“Este casete contiene lenguaje que puede resultar ofensivo”, fue el mensaje que estampó el extinto sello Orfeo, dirigido por Alfonso Carbone, en la tapa de Solo quiero salir de aquí, el primer álbum de la banda uruguaya Cross, editado en 1991, con un sonido oscuro, metalero y letras directas y nihilistas. El debut en las bateas se dio bastante después de que el grupo se formó, en 1984, comandados por un quinceañero Marcelo Lilienheim (mejor conocido como Marcelo Cross), guitarrista, cantante y compositor.
Hoy, el músico dice que algunas de las letras que escribió, “lamentablemente, son absolutamente vigentes porque vivimos en este mismo infierno”, en referencia al clima que percibía cuando cultivó aquellas canciones.
La paradoja –subraya Marcelo– es que fueron justamente las letras de aquel primer disco las que impidieron que el casete saliera “en tiempo y forma”, cerca de 1987, cuando ya estaban prontas para grabarse, en plena ebullición del rock posdictadura uruguayo. Había mucha edición de discos, la mayoría a cargo de Orfeo, y de festivales por aquí y por allá, pero el sello era reticente a publicar el trabajo de Cross debido al contenido de las canciones. Por eso, Orfeo puso la advertencia en la tapa cuando finalmente sacó el álbum a la calle.
“En realidad, no había nada ofensivo. Hoy se escucha basura soez, pero no podés hablar del suicidio, de los problemas reales que ocurren. En Uruguay somos una sociedad bastante negadora, entonces, mejor no editar ciertas cosas. Existe todo el rock que fue homologado por el sistema, como Los Estómagos y Traidores, donde todo eso se dice veladamente; pero lo que yo hice fue in your face, como dicen los yanquis”, subraya el músico.
Marcelo cita la letra de “Crudo y salvaje”, canción incluida en el disco A miles de kilómetros de acá (1997), el último del grupo (luego el músico editó un disco más, pero como solista): “Hoy te invito a ver el mundo como es, / un espectáculo crudo y salvaje, / este show de mierda está a punto de empezar / y sobre el escenario están los gusanos y la podredumbre”. El cantante subraya que “eso es más punk que todo el punk que se hizo en Uruguay”, y eso que se supone que él es “heavy”, aunque subraya que no lo es.
En efecto, basta con repasar la discografía de Cross para encontrar canciones cercanas a otros géneros dentro del rock y alejadas del empuje más apurado del heavy metal estándar. Por ejemplo, en Instinto salvaje (1992), el álbum más emblemático del grupo, está “Mujer de cuero”, que Marcelo recuerda que la hizo inspirada en el boogie glam de T Rex, la banda de Marc Bolan, y también remarca la canción “Espirales”, que arranca de a poco, con un tintineo de guitarra limpia, al que el músico emparenta con The Doors, una banda que le encanta. Por no mencionar “Margat”, una canción calma sobre un campo de hongos.
Además, Marcelo subraya que es “fanático mal” de Pink Floyd, al punto de que la introducción de “A miles de kilómetros de acá”, la que abre el disco debut de la banda, es una cita directa al riff de “Interstellar Ovedrive”, el largo tema instrumental incluido en el primer disco del legendario grupo británico, The Piper at the Gates of Dawn (1967). “Es el riff velado, el que lo cazaba lo cazaba. La otra vez uno me dijo que afané el riff. No, boludo, lo puse ahí en joda; si nadie entendía nada. Andá a hablar en esa época del primero de Pink Floyd, era un extraterrestre”, subraya.
Hace añares que Cross no saca material nuevo. Marcelo cuenta que en 2016, con la formación de Instinto salvaje, grabaron parte de un disco, pero no ha podido terminarlo porque se le complica económicamente, ya que cuando no se tiene el apoyo de una compañía discográfica “es muy difícil hacer las cosas”. “Yo ya estoy podrido de bancarme las cosas y de andar acarreando equipos y pedaleras, no tengo ni plomo. Soy un amateur que cuando sube al escenario trata de ser profesional”, acota.
Hace décadas que Marcelo Cross vive en Buenos Aires, por eso son excepcionales las presentaciones de su banda en Montevideo. En 2019, por el festejo de los 35 años del grupo, se despachó con un show en La Trastienda, pero luego vino la pandemia y el confinamiento, que el músico subraya que en el vecino país fue uno de los “más largos del mundo”. Fue así que recién en agosto de este año la banda volvió a tocar por acá, en Live Era, y es allí donde volverá a presentarse hoy, a las 20.00, para cerrar el año. Marcelo cuenta que, en la previa, la presentación de agosto le generó incertidumbre porque “después de tanto tiempo de no tocar, no sabía bien qué onda, pero el show fue alucinante, la gente fue muy cálida”.
Más de 25 años después de su último disco, Cross sigue atrayendo a la gente, pero para Marcelo “lo que sucede es sencillo”, y reflexiona sobre eso: “Si hacés algo con contenido, sentimiento y honestidad, aunque no saques muchos discos o sean contadas las veces que alguien te llama para hacerte una nota, eso permanece en la gente. Y si bien no sacamos muchos discos, con la varias formaciones que pasaron por Cross yo toqué muchísimo en vivo. Si tenés un show que es más o menos digno –y calculo que el nuestro lo es–, donde desarrollás algo que es auténtico, la gente se ve tocada por eso y trasciende las generaciones. Hay mucha cosa que salió en los 80 y en los 90 que hoy nadie la recuerda”.
Cross se presenta hoy a las 20.00 en Live Era (Uruguay y Río Branco). Entradas por Redtickets a $ 1.070.