“Estamos en un momento bisagra”, dice Mario Gulla, violinista de El Club de Tobi, porque el grupo anda con ganas de trabajar música nueva, aunque todavía no tiene material para mostrar. Estos muchachos empezaron a fines de los 90 como un cuarteto de cuerdas que versiona temas clásicos de rock que fueron mezclando cada vez más con material original, y no editan un disco desde 2015, cuando vio la luz Aquel, compuesto exclusivamente por música propia.

Gulla explica que el momento actual de la banda no tiene precedentes porque sus miembros se mantienen en contacto a la distancia, dado que el violista Sebastián Estigarribia vive en Fray Bentos, por lo que se les complica para ensayar. Esto los lleva a ser creativos para pensar otras metodologías de trabajo que no sean presenciales. “Para que cada uno pueda proponer arreglos y estudie por su lado, y nos vemos cuando se puede. Pero el espíritu está vivo y estamos tocando”, acota.

El músico cuenta que la idea para el próximo disco es “volver a mezclar”, es decir, versionar canciones del acervo popular que tienen ganas de tocar, como alguna de Hugo Fattoruso, y también hacer arreglos de temas propios. Por ejemplo, Gulla editó un disco para niños en 2019 (Camino al mar) y está pensando en un arreglo particular para la banda de uno de los temas incluidos allí. Esta mezcla entre lo ajeno y lo propio estuvo presente sobre todo en el primer disco del grupo, Anselmo, que fue editado en 2003, por lo que está cumpliendo 20 años, que tenía mayoría de versiones, como “La bestia pop”, de los Redondos, y “Eleanor Rigby”, de The Beatles, por ejemplo.

El violinista recuerda que aquel álbum debut lo editaron saliendo de la crisis de 2002 y significó toda una aventura, con producción propia, “a pulmón”, y terminó superando las expectativas de todos, ya que la primera edición fue de 1.000 discos y se agotó. “Pero el formato físico todavía estaba vivo, ahora cambió no sólo la escena local sino la escena mundial: pensar en grabar y en hacer una edición física es más un fetiche para alguno que podrá reproducir CD en el auto o que le guste mucho coleccionarlos. Ahora está el streaming y cambió la modalidad de escucha: la gente escucha todo en random y eso creo que va un poco en detrimento de la obra. Yo uso Spotify, pero tengo inhabilitado el random y también la reproducción automática. Escucho un disco a la vieja usanza y cuando termino, si quiero seguir escuchando, tengo que levantarme y volver a poner a otro”, subraya.

Hablando de Spotify: en el perfil de El Club de Tobi en esa plataforma se consigna que el tema más reproducido es la versión del himno de Charly García “Promesas sobre el bidet”, incluso por arriba de la versión de “Vencedores vencidos”, de los Redondos (que en Argentina fue muy popular porque la usaba de cortina el programa de televisión TVR). Gulla comenta que los integrantes del grupo son de la generación a la que el rock argentino le impactó mucho, y para él, García “es un maestro, un referente” al que recurre muy seguido.

Desde que El Club de Tobi empezó a tocar y a grabar, arrancaron a proliferar bandas a nivel global que hacen homenajes o “tributos” a músicos específicos en formato de cuarteto de cuerdas clásico, pero Gulla subraya que en el caso de ellos esa nunca fue la razón de ser del proyecto, y agrega que la expresión “tributo” no le entusiasma, porque “parece que estuvieras pagando un impuesto”. “No era tan específico, de formar un grupo para hacer ‘tributo a...’, lo nuestro nunca fue tan direccionado ni premeditado, sino que se fue dando, ni sabemos mucho por qué. Por ejemplo, teloneamos a Skay Beilinson [guitarrista de los Redondos] en el Cosquín Rock porque él armó la grilla, y lo conocimos, también cuando vino a tocar a Uruguay nos llamó, está buenísimo y hay tremenda onda, pero nunca fuimos fanáticos de los Redondos. Yo soy admirador, escucha, me encanta la banda, pero nunca fuimos ricoteros posta. Fue lo que nos salió, lo que teníamos ganas de tocar”, confiesa.

Este sábado a las 21.00 El Club de Tobi se presentará en la sala Corchea, donde harán versiones de temas que hace tiempo que no tocan y también habrá espacio para climas diferentes, según cuenta Gulla. “Lo nuevo todavía está verde como para mostrar. Pero vamos a tocar, lo cual para nosotros ya es una fiesta, porque no estamos tocando tan seguido. Hay mucha gente que piensa que la banda no está más activa, pero seguimos ahí”, finaliza.

El Club de Tobi sábado a las 21.00 en la sala Corchea (Soriano y Carlos Quijano). Entradas en la web www.entradafan.com.uy desde $ 400.


Alejandro Luzardo y La Candombera

Con 11 músicos arriba del escenario, Alejandro Luzardo y La Candombera desarrolla la fusión del candombe con el funk, el jazz, el afrobeat y la world music, y anda desplegando todo el swing en una gira nacional. Este sábado se podrá ver y escuchar desde las 20.00 en el Complejo Cultural Politeama de Canelones. Las entradas se consiguen por Tickantel a $ 330.

Tributopalooza

Este sábado desde las 19.00 en Plaza Mateo (Rambla Wilson y Sarmiento) tendrá lugar el “Tributopalooza”, un festival de bandas homenaje. Se presentarán Barely Legals (The Strokes), Crazy Loco (Red Hot Chili Peppers) y Sexy Little Swine (Arctic Monkeys). Las entradas se consiguen por Redtickets a $ 600.

Catherine Vergnes en Maldonado

La cantante folclórica sanducera sigue de gira presentando su último disco, Refugio (2023). El domingo lo hará en la Casa de la Cultura de Maldonado (Rafael Pérez y Sarandí) a las 20.00. Las entradas se consiguen por Redtickets a $ 500.

Mauricio Ubal en trío

El cantautor se presentará este sábado a las 21.00 en la sala Lazaroff (Intercambiador Belloni piso 1) junto a Diego Azar (guitarra) y Álvaro Salas (percusión), con un repertorio que pasará por diversos momentos de la creación artística de Ubal, “pero especialmente centrado en sus últimas composiciones, varias de ellas inéditas y que serán parte de un nuevo disco en proceso de grabación”, según se anuncia. La entrada es gratuita, con reserva previa, a través del mail [email protected] o por WhatsApp: 099 612 009.