Tras una decena de temporadas realizadas en Argentina, el programa musical Encuentro en el estudio se trasladó a la sala de Sondor para grabar ocho capítulos protagonizados por artistas de nuestro país. Este nuevo ciclo se estrenará en las pantallas de TV Ciudad y del canal argentino Encuentro como parte de un acuerdo entre ambas señales que procura el intercambio de contenidos.
Recorrer el pasillo de Sondor que conduce al estudio de grabación –ahora acondicionado como set televisivo– se asemeja a transitar por un túnel del tiempo donde las paredes evocan parte de la infinidad de artistas que grabaron en su sala. También hay reliquias, como una victrola ortofónica, una prensa hidráulica para producir discos simples de vinilo fabricada en 1955, y un afiche encuadrado que dice “No escriba a sus amistades. ¡Hábleles! Grabe un disco fonopostal”.
El pasillo desemboca en el estudio, pero antes de llegar, a mano derecha, está la consola de grabación donde se encuentra Gustavo de León al frente de las perillas. El legendario ingeniero de sonido de Sondor será quien sustituya a Jorge Portugués da Silva, que cumple ese rol en el estudio ION de Buenos Aires.
Desde la mañana trabajan alrededor de 40 personas del equipo de TV Ciudad, ahora dirigidos por los hermanos Ariel y Luis Hassan, realizadores del ciclo. Sobre el mediodía llega Lalo Mir, que viene de su caminata diaria de dos horas, y tras cambiarse en una oficina entra al set de calzado deportivo, pantalón beige y camisa estampada con flores.
Durante el minirrecital de Florencia Núñez y su banda, Mir contempla la grabación desde la cabina junto a De León, a veces se comunica con los músicos a través del talkback y por momentos baila al son de algunas canciones. Tras la interpretación, paran la grabación –que hasta ese momento lleva más de tres horas– y proceden a desmontar el set para armar el espacio de la entrevista. En ese momento se descomprime la tensión inherente al silencio que prevalecía durante el rodaje.
Las luces del estudio
Mir se encuentra contento y sorprendido por la dinámica de grabación de los primeros capítulos. No pierde la calma ni cierta gracia si algo se extiende más de lo previsto, y tampoco parece agobiado por ser la cara visible del rodaje que reúne a decenas de personas que lidian con el calor de febrero y las luces del estudio.
“Todo el equipo técnico de TV Ciudad ha visto mucho el programa, quien trabaja en esto y conoce el métier tiene menos complicaciones para entender de qué se trata. Cuando empezamos con Encuentro en el estudio nos costó encontrar el cómo, pero hoy el formato está redondo”, comenta sobre el desarrollo de las primeras jornadas del proyecto en Uruguay.
La locación elegida no le es indiferente, aunque las comparaciones son inevitables: “Sondor es como la réplica un poco más tardía de ION, que es del 50 y este del 60. Tienen esa impronta de los estudios de antes. Allá grabo con un micrófono Neumann y acá con un RCA, que es más antiguo todavía. Es como trabajar en el mismo lugar aunque sean diferentes. ION es un poco más grande. Está bueno porque uno entra y se siente en casa más rápido”.
El veterano conductor disfruta los cambios que implica esta nueva temporada y reflexiona sobre dos constantes en su vida: “Una, que me aburro y tengo que cambiar porque no puedo seguir haciendo lo mismo. La otra es que tejo con la lana que tengo. Soy una máquina de adaptarme a la situación y hacer con eso lo mejor que pueda, no me asusta”.
La selección de invitados fue definida por TV Ciudad y la producción de Encuentro en el estudio, que esta temporada propone no solamente incluir artistas consagrados sino también a otros emergentes, además de presentar distintos géneros musicales. Esta selección incluye a Hugo Fattoruso, Buitres, Florencia Núñez, Lucas Sugo, Níquel, Ana Prada, Luciano Supervielle y la murga Agarrate Catalina.
Había más artistas seleccionados, pero por distintos motivos no pudieron participar, pero las dificultades para agendar con los invitados no se limitan a este lado del charco: “También es difícil cuando lo hacemos en Argentina. Reservamos estudio para tal semana y la siguiente, pero después resulta que el artista se tiene que ir de gira en esas fechas. Además, no se puede grabar viernes ni sábado porque tienen recitales, los jueves casi nunca, el lunes están descansando... Los músicos son complicados”, comenta Mir.
