Son hermanos, tocan juntos desde adolescentes y aun así no paran de ensayar, porque la improvisación, si se practica, mejor. En eso anda por estas horas el Trío Ibarburu, conformado por los hermanos Nicolás (guitarra), Andrés (bajo) y Martín (batería) Ibarburu, que este domingo volverán a subirse a un escenario, en el boliche Inmigrantes. Suelen mandarse tres o cuatro toques por año en un mismo mes, ya que Andrés vive en Praga (capital de República Checa) desde hace 12 años. Por eso, luego de la presentación del domingo, habrá fechas en Punta del Este y Neptunia, y luego partirán a Porto Alegre.

A su último disco lo titularon Ultramarino (2016) porque lo hicieron “pese al mar” de distancias que los separa, recuerda Nicolás. El guitarrista cuenta que ahora se traen entre manos bastantes temas nuevos, como para embarcarse en otra grabación. Pero, como tienen ese detalle de que los tres se ven unos pocos días al año, probablemente, en 2025, ante otra visita del bajista, grabarán el nuevo material. De todas maneras, para los ansiosos, en el toque de este domingo interpretarán seis de los temas nuevos, además de alguna versión de Hugo Fattoruso, que nunca les puede faltar.

La propuesta del trío sigue siendo puramente instrumental, “sin barreras estilísticas”, en el sentido de que hacen “de todo un poco”, comenta Nicolás. “No es jazz: lo único que tiene de jazz es la improvisación. Mucho candombe, candombe-funk”, subraya. Ese gusto por el candombe les viene desde la infancia. Los tres hermanos se criaron en Malvín, y su padre era muy amigo de Jorginho Gularte y Walter Nego Haedo ―con el que luego terminaron tocando―, aunque Nicolás recuerda que al principio se enroscaron más con la música de afuera, como The Police, Miles Davis, Marcus Miller y Robben Ford, un guitarrista de fusión que particularmente lo “mataba”.

Pero a mediados de los 90 los Ibarburu tuvieron un curso intensivo de música popular uruguaya desde adentro, cuando nada menos que Jaime Roos los reclutó para su banda ―Nicolás tenía apenas 19 años―. “Nos pegamos un redescubrimiento de la música uruguaya. Empezamos a tocar con el Pinocho [Routin], con el Pitufo [Lombardo] y con el Nego. Me acuerdo de que cuando cumplí 20 [Jaime Roos] me regaló el Mateo solo bien se lame [primer disco solista de Eduardo Mateo, de 1972] y me voló la cabeza. Además, los Fatto, ídolos máximos. Opa es la banda emblema para nosotros”, cuenta.

Nicolás recuerda que fue “una psicodelia total” empezar a tocar con Jaime Roos, porque antes de que los llamaran no se perdían casi ningún toque de él, como los de la famosa gira “A las 10” (se llamó así porque las presentaciones empezaban a esa hora), de 1993 y 1994, que recorrió todo el país, con un total de 42 conciertos, y luego vio la luz en un DVD homónimo. “Nosotros éramos fans de vincha y de repente nos llamó. Se nos detonó la bocha. Ahora, en retrospectiva, siento que fue como ir a la Universidad de Música Popular Uruguaya, porque empezamos a tocar toda esa música de raíz, y a la vez con un repertorio asesino, que está en el ADN de todos nosotros”, subraya.

Ya hace casi tres décadas que Nicolás toca con Jaime: sólo desde 2013 a 2017 no estuvo en su banda. Dice que el secreto de la durabilidad es “mucho respeto y cariño mutuo”, porque con Jaime, después de tantos años, ya son “como familia”. “También lo de juzgar a las personas por lo que son con uno, porque siempre hay mitos y vas a escuchar rumores y cosas. Nosotros siempre nos manejamos así: directamente, y hay una amistad, un disfrute y una admiración muy grande; para nosotros, Jaime es un mentor artístico”, dice.

La música va cambiando, también el formato en el que se escucha y se graba, pero Nicolás subraya que el trío sigue “en esa resistencia de explorar la música por sí misma”, que es algo que hacen desde muy chicos. Recuerda que, gracias a que la madre los “bancaba”, tenían todo armado en el sótano de su casa para tocar. Además, tuvieron la “suerte” de elegir instrumentos complementarios, por eso tocan juntos desde muy chicos. “No fue a conciencia, elegimos distintos instrumentos y pudimos explorar la música juntos, como una cosa de juego, que es lo que seguimos haciendo hasta el día de hoy”, subraya.

En todos estos años el trío ha girado por varios lugares, como Argentina y Brasil, para poder mostrar su música por otros lados, pero el guitarrista destaca que la esencia del proyecto sigue siendo la del “laboratorio de investigación, más allá de las tendencias, modas y formatos”. La presentación de este domingo será luego de que termine el debate televisivo entre los candidatos Álvaro Delgado y Yamandú Orsi (entre 22.30 y 23.00), de cara al balotaje del 24 de noviembre, así que el toque del trío será “para olvidarse del debate o para bajar el debate”, bromea Nicolás.

El Trío Ibarburu se presenta este domingo a las 22.30 en Inmigrantes (Juan Paullier y Guaná). Las entradas se consiguen por Redtickets a $ 500.