Diez canciones, media hora en total, concreto y al grano, es lo que encontramos en Temple, el octavo disco de estudio de Alejandro Ferradás, recién editado en plataformas digitales. Lo que más se destaca en las primeras escuchas es que se trata de un disco rockero y muy guitarrero, algo para nada extraño, dado que el músico cultiva ese género y ese instrumento desde hace décadas, como solista y también cuando trabajó en bandas como La Tabaré; este domingo a las 20.00 en el Auditorio del Sodre lo podrán comprobar en vivo quienes asistan a la presentación de Temple.
Ferradás cuenta que hace poco se dio cuenta de que al acostumbrase a usar la misma formación de músicos (Nico Román en bajo, Ariel Iglesias en batería y Santiago Peralta en guitarra) ni siquiera piensa en búsquedas sonoras para cada canción, simplemente graba con la banda y el sonido se traslada naturalmente a los discos. Agrega que las canciones siempre nacen de la guitarra, se las imagina grabadas con ese instrumento y le “cuesta mucho” salir de eso. No obstante, para este disco incorporó algún piano, a sugerencia de Max Capote, como en las canciones “La bodega” y “Punto ciego”, algo que a Ferradás no se le hubiera ocurrido jamás, según confiesa, justamente porque no sale “de las dos guitarras, bajo y batería”.
Este es el primer álbum de estudio de Ferradás con canciones originales luego de Intemperie (2014), ya de hace casi una década, porque en el medio editó el álbum Canciones aferradas (2017), que contenía únicamente versiones de otros compositores uruguayos (como “Nombre de bienes”, de Eduardo Mateo, “Cápsulas”, de Eduardo Darnauchans, y “Atlántida y El Dorado”, de Fernando Cabrera, entre otros). El músico dice que no es de planificar mucho el ritmo de sus discos, aunque sabe que más o menos cada cinco años graba algo, cuando le pica el bichito de entrar al estudio. “Con cuatro o cinco canciones como para empezar a hacer algo, ya me metí, y el resto fue surgiendo en la marcha; no entré con todas las canciones resueltas ni mucho menos”, acota.
El disco cuenta con tres músicos invitados que escribieron la letra del tema que cantan. En el rock-pop “La primera vez” está Samantha Navarro, en la apurada “Aún”, de versos de guitarras muteadas y atmósfera amenazante, hace de las suyas Jorge Nasser, y en “Temple”, la balada acústica que le da nombre al disco, canta Diego Presa.
Al repasar las letras del disco se nota cierto optimismo y Ferradás confiesa que cuando se dio cuenta de eso le llamó la atención, porque distan bastante de las del álbum Intemperie, que es “mucho más oscuro”, porque venía influenciado por otro tipo de canciones. “En Temple todas las canciones están un poco más alivianadas que en otros discos, no tienen tanta carga, y me pareció bueno. No fue algo que me propusiera a priori”, cuenta.
La estética sonora de algunas canciones de Ferradás tiene un aire al de Tom Petty and the Heartbreakers, por el sonido de las guitarras –ni muy limpio ni muy distorsionado–, por el empuje muteado y algunos golpeteos rítmicos, entre otros detalles. Quizás en este disco la más tompettyana sea “A resguardo”. Ferradás cuenta que es vecino de Nasser y que, cuando estaba grabando Intemperie, le mostraba cómo iban saliendo las canciones; hablaban de lo bueno de tener un referente claro e incluso llegaban a decir: “Ante la duda, pensás ‘¿qué haría Tom Petty y qué no haría?’”. Ferradás subraya que quizás a veces la referencia no la sigue tan adrede, sino que la tiene incorporada en algunos tipos de arreglos.
Sobre el título del disco, el músico cuenta que, ni bien le puso “Temple” a esa canción, le pareció que era un lindo nombre para el disco. La otra idea que tenía dando vueltas era “A resguardo”, para hacer contrapunto con “Intemperie” y porque era así como se sentía con estas canciones, que se diferenciaban de las de aquel disco. “Me gusta que lleve ese nombre, me representa bastante en mi vida de los últimos años y coincide con la grabación de este disco. La templanza la he estado buscando y atesorando mucho”, finaliza.
Alejandro Ferradás presenta su nuevo disco, Temple, el domingo a las 20.00 en la sala Hugo Balzo del Auditorio del Sodre. Las entradas se compran en Tickantel a $ 750 y hay 2x1 para Comunidad la diaria.