Bruma Cabra Club era una banda pero terminó materializándose en el título de un disco con 11 canciones firmadas por Tüssi Dematteis, el nombre artístico de Gonzalo Curbelo, músico y periodista –compañero en la diaria durante más de una década–, quien falleció repentinamente a fines de febrero. El álbum vio la luz en plataformas digitales el 22 de marzo –y por estos días en vinilo– y se transformó en el primer y único disco solista del Tüssi, que tenía cuatro álbumes en su haber con La Hermana Menor, banda que fundó en los albores de los 90.
Obviamente, la presentación del disco se vio truncada por la muerte del Tüssi, pero este sábado, los músicos que lo acompañaron en el álbum, junto con varios invitados en las voces, pondrán sus 11 canciones sobre el escenario para saldar la deuda. “Es fuerte y bastante raro. Es difícil hacerlo, pero por una dificultad emocional, no tanto por las canciones. La dificultad está en lograr hacerlas bien sin que esté el Tüssi. Es súper raro, porque las toco y me acuerdo de cuando las tocamos juntos”, dice el tecladista Sebastián Pina (de Salvamento y Alucinaciones en Familia), uno de los músicos que grabaron el disco y quien tuvo los primeros intercambios con el Tüssi en formato dúo, cuando sus canciones empezaron a tomar forma.
Pina subraya que los músicos de la banda tratan explícitamente de correrse de la idea de que este toque es un “homenaje” al Tüssi, porque sería bastante difícil hacerlo, dado que fue una persona “inabarcable desde tantos puntos de vista”, por lo tanto, oficialmente es la presentación del disco. Además, subraya que si fuera un homenaje deberían hacer un recorrido por su historia musical y convocar a un montón de gente más. “En realidad, queremos cerrar este proceso: arreglamos todas las canciones, grabamos el disco y lo sacamos, y la idea era, eventualmente, presentarlo. Entonces, es para que no quede trunco y que el Tüssi no esté puteando desde el más allá. Creemos que las canciones se lo merecen y era lo que estaba en los planes. Lo vimos como una necesidad para nosotros y para la gente que lo quería mucho”, subraya.
El tecladista cuenta que cuando grabaron el disco la idea fue no sobrecargarlo de capas sonoras, que no quede “tan barroco”, sino que la canción “se defienda sola”, y se basaron en los arreglos de las canciones que crearon en los ensayos, cuando las “vistieron” con los instrumentos. Recuerda que lo grabaron pensando en sacarlo a nombre de una banda, que se iba a llamar Bruma Cabra Club, pero luego de que el proyecto estuvo un tiempo inactivo, cuando finalmente surgió la posibilidad de editar el disco, los músicos le sugirieron al Tüssi que saliera bajo su nombre.
Idas y vueltas
Pablo Torres (de Alucinaciones en Familia), el baterista que grabó en el disco, no sólo sentó las bases rítmicas sino que también ofreció su hogar para que se empezara a cocinar el asunto. Su casa, sobre la calle Tristán Narvaja, fue el centro de las juntadas cuando se empezó armar la banda, en plena pandemia. Ese lugar fue tan crucial para la creación del disco que su fachada –con una pintura de Gabriel Ameijenda– terminó estampada en la tapa del álbum.
Torres recuerda que el Tüssi tenía la idea de hacer el disco “medio pesado, stoner”, pero al final se decidió “que iban a ser las canciones del Tüssi, como eran”. Dice que el proceso de armar las canciones se dio “re natural” y que todos los músicos fueron creciendo. “Para esas canciones todos pusimos un extra de cada uno, pero sin buscarlo, simplemente había un compromiso por hacer que la canción esté buena”, subraya. Comenta que en la época de la pandemia, “bastante oscura, porque no se podía hacer una mierda”, por lo menos se juntaban a hacer música “y salían lindas cosas”.
El baterista dice que suele pasar que si se siguen arreglando las canciones se les pueden agregar diez mil cosas, y al final no terminás haciendo nada o terminás haciendo todo. En este caso, no disponían de mucho tiempo, entonces, le escribió al músico y productor Juan Branaá, le comentó que estaban haciendo un disco y no tenían un mango. “Yo te mando las canciones; si te gustan y lo podemos grabar en un día, lo hacemos”, le dijo. Al productor le gustó, así que lo fundamental lo grabaron en su estudio en un solo día.
Cuando el proyecto quedó estancado, apareció Sebastián Teysera, cantante de La Vela Puerca –y, además, pariente del Tüssi–, y fue uno de los más fervientes impulsores para que el proyecto viera la luz. Así las cosas, se lo mandaron a Esteban Demelas para la posproducción, mezcla y masterización. Según recuerda Torres, “sin haber escuchado nunca a La Hermana Menor”, les hizo una devolución que los sorprendió y encantó, porque “entendió todas las canciones, retocó el disco y lo dejó como quedó”.
