La autora para niños y jóvenes Judy Blume lleva escritos 29 libros y prometió que el único que nunca consideraría para ser versionado en cine era ¿Estás ahí, Dios? Soy Margaret, de 1970. Esa obra atemporal sobre la adolescencia se convirtió en un rito de iniciación para niñas y también para madres y padres. Transformada en un clásico, fue revolucionaria para la época: su protagonista, una vivaz preadolescente, cuestionaba con valentía su lugar entre sus compañeros, sus creencias religiosas y su familia a través de incómodas conversaciones sobre menstruación, sutienes y toallitas.

Blume se mantuvo firme hasta 2018, cuando la guionista y directora Kelly Fremon (The Edge of Seventeen) y el productor ganador del Oscar James L Brooks (Mejor imposible) llegaron con la idea perfecta para una adaptación; el trato se cerró y en 2023 esta comedia vio la luz.

Are You There God? It’s Me, Margaret narra la historia y evolución de Margaret Simon (Abby Ryder Fortson), una niña de 11 años a la que se le da vuelta el mundo cuando sus padres, Barbara (Rachel McAdams) y Herb (Benny Safdie), deciden mudarse desde Nueva York a un suburbio en Nueva Jersey. El evento será especialmente perturbador ya que vivirá lejos de su amada abuela, la efervescente y mandona Sylvia (Kathy Bates).

Ambientada en los años 1970 (aunque la historia parece no anclarse en una época específica), la película sigue el crecimiento de Margaret con nuevo barrio, nueva escuela, nuevos amigos, y describe el pasaje de una dulce niña que habla espontáneamente con Dios, y le pide que le crezcan los senos, a una interpelante joven. Y es que además de los típicos dilemas de una cuasi adolescente, como las interrogantes en torno a su cuerpo y la aceptación de los demás, Margaret hace un fuerte replanteo religioso y una búsqueda de su propia fe: por el lado paterno es judía, mientras que sus abuelos maternos son cristianos. Por lo tanto, en su casa nunca han celebrado ninguna festividad religiosa, lo que ha generado en Margaret enojos y dudas porque ¿qué debería hacer cuando sus compañeros festejan Navidad o Hanukkah?

Los constantes diálogos con Dios no sólo muestran los miedos y conflictos de Margaret, sino que son una adorable muestra de la permanencia, a lo largo de las décadas, de los deseos de las adolescencias: crecer rápido, la aprobación de los pares y, más acentuado en las niñas, el poder de la mirada ajena en la construcción de sí mismas. Es también una demostración de torpeza y desconcierto de madres y padres que transitan el repentino crecimiento de sus hijos. Aquí, una siempre fascinante Rachel McAdams encarna a una mamá que, además de lidiar con batallas personales y familiares, intenta desesperadamente empatizar con su cambiante hija.

El incipiente desarrollo de Margaret desnuda las presiones a las que las mujeres son sometidas desde su niñez: la ropa que deben usar, la incomodidad y disconformidad con sus cuerpos, la imposición de la belleza y el aspecto físico, y los roles de género. La película es a la vez una cálida e inteligente visión del poder del matriarcado y la influencia de madres y abuelas en la autoconfianza de las niñas.

¿Estás ahí, Dios? Soy Margaret es un divertido y entrañable relato acerca de la impaciencia por la llegada de la adultez, en tanto brillante y fiel adaptación de un best seller con una narrativa que cuida al extremo la ambientación retro (resulta extraño ver niñas sin celulares ni tablets). Kelly Fremo lleva adelante su versión con humor y una sincera mirada a las adolescencias, y de la emoción y confusión de ser joven. ¿El resultado? La escritora ha dicho que la película quedó mejor que su propio libro.

¿Estás ahí, Dios? Soy Margaret. 105 minutos. En Netflix.