El subgénero de la comedia romántica, tan injustamente bastardeado y poco tenido en cuenta en las premiaciones, parece estar viviendo un merecido renacer. En los últimos años la oferta de este tipo de películas o series ha mejorado notoriamente y podemos disfrutar, por ejemplo, de Palm Springs (2020, en Hulu), la italiana Cuatro mitades (2022, Netflix) o el spin off That 90’s show (2023, Netflix).

Ahora Netflix suma a su catálogo la esperada Tu casa o la mía, escrita y dirigida por la experimentada Aline Brosh McKenna (autora de clásicos como 27 vestidos y El diablo viste a la moda) y protagonizada por Reese Witherspoon y Ashton Kutcher. Ellos, a quienes el tiempo ha vuelto más encantadores, son los responsables de que una comedia con bastantes clichés sea igualmente disfrutable.

Encarnan a Debbie y Peter, que se conocen desde hace 20 años y viven en ciudades apartadas. Aunque en el pasado tuvieron algún acercamiento, su relación devino en la de mejores amigos. Debbie es una madre soltera de Los Ángeles que dejó su lado aventurero y se conformó con una vida más estable trabajando en la escuela de su hijo Jack (Wesley Kimmel, sobrino del famoso Jimmy). Peter es un alcohólico recuperado, vive en Nueva York, abandonó sus deseos de ser escritor optando por un bien pago trabajo en marketing, y nunca tuvo una relación de más de seis meses.

Debbie programa viajar a Nueva York y quedarse en la casa de Peter para hacer un curso y ascender en el trabajo, pero la niñera de su hijo le cancela a último momento. Peter se ofrece a viajar a Los Ángeles y ocuparse de todo mientras ella se instala en su casa en Nueva York. Así, estos amigos a distancia que parecen destinados a estar juntos y que creían que sabían todo uno del otro intercambian vidas durante una semana. De ahí en más, todo será descubrir varios secretos mutuos y revelar que se han estado ocultando cosas y, sobre todo, cuánto se necesitan mutuamente.

La historia y la construcción de sus personajes son perfectas para una comedia romántica porque fácilmente nos sentimos identificados con alguno de ellos, ya sea la hiperresponsable, controladora y esforzada Debbie o el eterno soltero, escapista afectivo e inmaduro Peter. Ellos son opuestos y rápidamente se establece una conexión con esta potencial pareja: son adorables, cálidos, graciosos, pero a la vez están llenos de miedos y no saben cómo lidiar con algunas cuestiones de la vida adulta.

Un gran acierto de Tu casa o la mía es saberse cliché y no tener conflictos con ello ni querer aparentar algo que no es. No pretende dar un mensaje ni dejarnos una moraleja; simplemente se trata de disfrutarla. Es una comedia romántica que aplica la fórmula perfecta para que funcione: una dupla con mucho oficio, una historia que engancha, personajes secundarios realmente graciosos (en especial la comediante Tig Notaro como Alice, la mejor amiga de Debbie) y mucha calidez. La elección de Witherspoon y Kutcher para encarnar a Debbie y Peter no podría haber sido mejor y se ponen al hombro la tarea de revivir la clásica comedia romántica en la que todos esperamos el final feliz.

Igual que Kathleen y Joe en Tienes un e-mail, Debbie y Peter arman su intimidad a través de la tecnología y están la mayor parte del tiempo separados, pero Tu casa o la mía tiene un dúo protagónico con una química increíble y es lo suficientemente entrañable como para olvidarnos de eso. Y es todo lo que esperamos de una comedia romántica: ver, por lo menos en la ficción, cómo el amor triunfa, la gente se arriesga y es feliz.

Tu casa o la mía. 111 minutos. En Netflix.