La escritora Cheryl Strayed lanzó en 2012 su libro Pequeñas cosas bellas, una recopilación de cartas escritas por los lectores a “Dear Sugar”, una columna de consejos publicada por la revista digital The Rumpus. En forma anónima, contestaba a las consultas compartiendo sus propias experiencias y generando gran empatía mutua. La colección de intercambios íntimos se convirtió en best seller y ahora Star+ la adapta en formato serie dirigida por Rachel Lee Goldenberg (Unpregnant, HBO) y coproducida por Hello Sunshine, productora fundada por Reese Witherspoon y responsable de excelentes trabajos como Big Little Lies.

Tiny Beautiful Things sigue la desmoronada vida de Clare Pierce (Kathryn Hahn), una escritora en plena crisis existencial que a regañadientes acepta el trabajo de ser la consejera Dear Sugar. “Siempre soy tres cosas: Soy la hija de mi madre. Soy la madre de mi hija. Y soy una escritora con talento, incluso si aún no lo he logrado”: estas líneas ensayan una declaración de principios para este brillante drama que nos presenta a la protagonista en un momento en que su vida está en ruinas. Clare está a punto de cumplir 50 años, su matrimonio se ha derrumbado, su hija la rechaza y su carrera parece detenida por completo.

Siguiendo la línea de películas que abordan los complejos vínculos de madres e hijas, como Mermaids (1990, con Winona Ryder y Cher) o la reciente triunfadora en los Oscar Todo en todas partes al mismo tiempo, la serie detalla la crisis de Clare centrándose en la tumultuosa relación con su hija adolescente Rae (Tanzyn Crawford) y explorando el vínculo con su propia madre mediante constantes flashbacks. Estos flashbacks, perfectamente entrelazados, muestran a una Clare más joven (excelente Sarah Pidgeon) y su madre (Merritt Weaver) y son los puntos de referencia para narrar su camino en la escritura y el porqué de su caos.

A través de su personaje como Dear Sugar, Clare irá anónimamente ayudando a otros a sanar, pero también sanando su doloroso pasado. La sensibilidad con la que se relatan sus vivencias logra llegar a lo más profundo de las emociones ya que, irónicamente, a medida que Clare empieza a aconsejar a otros acerca de sus vidas es justo cuando la suya está fuera de control. Hurga desgarradoramente en un pasado de adicciones y pobreza que se entreteje con un presente que navega en la más honda incertidumbre. Gracias a Dear Sugar, Clare tiene una nueva oportunidad.

La serie tiene la inteligente capacidad de fusionar fluidamente dos líneas de tiempo y una tercera vertiente guiada por una voz en off que relata las cartas que Sugar recibe. Conceptualmente, se apoya en el poder femenino como fuerza motivadora, en una idea de intenso matriarcado, y en el convencimiento de que siempre es posible reconvertirse. Es la crónica de una mujer que renace a través de la escritura, que no se rinde y que con cada carta que responde enfrenta su propio pasado, revuelve, cura y sigue.

Por eso, Pequeñas cosas hermosas nos interpela en nuestro rol de hijos, padres y pareja. Además, nos regala magníficas actuaciones. Es una de esas series que te desarman, que son para barajar y dar de nuevo. Emociona desde un lugar genuino y no con la intención de sacarnos lágrimas y, a pesar que pueda sonar algo endulzado, nos transmite la idea de que nunca estamos solos.

Pequeñas cosas hermosas. Ocho episodios de 40 minutos. En Star+.