Si tuviera que destacar algunas canciones del álbum, Torres menciona “Canas verdes”, que era su favorita desde cuando el Tüssi la tocaba con La Hermana Menor, mucho antes de que existiera este disco. También “En flicka, flicka”, el primer corte de difusión que tuvo el álbum, porque tiene una batería que “nunca había tocado” en su vida.
Por último, Torres dice que para él es un orgullo haber sido parte del último disco “de un ídolo y de un amigo”. Recuerda que escuchó a La Hermana Menor cuando un amigo le llevó un EP de la banda antes de que saliera el disco Ex (2003), escuchaba esas canciones en Paysandú y pensaba “qué locura”. “Cuando vine, en 2005, fui a ver a La Hermana Menor, no sabía ni quién era el Tüssi. Después, empecé a laburar en La Ronda, nos conocimos, grabó con nosotros, con 3Pecados, se acercó siempre en una re buena. Para mí son las mejores letras de la música uruguaya, lejos. Con este disco quedó claro que tenía un montón de cosas para seguir diciendo”, finaliza.
Tabárez y Dalton
A la hora de pensar quiénes serían los invitados para que sumaran sus voces a la presentación del disco, Pina dice que estuvo difícil, porque obviamente sienten que quedó muchísima gente afuera que querían que estuviera, pero son 11 canciones y no se puede invitar a todo el mundo, y más teniendo en cuenta lo complicado que es coordinar ensayos –siempre, pero sobre todo en estas fechas–. Para la elección tuvieron en cuenta que el invitado cumpliera con varias cosas: que les gustara mucho su impronta artística, que fuera amigo del Tüssi y de la banda, y que lo hiciera “de corazón”. A su vez, que se pudiera comprometer para estar en los ensayos y poner “su impronta en las canciones”.
“Nosotros le dimos luz verde a cada uno de los cantantes invitados para hacer lo que quisieran con la canción. Nadie va a hacer una cosa demasiado loca, obviamente, por un tema hasta de respeto hacia las canciones, pero cada uno le puso su impronta, naturalmente, porque son cantantes que ya tienen su propia identidad muy marcada”, subraya.
Uno de los invitados será Ernesto Tabárez, líder de Eté y Los Problems. Dice que el Tussi es “un faro”, porque con él aprendió un montón de cosas sobre hacer canciones, escuchando su música y luego compartiendo el tiempo con el músico. “Además, siempre me ayudó mucho en mis discos, se hizo tiempo y tuvo la mejor disposición. De hecho, es la única persona con la que tengo firmados los textos de canciones en común. Y siempre fue mi último recurso: cuando tenía una canción completamente trancada y nadie de los que yo tenía cerca le encontraba la vuelta, lo llamaba a él”, recuerda.
Tabárez dice que desde hace muchos años es un militante de la obra del Tüssi y ha “convertido a personas a esta religión una y otra vez”. Subraya que el músico tenía “una mirada muy especial”, ya que “era capaz de aislar una cosa de una escena grandísima y que la contara toda; eso no lo sabe hacer casi nadie”. Además, tenía “una capacidad increíble de ponerte en escena con las primeras ocho palabras”. “Me parece un virtuoso de la técnica de escritura de canciones, que es una palabra que no se usa cuando se habla del Tüssi, pero era realmente un escritor virtuoso”, insiste.
En cuanto al disco, Tabárez dice que lo escuchó bastante antes de que saliera, pero luego de la muerte del Tüssi le “empezó a hacer mal” escucharlo. Hace un mes, cuando empezaron con los ensayos para este toque, se reencontró con todas esas canciones, no sólo las que estudió para cantar, sino también las versiones de los demás invitados.
“Todavía me duele, pero de una manera distinta. Estoy pudiendo empezar a disfrutar. El otro día en un ensayo lo escuché a Garo [Arakelian] cantar ‘Anzuelos’ y me entró como un puñal. Desde ese momento se me rompió un caño y me paso escuchando al Tüssi, llorando. A veces, ni siquiera las escucho, las pienso y me pongo a llorar. Hay algo en hacer este show que es justo, es un disco que lo merecía. Pero no es un homenaje al Tüssi, porque eso es otra cosa, que habrá que hacer en otro momento. Esto es darle a este disco, por lo menos una vez, la posibilidad de ser tocado, y va a ser tocado ahí porque era donde el Tüssi lo quería presentar, así que estamos cumpliendo con la tarea de un amigo”, finaliza.