En todo caso, no le resultan desconocidos los invitados de este ciclo: recuerda a Jorge Nasser de la época en que este se encontraba radicado en Buenos Aires y también tiene referencias de Buitres, por su popularidad y por el pasado de sus integrantes en Los Estómagos.
A lo largo del ciclo argentino tocaron bandas no afectas a frecuentar los sets televisivos, como La Renga y Divididos; entre las asignaturas pendientes, Mir menciona a Charly García: “Siempre estamos que lo hacemos, no lo hacemos, y cuando queremos agendar, de repente no está bien”.
“Tampoco pudimos grabar con Adrián Dárgelos de Babasónicos, no quiere venir, pero a mis programas de radio iba siempre. Si lo agarrás en un día bueno lo tenés que rajar del estudio para que deje de hablar, pero si está cruzado tenés que sacarle las palabras con tirabuzón”, comenta. En otros casos, el asunto se volvió imposible: “Hubo otros ‘encuentros’ que no salieron porque llegamos tarde. Nos pasó con Cerati, que no se pudo por poco, cuando arreglamos con Spinetta después se enfermó, la negra [Mercedes] Sosa, igual”.
En cuanto a su vínculo con los artistas, Mir especifica: “No soy amigo de los músicos, pero nos respetamos, tiene que ver con la experiencia y nunca habernos traicionado. Acá soy el entrevistador y hay un artista que viene a mostrar lo que hace, es un trabajo más de documentalista, no hay que involucrarse mucho emocionalmente. Nuestro programa es una clase maestra de una grabación, pero a veces se escapa esa complicidad, además participan artistas con una larga carrera, entonces con esa gente es difícil que respondan con monosílabos porque ya hicieron mil notas, fueron a todos los canales, participaron en juegos... Viste cómo es la tele, te hacen bailar, poner un sombrero. El músico está un poco acostumbrado a hacer el payaso”.
Después del rock
Mir es un entrevistado elocuente y despliega una locuacidad vertiginosa en la que sobresale la ausencia de humo y cierta precisión con la que describe distintos eventos de su carrera en los medios o las herramientas con las que trabaja en su estudio hogareño.
“Soy fierrero, tengo una isla de edición, trabajo en digital pero tengo cintas, datera, minidisc, una Revox A67 y una Tascam. Tengo una variedad de micrófonos, antiguos y modernos. En el 90 o 91 hacía Buenos Aires, una divina comedia con la Negra [Elizabeth] Vernaci en Rock & Pop y editaba en casa con una Fostex de ocho canales, en lugar de pinchar grababa en multipista. Trabajé en digital antes que nadie en Argentina, viajé mucho y entré en contacto con la tecnología afuera porque a Buenos Aires tardaba en llegar”, rememora.
Por fuera de lo técnico, Mir destaca que ahora la música es una de sus principales herramientas de trabajo: “Laburo todo el tiempo descubriendo canciones, soy una especie de destapador, de descubridor, vivo indagando”. Disfruta la música desde ese lugar; no suele asistir a recitales ni comprar discos: “Tengo mi casa llena de cosas, mi mujer me quiere echar a patadas, es un quilombo. Soy acumulador”.
De todos modos, la música está presente hasta en el viaje con su pareja a Costa Rica y Panamá, que dentro del itinerario incluía una visita a Cahuita, un pueblo de la costa caribeña: “Ahí vive el viejo [Walter] Ferguson, de quien se dice que es el padre de la música del caribe, del reggae y el ska, aunque suene más lento. Se dice que uno de sus temas, ‘Cabin in the wata’, que significa ‘un rancho en el agua’, es el primer calypso. No creo que me dé bola, habla en creole. Si lo veo no quiero joderlo, capaz lo grabo y después subo a Instagram o le pido una foto”.1
¿Cuál es el lugar del rock en este momento de cambio de tendencias musicales?
Ahora es música urbana, antes era rock, previo a eso estaba El Club del Clan, acá Los Iracundos, antes de ellos prevalecían el folclore y el tango. Siempre hay un movimiento que pasa por arriba del otro, algunos globalizan más y otros menos. Tiene que ver con los poderes de penetración de los países, es lo que sucede con la música americana. El problema es de política, de invasión, de conquista, imperio. Antes se escuchaba música americana, algún crooner, del mismo modo que se escuchaba a Maurice Chevalier o Nicola Di Bari. Después de la Segunda Guerra Mundial invadieron y le rompieron el culo a todo el mundo, le metieron discos, lavarropas, agencias de publicidad. Lo que hicieron los gringos, conquistaron el mundo, metieron el dólar.
