Después de varios avatares, la 21ª Feria del Libro Infantil y Juvenil tuvo su reapertura el 11 de este mes y está abierta hasta este domingo, de 12.00 a 20.00. Una oportunidad tanto de encontrar novedades como de revisar las mesas de ofertas y hallar alguna sorpresa interesante, y de tener buena lectura para estos días fríos. Van a continuación algunos títulos recién salidos de imprenta por estos lares.

Rimas con forma de nube, de Evelyn Aixalà y Natalia Bruno

El cielo siempre ha acaparado nuestra atención, tanto de día como de noche, en su inmensidad y misterio. Mirar hacia arriba y tratar de descifrar la forma de las nubes mientras se deshilachan y van mutando es un ejercicio interpretativo tan antiguo como vigente que Evelyn Aixalà y Natalia Bruno rescatan con delicadeza en este libro que propone una lectura en clave de juego, de adivinanza, de diálogo (entre el texto y el lector y también entre el adulto que le lee –o que lee con– el pequeño destinatario). Imposible no evocar, como referencia, Con la cabeza en las nubes, de Diego Bianki y un numeroso equipo de ilustradores para Pequeño Editor. La estructura de Rimas con forma de nube ofrece un orden: primero se presenta una nube y se invita a observarla, después se propone, mediante una rima, una posible solución (y subrayo posible porque, aunque las formas son bastante definidas, podría buscarse otras cosas y en la rima se añade una vuelta más: lo que ese animalito que se adivina en versión silueta algodonosa podría estar haciendo, pensando, soñando, planeando. Esa apertura que permite la imaginación se plasma en la ilustración en el contraste entre la sencillez de una página –sólo dos colores, el celeste y el blanco; la forma en su abstracción como único elemento– con la explosión de colores, fondos, formas y elementos en la otra. Y para seguir mirando hacia el cielo, en estos días también salió de imprenta, por la misma casa editorial, Tres estrellas, de Fernando González y Matías Acosta. Ambos se presentan juntos este sábado a las 17.00 en el entrepiso de la Intendencia de Montevideo. Loqueleo, 2023. 32 páginas. $ 750.

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La feria de sueños del conde Miserias, de Martín Otheguy, ilustraciones de Gabriel Frugone

Ganadora del Premio Juan Carlos Onetti en 2022, esta novela de Martín Otheguy –El mundo sin lunes, El libro de los lugares secretos, El invierno es un lobo que viene del norte, con el que ganó el Bartolomé Hidalgo en 2021– pone en juego el imaginario de los cuentos de reyes, príncipes, hadas madrinas y castillos para resignificarlo sin quitarle ni un poquito de su esencia: lo fantástico, la distancia de esos mundos posibles que permiten la invención de lo extraordinario. Como es estilo del autor, el humor no sólo forma parte, sino que estructura el texto, bien dosificado y tomando la palabra como materia prima. Hay en La feria de sueños del conde Miserias un conde malvado que ha dejado de soñar, sirvientes obsecuentes y súbditos temerosos que son presa de todo tipo de confusiones en aras de no hacer enojar al conde, una joven en busca de aventuras, un príncipe cautivo, herramientas mágicas que no funcionan. Y, por sobre todas las cosas, una aventura contada con ritmo y gracia, que no se permite caer en los lugares comunes –más bien discute o juega con ellos– de un género en el que Otheguy se muestra a sus anchas. Fin de Siglo, 2023. 128 páginas. $ 490.

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Pequeña andanza, de María Pouse e Inés Ferrón Gelós

Pequeña andanza es el bienvenido primer libro de María Pouse, que junto con la ilustradora Inés Ferrón entrega una aventura mínima en la que se ponen en juego tanto la escala como la percepción de los colores. ¿Cómo es el mundo desde la perspectiva de alguien que viaja en el lomo de una hormiga? Pouse y Ferrón nos llevan en ese trayecto enorme o ínfimo según se lo mire, y que dura lo que un lirio; el título, en este sentido, es elocuente en cuanto a la contradicción que pone en juego. Pouse se detiene en el instante, en lo pequeño, y hace con eso materia de poesía en la que cada palabra condensa sentidos. Con la sinestesia como recurso, el texto nos va llevando a ese mundo de hormiga para narrar una acción igual de pequeña, igual de intensa. El trabajo conjunto entre ambas autoras, en el que Ferrón evita lo obvio en las alusiones cromáticas y va haciendo foco en la protagonista desde el plano cenital hasta ponerse a su altura (y a su lado), regala una experiencia de lectura disfrutable y que invita a la inmersión. Y al camino. Alter Ediciones, 2023. 24 páginas. $ 500.

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Bichos en peligro, de Sebastián Pedrozo, ilustrado por Augusto Goicoechea

Segunda oportunidad para este cuento de Pedrozo que tuvo su primera edición en 2013 en SM, con ilustraciones de Cristian Turdera, y regresa en Loqueleo con ilustraciones de Augusto Goicoechea. La anécdota es simple: las vicisitudes de una mosca y un mosquito dentro de la casa de una familia de humanos que, por supuesto, los detesta e intenta librarse de ellos; con este material Pedrozo entrega una aventura de dimensiones épicas por momentos, hilarante, que mantiene la tensión en torno a la vida (y la posible muerte) de los pequeños protagonistas. Las ilustraciones de Goicoechea juegan con las escalas de esos dos mundos enfrentados: el de los insectos y el de los humanos; entre ambos textos, el que propone el escritor y el que propone el ilustrador, consiguen ponernos del lado de los bichos al adoptar su perspectiva (aunque en la vida real odiemos profundamente a los mosquitos). Loqueleo, 2023. 32 páginas. $ 550.

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Aquí, allá y mis amigos, de Magdalena Helguera, ilustrado por Leti Mato

Narrado en la voz de un niño de cinco años, Aquí, allá y mis amigos transita una mudanza, con todo lo que ella implica: lo que se deja atrás, lo que se extraña, lo nuevo que aparece como un enigma y hasta como una amenaza. Desde el título hay un juego con esos adverbios que aparecen en un mismo plano que el sintagma “mis amigos”: se presentan como entidades similares, “aquí” y “allá” no refieren simplemente a lugares, sino a algo más denso, a todo lo que esos conllevan. Breve y estructurado en cuatro capítulos que refieren a tres amigos concretos y al conjunto de estos, es ideal para niñas y niños que empiezan a leer solos. Está en estas páginas la maestría narrativa de Helguera, que se pone en la piel –y, sobre todo, en los ojos, en la mirada– de ese niño que se muda de casa y de barrio. El asombro y la ternura se ponen en juego, pero también la plasticidad del protagonista para tomar para sí ese nuevo lugar. Aquí, allá y mis amigos cuenta una mudanza y, en consecuencia, habla de transformación, de cambio. Aunque se inicia con un conflicto –“El domingo nos mudamos. Hacía frío. No me gustaba venir acá, y estaba triste”–, poco a poco, de manera apenas perceptible, va transitando del “allá” al “acá” y haciéndole lugar. Un tránsito que se puede leer al volver a la tapa con su juego de espejos y esa mitad del cuaderno de espiral que divide y une dos momentos y dos lugares. Alfaguara, 2023. 48 páginas. $ 480.