Durante los últimos años se ha popularizado el debate acerca de si deberíamos separar a un artista de su obra. Esto se explica porque la privacidad está en peligro de extinción, lo que hace que sepamos detalles de la vida de numerosos genios y genias... y de cualquier otra persona con acceso a un celular y una tienda de aplicaciones.
Nos acostumbramos a participar en discusiones en las que se defiende a tal o cual ser humano, capaz de actos horripilantes, porque sus creaciones (artísticas, tecnológicas, las que sean) logran un balance positivo en el valor de su existencia, como si fuéramos deidades egipcias pesando su corazón.
Tanto hemos hablado, que la llegada de la biografía sobre una buena persona puede resultar reparadora. En este punto iría un asterisco gigante, porque futuras biografías del personaje en cuestión podrían revelar que en el sótano de su casa sacrificaba pingüinos bebés, pero hasta el momento lo que se sabe de Jim Henson no lo volvería (y perdonen el horrible cliché) cancelable.
En Disney+ (y sobre esto habrá que ampliar) se estrenó el documental Jim Henson: el hombre y las ideas, que busca homenajear al creador de los Muppets, y de obras menos conocidas pero igual de destacables como Fraggle Rock, El cristal encantado y Laberinto. Y, si les creemos a colegas y familiares que dan su testimonio a cámara, una buena persona.
Nacido en 1936, su sueño era trabajar en televisión. Así que cuando una emisora local puso un anuncio buscando un titiritero, decidió meterse en el oficio, y junto a su futura esposa Jane comenzaron una carrera que lo convertiría (a él) en el titiritero más famoso de todos los tiempos. Y a Frank Oz en su fiel escudero.
El afamado director Ron Howard (Apolo 13, Una mente brillante) es el encargado de contar su historia desde ese comienzo hasta su temprana muerte. Lo hace desde la admiración y sin la necesidad de grandes proezas técnicas o narrativas: hay suficiente material de archivo y personas dispuestas a contar su experiencia creciendo o trabajando junto a Henson.
La historia gira alrededor de una inventiva sin frenos, que revolucionó lo que se hacía con títeres y marionetas en la parte técnica, así como también el lugar que ocupaban en el imaginario colectivo. Porque sus sketches cortos en la televisión nocturna se hicieron tan populares que esos títeres protagonizaron innumerables publicidades, hasta tener su propia serie, que quedaría marcada a fuego en la historia de la televisión.
Después de colaborar con la concepción de Sesame Street, el legendario programa educativo para niños, Henson siguió buscando desafíos hasta que logró crear The Muppet Show, cuyas cinco temporadas elevaron al estatus de íconos a personajes como Kermit (antes la rana René), Miss Piggy, el oso Fozzie o Gonzo. Luego llegarían las películas, algunas de ellas ineludibles, y periódicos regresos a la pantalla chica, cada vez menos chica.
Jim Henson: el hombre y las ideas es como una pirámide de la vida del sujeto en cuestión. Ahonda en sus primeros años, la sociedad con Jane, el crecimiento de su familia, y el papel en las dos series mencionadas en el párrafo anterior. También se mencionan al pasar otros experimentos que no llegaron a concretarse, como clubes nocturnos con marionetas. Sin embargo, cada proyecto merece menos minutos de profundización que su antecesor.
La película El cristal encantado fue un hito en su momento, tanto que incluso tuvo una precuela en Netflix, con su propio documental acerca de la creación, que recomiendo. Muchos niños habrán soñado durante años con el David Bowie de Laberinto, pero si no fuera por la presencia de Jennifer Connelly entre los entrevistados, aquí no sería más que un recuerdo. Peor lo pasan series como Fraggle Rock o The Story Teller.
El documental funciona como puerta de entrada o como motivador para reencontrarse con su obra, de la que pueden encontrar mucho material en Disney+, aunque lamentablemente falte la serie original), o para leer biografías escritas. No le interesa ahondar en rincones menos luminosos, como el efecto que tuvo en su familia la dedicación total al trabajo. Y mucho menos la tristeza que experimentó durante las negociaciones que llevaron a la venta de sus queridos personajes a Disney, poco antes de su trágica muerte. Eso quedará para que lo cuenten en otra plataforma.
Jim Henson: el hombre y las ideas, de Ron Howard. 107 minutos. En Disney+.