La británica Emma Thompson es una de las actrices más versátiles y exitosas de su generación y en el último tiempo ha admitido abiertamente que las presiones de la industria le han generado gran descontento con su cuerpo y, a través de un poderoso mensaje, se ha plantado firme contra los estereotipos de belleza, dejando claro que causan mucho daño, tanto al público como a actores y actrices. En su activismo ahonda en deconstruir viejas opresiones en los efectos psicológicos de la belleza hegemónica y en cómo eso afecta la autoestima y la libre sexualidad.
Por eso, era la actriz perfecta para protagonizar Buena suerte, Leo grande, una encantadora comedia dramática aclamada en el Festival de Sundance 2022. Guionada por Katy Brand (La niñera mágica), la película fue dirigida por Sophie Hyde (52 martes) y coprotagonizada por Daryl McCormack (Peaky Blinders).
Thompson da vida a Nancy, una viuda de mediana edad y exprofesora de educación religiosa que, después de toda una vida de relaciones sexuales insatisfactorias con un solo hombre (su difunto esposo), decide pagar por sexo y así lograr, tardíamente, su primer orgasmo. Empecinada en lograr su objetivo, Nancy contrata a un enigmático trabajador sexual llamado “Leo el grande” (McCormack) y lo cita en un hotel de lujo para concretar su deseo.
En ese primer encuentro, mientras Leo tiene una actitud complaciente y tolerante, casi como de terapeuta, Nancy está conflictuada: le confiesa su infelicidad sexual, su decepción consigo misma y sus hijos, y duda entre irse, culposa por “pagar por sexo”, o quedarse y conseguir el ansiado placer. El corazón de la historia es este vínculo que empieza siendo cliente-vendedor de servicios y que pronto vive una compleja transformación a medida que los protagonistas se conocen más.
Los conflictos culturales y filosóficos sobre la prostitución son encarados desde un inteligente y revelador lugar y desnudan, aquí también, los privilegios masculinos. Buena suerte, Leo grande profundiza sobre las nociones de qué es ser sexy, sobre la falsa idea de que la sexualidad y la libido femenina, asociadas únicamente a la reproducción, se desvanecen cuando maduramos, y sobre las inhibiciones personales, físicas y sexuales con las que las mujeres convivimos toda nuestra vida.
El guion se sostiene en la mutación del personaje de Nancy y es su rol el que brinda mayor riqueza: Thompson muestra magistralmente cómo su necesidad de “humillarse” ante Leo por algo de placer y su inicial miseria confesional se evaporan a medida que se vuelve más segura y expresa su verdadera identidad luego de décadas de contenida insatisfacción e imposibilidad de pedir lo que necesitaba.
Ágil drama, la película conjuga muchos ingredientes fascinantes: una Emma Thompson ácida y vivaz, una tierna pero cruda mirada sobre el sexo y la intimidad, una brillante dinámica entre los protagonistas que deviene hermosa muestra de conexión humana, y una toma de partido a favor del placer personal y, sobre todo, de la sexualidad en las mujeres mayores. La película sabe sostener con habilidad una discreta intimidad y un realismo emocional en donde el despertar sexual de Nancy da paso a cuestionamientos de cómo las mujeres hemos vivido y sobrevivido a la sexualidad a lo largo de los siglos. Una película seductora, empoderante y carismática, además de enormemente disfrutable.
Buena suerte, Leo grande. 97 minutos. En Netflix.