Otro de los invitados de la noche de este sábado será Pedro Dalton, cantante y compositor de Buenos Muchachos, que subraya que el Tüssi con La Hermana Menor cubrió “un amplio espectro de los 90”, más que nada del rock yanqui, “que era lo que más le gustaba”. Y agrega que si bien era un gran songwriter, lo asocia más a su escritura, al punto de que lo cataloga como uno “de los mejores escritores de Uruguay” y, si le saca la música, lo mete en el mundo de autores como Daniel Mella. “Es gente muy clara con las palabras, muy crítica; a veces duele lo que leés, y lo maneja de puta madre”, subraya.
Sobre el disco, Dalton dice que es muy maduro y subraya que “se entiende lo que canta” el Tüssi. Agrega que claramente el músico tuvo la necesidad de ser nítido al cantar y lo logró. “Yo creo que eso tuvo mucho que ver con que dejara de fumar, se preocupara por su estado de salud y tratara de mejorar físicamente; todo un montón de cosas que te llevan a clarificar la mente y lo que hacés”, dice.
Dalton comenta que escuchó el disco por primera vez en su casa, sentado, como se hacía antes –entero y de un tirón–, junto con su compañera, sin hablar entre ellos. Fue en un día de sol “y todo calzaba perfecto con la tapa del disco”. “Cuando terminó dije ‘pah, estaría buenísimo agarrar la banda e invitar a diez cantantes para que canten las canciones’, y fue lo que sucedió”, subraya.
Arakelian: “Donde sea y para lo que sea, escribió siendo él”
El músico Garo Arakelian, fundador de La Trampa, será otro de los invitados y dice que participar en este toque le resulta una mezcla de cosas. Por un lado, se entrelaza la admiración con lo emocional, porque tenía una amistad con el Tüssi, “de una estrechez y profundidad importantes”, a pesar de que no fueron amigos de toda la vida. “Entonces, se mezclan muchas cosas, pero también es una presentación en la que no vas a mostrarles a los demás cómo estás emocionado, sino a presentar el disco sin la presencia del líder, compositor e intérprete, pero la emoción no puede ser la protagonista, porque vos no sos el protagonista”, subraya.
Arakelian sostiene que el disco tiene “canciones bellísimas”, y su compromiso desde el punto de vista de la interpretación es “tratar de acercarse a la canción, no al Tüssi”, que es “una distancia sutil, pero diferente”. Es decir, que no se va a poner a imitar al Tüssi, y subraya que “claramente, no”. “Porque el Tüssi se levantaría y me cagaría a trompadas”, bromea.
Arakelian comenta que, a diferencia de lo que pasaba en La Hermana Menor, el Tüssi con los músicos que grabó este disco tenía una distancia de edad grande, algo que no es común en Uruguay, y eso de alguna forma “lo hizo único”, en el sentido de que no tenían que tocar como La Hermana Menor, algo que “es notorio al escucharlo”. “Pero, sin embargo, La Hermana Menor es influencia para todos los que tocaron en el disco. Entonces, se da una cosa por elipsis muy copada. Y Tüssi, donde sea y para lo que sea, escribió siendo él, así que no es un proyecto en el que escribió de otra manera para cumplir algún rol o satisfacer algo”, acota.
Si tuviera que destacar una canción del disco, Garo señala “Anzuelos”, la que lo cierra, porque para él es “un ejemplo magistral” de “la descripción de una escena con una administración de palabras y un dominio de los tiempos y del lenguaje coloquial increíbles”.
Pensando en el legado del Tüssi al rock uruguayo, Arakelian dice que dejó canciones desde un lugar “que rompe con formalismos o con algunas formas de concebir la canción pop y la canción rock”, y pone como ejemplo que era una persona que “se cagaba en los estribillos”; sin embargo, “cuando metía estribillos, la clavaba en el ángulo”. Por ejemplo, subraya que en “Anzuelos” el leitmotiv de la canción “es la descripción de una escena”, y a veces los estribillos son como “el corolario moral”, pero el Tüssi “no altera la descripción para caer en una cosa funcional a lo pop”. “Sin embargo, era un amante de la música pop, entre otras músicas”, recuerda.
Además, Arakelian vuelve a lo del lenguaje coloquial y dice que las letras del Tüssi parecen como si se leyera un libro de Raymond Carver, “y no suena forzado sino totalmente natural, con todas sus vergüenzas de los primeros planos ausentes de su voz, durante casi toda su carrera”. “Eso puede haber establecido una notoria distancia con la oreja del rock uruguayo predominante, que de repente no estaba educado para poder entender qué había por debajo de eso”, finaliza.
Bruma Cabra Club y amigos presentan el disco póstumo de Tüssi Dematteis este sábado a las 21.00 en La Trastienda. Entradas a $ 985 en Abitab.