Una noche cualquiera, el mundo de Mark se viene abajo. Tiene apenas ocho años y una imaginación muy vívida, producto de los muchos cuentos que su padre le narra, ambientados en un mundo fantástico en el que él es uno de los elegidos para combatir a una malvada bestia mitológica conocida como el Grifo. Sería simplemente un cuento para dormir si no fuera porque esa vez su padre y su hermano mayor, Thomas, lo levantan en el medio de la noche para salir corriendo de la casa. Todo lo que le han contado es real: el Grifo viene por ellos y hay que salir a toda velocidad.

Salto. El año es 1994 y Mark está cumpliendo 16 años. Su padre sufrió un destino terrible aquella noche. Ahora Mark es un muchacho algo retraído (interpretado por Jeremias Meyer, que es una versión joven y alemana de James McAvoy), con mucho gusto por la música indie y que hace convivir el liceo con el trabajo en una tienda de discos junto a su hermano y Memo, el amigo metalero. El cumpleaños de Mark oficia de reinicio de su propia historia, puesto que Thomas le hace entrega de La crónica, el libro que ha pasado de mano en mano en su propia familia, en el que se explica todo sobre el Grifo, su mundo fantástico y cómo combatirlo. Mark es desde ahora parte de los elegidos. Pronto deberá elegir en qué creer y decidirse por combatir al Grifo –y rescatar a su hermano mayor– sin que en el mundo real lo crean demente.

El Grifo –creación de Sebastian Marka y Erol Yesilkaya– es una revisión de un tipo de ficción muy popular desde hace sus buenos 40 años. Si bien adapta la novela del mismo nombre escrita por el matrimonio de Wolfgang y Heike Hohlbein en 1985, la ficción rememora grandes clásicos (alemanes) como La historia interminable: al igual que en la ficción de Michael Ende, el mundo real y el mundo fantástico coexisten e interactúan. Hay también un gran aire a Stranger Things, sobre todo por su ambientación en época reciente pretérita (aunque aquí sean los 90 y la mayor parte de las referencias de época sólo musicales... pero qué banda sonora que nos da).

Hay que tenerle algo de paciencia a la serie al principio y tolerar que lo que pasa en el mundo real no sea ni por asomo tan interesante como lo que ocurre en el mundo fantástico, porque cuando llegamos al cierre –violento, desbordado, excesivo, sorprendente–, bien vale haber sabido esperar.

El Grifo. Seis capítulos de aproximadamente una hora. En Prime Video.