¿Qué trajo el consumo de música en plataformas digitales?
El algoritmo es control, está hecho para eso. Lo que hace es filtrar, controla de diferentes maneras. Saber qué estás buscando para venderte es control y ponerle un filtro a una palabra y decidir que esto no se transmite también es control.
Más allá del suceso de los servicios de streaming, Mir cree que su desarrollo no sustituye el lugar de la música en la radio: “En Buenos Aires, y también dentro de las grandes ciudades argentinas, el 75% de la audiencia de la FM es musical. Está primera La 100, con el 40% de la audiencia; el programa que hace Santiago del Moro es más hablado, pero a partir de las 9.00 esa radio sigue con música todo el día. Después vienen Aspen, que tiene entre el 20% y el 25%, FM Blue y Disney, que pasan música las 24 horas. También tenés tres o cuatro que son más de formato, como FM Vale, que es de mujeres y melódica, o Latina, que pasa música de ese estilo. ¿Cómo no va a haber música en la radio?”.
Lalo por radio al cuadrado
Más allá del trabajo en televisión que lo llevó a ser reconocido fuera de fronteras, Mir es una de las figuras más emblemáticas y prestigiosas de la radio argentina. Desde aquel 9 PM en la emisora Del Plata, que se dedicó exclusivamente al rock argentino cuando prohibieron emitir canciones en inglés durante la guerra de Malvinas, pasando por el aún más recordado Aquí, Radio Bangkok, hasta este momento en que conduce un programa musical y realiza una columna en Radio Con Vos, además de ser el locutor institucional de Radio Nacional.
A eso se suma su trabajo en el canal de Youtube Filo News de la plataforma multimedia Vorterix, donde graba videos sobre temas coyunturales. También continúa al frente de la FM Lechiguanas, que fundó en su San Pedro natal hace más de una década. La emisora transmite por aire y también a través de la web, no tiene estudio y funciona desde un galpón de camiones donde hay un transmisor, una antena y una computadora; todo sale grabado y a control remoto.
Desde allí realizó el experimento de transmitir Encuentro en el estudio exclusivamente a través de sus audios: “Ahí me di cuenta de que lo podés escuchar como un programa de radio. Salvo la caminata del comienzo, todo lo demás se puede seguir, pero no lo pensé cuando hicimos el programa, me di cuenta después”.
Claramente, la televisación radial lo tiene sin cuidado: “No le doy bola, me olvido, la gente se olvida, la radio es radio. Cuando agarro un teléfono y hago un vivo por Instagram me escriben que quieren salir unos que están viéndolo, y cuando habilito el ingreso a alguno para que participe ya no está porque se fue a lavar los platos pero se quedó escuchando. Una vez que te vieron el pelo y la camisa que te pusiste, ¿qué te vas a quedar mirando a un tipo que habla? Lo escuchás, termina siendo radio. Para que sea televisión tenés que poner en escena cosas que despierten atención del chabón que está mirando, porque el tipo está hablando para que lo escuches, no para que lo mires. Y la televisión se hace para que la veas, la radio para que te escuchen. Esas dos cosas hacen la diferencia; por más que estén Youtube y Facebook Live transmitiendo un programa, el que escucha radio pone el parlante y se olvida de la imagen porque está laburando, haciendo otras cosas”.
Tras unas semanas en Montevideo, Mir se mostraba optimista respecto de una posible segunda temporada de Encuentro en el estudio en Uruguay. Más allá de este ciclo, tiene otros proyectos para la pantalla chica: le propusieron trabajar en un programa sobre los 40 años de la democracia en Argentina, realizado por la televisión pública, y se encuentra terminando un documental acerca del cruce de Los Andes que saldrá en Telefe.
Frente a tantos planes, Mir destaca la posibilidad de estar activo a los 70 años: “Me gusta vivir, tengo que hacer cosas, sorprenderme, trabajo la capacidad de asombro para no aburrirme ni achancharme. El día en que parás la cabeza te jubilaste, y cuando eso pasa sos el viejo sentado en la vereda”.
Encuentro en el estudio. Ocho programas de 90 minutos. Los viernes a las 21.00 en TV Ciudad.
-
Walter Ferguson falleció en febrero de 2023. ↩