto de imaginación femenina”, se declara al comienzo, y esas palabras son una ironía y un desafío: las mujeres se unen para resolver su respuesta a años de abuso sexual en que los líderes masculinos de su comunidad silenciaron sus quejas insistiendo en que los horrores que sus cuerpos y mentes experimentaban pertenecían al reino de los demonios o de la “imaginación salvaje femenina”. Aquí, la noción de gaslighting adquiere una fuerza cruda y avasallante: las mujeres son invisibilizadas sistemáticamente y se les cuestiona su propia percepción de la realidad, llegándose al colmo de hacerles pedir perdón por dudar de los hombres.

Esta conmovedora y reflexiva película de Polley muestra el poder de las palabras convertidas en acciones y que eso, para las personas a las que se les ha negado históricamente su voz, es un gran acto revolucionario. Explora sobre la fe, la ira y el perdón, y profundiza en los sentimientos contradictorios de estas madres e hijas cansadas del maltrato machista pero divididas respecto de cómo actuar frente a él. Mientras algunas prefieren quedarse y luchar y otras sostienen que irse es la mejor opción, transcurre un tenso y brillante ejercicio dialéctico. Un grupo de mujeres, reunidas discutiendo sobre su futuro, dan una clase magistral de sororidad, dignidad y empoderamiento.

Los relatos multigeneracionales de las aberraciones sufridas son desgarradores. Los traumas colectivos y a la vez individuales dan cuenta de las heridas y dudas de estas mujeres de una comunidad que, escudada en la devoción cristiana, permitió el uso y abuso de sus cuerpos, su psiquis y sus emociones. La atmósfera es vetusta y austera y, a base de un brillante ensamble actoral y un guion contundente, logra transmitir la urgencia de la decisión: esa conversación clandestina y subversiva a contrarreloj, es en definitiva la que determinará sus vidas y las de sus hijos.

Ellas hablan. 104 minutos. En Prime video.