Este domingo empieza el 25º Festival Internacional de Cine de Punta del Este. La cifra equivale a un cuarto de siglo de funcionamiento, pero la historia es más complicada y más antigua.

La primera edición tuvo lugar hace más bien tres cuartos de siglo, en 1951, cuando fue construido especialmente para la ocasión el cine Cantegril y el festival fue una especie de Cannes latinoamericano, con grandes estrellas internacionales y tremendo glamour, como parte de la estrategia –en buena medida exitosa– de convertir a Punta en un balneario prestigioso y elitista. Luego de una segunda edición en el mismo tenor, en 1952, la experiencia se discontinuó, para ser retomada recién en el cincuentenario (2001).

Para esa ocasión, el Cantegril fue restaurado y modernizado, y sigue siendo la sede principal. El festival cambió de carácter, adecuándose a la realidad de un Uruguay que ya no es el de las vacas gordas. Es el segundo festival más grande de la agenda cinematográfica nacional (luego del de Cinemateca), pero es modesto en comparación con sus orígenes. Suele tener una programación muy buena, invitados importantes y transcurre entre las bellezas del verano fernandino. Lo más especial es que, justamente, al despojarse del glamour y, aprovechando que Uruguay suele ser un lugar menos cholulo que otros, los invitados agradecen la oportunidad de ser tratados como gente (y no como estrellas mediáticas), se entreveran con el público y con los periodistas y se suele armar un clima muy productivo de interacción.

En sintonía con ese enfoque más modesto de la versión siglo XXI del festival, la competencia principal desde hace unos años se especializó en el ámbito iberoamericano. Pude ver de antemano cuatro películas que participarán.

  • La venezolana One Way, de Carlos Daniel Malavé, es, por un lado, una obra programática en contra del gobierno de Nicolás Maduro. Ese enfoque se combina, en forma indisoluble, con un drama personal, de esos extremos, de pérdidas dolorosísimas e irreparables, y tiene una vuelta de tuerca muy sorpresiva, emparentada con Sexto sentido (M Night Shyamalan, 1999). La actriz protagónica, Daniela Alvarado, impresiona en unas escenas bastante intensas.

  • La mexicana El reino de Dios (Claudia Sainte-Luce) es una pequeña historia naturalista alrededor de un niño pobre del medio rural. Retrata su personalidad imaginativa, su cotidiano, el entorno impregnado de religiosidad, y narra la crisis de fe que lo acomete luego de una serie de pérdidas.

  • La narrativa esquiva y la fotografía y el montaje expresivos de la colombiana La jauría (Andrés Ramírez Pulido) cercan de misterio y extrañeza un centro de rehabilitación de delincuentes infantojuveniles. Aunque todos los momentos violentos ocurren fuera de campo, el clima de violencia y desencanto impregna la película.

  • El documental ítalobrasileño La versión de Anita (Luca Criscenti) cuenta la breve pero intensa vida de la compañera (1821-1849) de Giuseppe Garibaldi con cierto espíritu de reivindicación feminista. No conforme con relatar la vida de esa revolucionaria gaúcha, los realizadores animaron la obra con recursos varios, algunos habituales (reconstituciones de episodios históricos, efectos especiales aplicados a los documentos), otros fuera de lo común: Anita está encarnada por una actriz, y la personaje, aparte de figurar en las reconstituciones, aparece dando entrevistas en televisión, vestida de guerrillera moderna e incluso visita a una descendiente (la bisnieta real de Anita y Giuseppe Garibaldi).

Aparte de estas, la competencia comprenderá películas de Argentina, Perú, Ecuador, Portugal y España. Habrá también dos obras uruguayas, AD10S, de Santiago Mosquera, y La uruguaya (coproducción con Argentina, dirigida por Ana García Blaya).

Las películas de la competencia se van a presentar todas en el Cantegril. Los ciclos no competitivos se van a exhibir en otros tres espacios. En el Grupocine estará el Panorama Internacional, una selección especialmente atractiva de ficciones recientes de Brasil, Estados Unidos, España, Reino Unido, Francia, Italia, Alemania, Suecia, Rumania y Macedonia. Ese panorama comprende autores consagrados, como los españoles Álex de la Iglesia y Jaime Rosales, la francesa Claire Denis (su Con amor y furia, con Juliette Binoche y Vincent Lindon, es peculiar e intensa, como de costumbre en la directora) y el británico Sam Mendes (Imperio de luz, con una actuación extraordinaria de Olivia Colman, es una película impregnada de nostalgia, sensibilidad y cinefilia).

En la Casa de Cultura de Maldonado habrá una retrospectiva del productor y director uruguayo José Ramón Novoa, que actuó sobre todo en Venezuela. También en esa sala habrá un panorama documental, con obras de Argentina y Brasil, además de la más reciente realización del gran director español Carlos Saura. Y finalmente, en el Teatro de Verano Margarita Xirgú, se van a proyectar a cielo abierto dos películas brasileñas y el estreno local de la uruguaya Amores pendientes, de Oscar Estévez. La película de apertura va a ser la celebrada Las bestias, coproducción francoespañola dirigida por Rodrigo Sorogoyen, y la de cierre, el viernes 10, va a ser la notable La ballena, de Darren Aronofsky (Estados Unidos).

Entre la presencia de varios de los realizadores y actores de muchas de las películas exhibidas, se destacan los nombres de José Ramón Novoa y las descollantes actrices argentinas Cecilia Roth y Sofía Gala.


Muerto con gloria, sábado y domingo en Cinemateca

¿Orgasmos con un fantasma? Esa es la premisa de la obra dirigida por Marcela Matta y Mauro Sarser, la dupla que también hizo Los modernos. La película es de 2021 pero todavía no se puede ver en las plataformas de streaming de Uruguay (sí en otras partes), así que las funciones de hoy y mañana a las 21.20 en Cinemateca (Bartomé Mitre 1236 y Ciudadela) son una oportunidad que hay que aprovechar.