“Espléndido”, escribió un aficionado italiano a los vinilos en la página de Amazon luego de escuchar Sol de bossa, un disco editado en 2012 por el sello japonés Rambling Records y en cuyo primer track se puede escuchar a Lys Gainza interpretando el clásico “Garota de Ipanema”.

Su voz también quedó registrada en un álbum de remixes del grupo Sexteto Electrónico Moderno (Sondor, 2004) con una versión de “Muchacho olvidado”, y de vuelta, más acá en el tiempo, Lys es la que canta el estribillo, en francés, de “Días azules”, el veraniego y ambiental track de La voz y la tormenta de La Teja Pride (Bizarro Records, 2012).

Más cerca, fue la vocalista del grupo de pop-rock Japón, con el que grabó el LP Acorralando el viento (Perro Andaluz, 2015), pero todavía faltaban unos años para poder escuchar Ecuación (Independiente, 2019), su primer trabajo solista, firmado simplemente como Lys. “Creo que tuve uno o dos discos previos que nunca saqué. Por miedo al desnudo, por no conocer el camino para sacarlo hacia afuera. Ecuación lo compuse junto a Felipe Soto. Con él venimos haciendo cosas juntos desde hace una década”, cuenta antes de su actuación (junto a los músicos Joel Capdeville, Nico Varela y Martín Ibarburu) en la Zitarrosa, una denominada Noche parisina dedicada a la chanson en la que además actuarán la francesa Clea Vincent y el pianista y cantante Leandro Aquistapacie.

Sus padres uruguayos se conocieron en Barcelona, exiliados en la dictadura militar. Su madre, al igual que su abuela, oriunda del País Vasco, podía enseñar francés. Lys nació en París y vivió allí hasta pasados los nueve años. “De forma muy temprana mi sensibilidad con la música fue especial, incluso me ayudó a rearmar historias personales y ubicarlas en mi frisa de tiempo”, relata. En Francia, Lys estudió piano, aunque le aburría el solfeo y la teoría musical del conservatorio: “Cuando llegué a Uruguay, seguí las clases de piano con mi tía abuela María Celia que era concertista en Uruguay y Suiza, o eso me habían dicho. Para ‘soltar’ los dedos me daba un traguito de vermú antes de iniciar la clase”, recuerda.

En las canciones de Lys, como su más reciente “Blues de una mujer” o “Ping pong” (junto a Luciano Supervielle), se aprecia una poesía del hartazgo, existencialista e introspectiva, y con escapes de esperanza, en armonía con su música, de imágenes para encontrar lugares donde caerse muerto o revivir de golpe, con un poco de jazz, otro de lounge y un pizca de rock.

Ahora mismo, con Daniel Anselmi como productor, prepara un trabajo solista que tendrá nuevas composiciones y canciones francesas que sonaban en 1987, el año en que Lys llegó para quedarse a vivir en Uruguay. “Por primera vez voy a grabar teclados y los sintetizadores van a jugar un rol fundamental”, cuenta entusiasmada y promete que algunas de estas canciones se podrán escuchar en la Zitarrosa.

Lys toca el miércoles a las 20.00 en la sala Zitarrosa. Entradas a $ 530 en Tickantel, Redpagos y Abitab.