“Para mí fue toda una sorpresa recibir esta invitación y tremendo cierre de año”, dice Eli Almic, de paso por Montevideo, luego de terminar uno de sus últimos ensayos con su banda, de cara al show que brindará este sábado en la rambla de Punta Carretas.
“Pienso que en un toque así hay temas que no pueden faltar y otros que quiero que la gente conozca”, vuelve a repasar su plan, en diálogo con la diaria. Bajo, batería, teclados y un saxo son su compañía habitual en escena. Esta vez también habrá tambores, por lo pronto cuando le llegue el turno a “La vitamina”, una canción que grabó junto al grupo de música electrónica F5. También la acompañará el dj RC, un histórico en sus canciones y figura del rap uruguayo.
“Vamos con todo”, asegura la artista a medida que se suman en su cabeza los infinitos detalles que tiene en cuenta, aunque su encare artístico y performático de esta actuación en particular no es muy diferente a cualquier de sus anteriores shows. “Vestuario, visuales y luces es lo que puedo controlar”, dice automáticamente como casilleros naturales que deben ser contemplados con esmero. “En un show tan grande hay mucha gente que no te conoce”, explica. “Por tanto, me interesa poder brindar un pantallazo de quién soy y de lo mejor que puedo dar. Siempre trato de generar algo impactante. Así que para este Late me subo al escenario con un arsenal”, expresa con entusiasmo.
“Está buenísimo, aunque no me deja de sorprender. Al fin, ojalá esto siga pasando”, cuenta sobre la grilla paritaria del festival. “No pienso que sea algo que tenga que ser totalmente estático, pero si se mueve la cosa, está bueno que siga pasando así”.
En mayo de este año, Eli se instaló en el barrio porteño de Villa Crespo: “No es que pensé en radicarme en Buenos Aires”, explica. “Voy viendo paso a paso, por ahora sigue siendo todo muy volátil. Lo que me pasó es que necesitaba estar en otro lado con más movimiento, y la opción más sencilla y barata era irme para allá. Ya sabemos que la crisis económica nos favorece a nosotros, también me ayuda la distancia, porque si me sale un toque en Uruguay, en cuatro horas puedo estar acá. Lo que tengo claro es que si no me muevo, no sé si las cosas que quiero que pasen van a pasar”, añade.
Su viaje coincidió con otra decisión importante. En 2020 había editado el LP Días así y nada la estaba apurando a grabar su sucesor. “Siempre pensé que tiene que haber un sentido, ¿para qué quiero grabar un disco nuevo?”, afirma. “En un momento me dije: ‘nunca conté cómo me sentía cuando era niña, o muchas cosas de mi familia’, y me di cuenta de que no quería un conjunto de canciones sueltas; así llegué a la idea de meterme en una madriguera y de decir: ‘yo quiero hablar de esto ahora, y hacerlo como un disco conceptual y más personal”, relata. “Creo que algo de lo que me inspiró fue la obra de Kendrick Lamar. Él se queda en un tema y lo desglosa, te cuenta la historia de su barrio y en la siguiente canción te cuenta sobre un vecino que era su amigo y que alguien mató y así, en cada tema va a abriendo ese universo”.
Vuelta a las raíces
“Siento que haber hecho música con otros estilos terminó por hacerme mucho más rapera, y encuentro un sentido en eso a la hora de contar cosas de mi historia”, confiesa, a propósito de sus nuevas búsquedas y su nuevo perfilamento estilístico. La música de la uruguaya siempre fue fiel al hip hop, pero también experimental, al estilo de artistas como De La Soul y A Tribe Called Quest, amigos de las melodías de soul, reggae y dancehall. De esta vuelta al origen de sus rimas, por ahora sólo puede adelantar los nombres de dos de sus nuevas canciones, todavía inéditas, “Voilà” y “Hoy”.
“En Buenos Aires voy a ver toques todas las semanas, pero en realidad estoy muy concentrada en componer para el próximo disco. Con tutoriales de Youtube aprendí a usar un programa de edición de sonido y cada día me manejo mejor. En esto de la búsqueda creativa, siento que es importante estar como metida para adentro. Además, nunca había vivido sola y me estoy acostumbrando”, dice.
“Me armé una rutina de trabajo muy distinta a la de discos anteriores”, cuenta. “El día es mi mejor aliado para escribir, de noche ya no tengo ganas. Me levanto temprano, hago mi desayuno, pongo las noticias para no perder el foco con Uruguay y me siento junto a una mesa bastante grande donde puedo pasar horas. Nunca me había grabado a mí misma. Eso tiene sus ventajas y desventajas, pero es una dinámica muy estimulante”, afirma. “Puedo pasar todo un día haciendo una canción. Mientras escribo, voy pensando el flow y las melodías, entonces cuando voy a grabar ya sé cómo es cada parte. Poder escuchar lo que grabaste al final del día, sin la necesidad de mandárselo a un beatmaker, es espectacular”.