Nicole Kidman, una de las mejores actrices de su generación y protagonista de la joya de HBO Big Little Lies, regresa al género de la comedia romántica con Un asunto familiar. La película, que encarna a la perfección la dualidad entre el drama familiar y el humor de situación, fue dirigida por un especialista del rubro, Richard LaGravenese (Posdata: te amo), y la historia sigue a Chris Cole (Zac Efron en su debut en la comedia), una superestrella de cine obsesionada consigo misma que se enamora de Brooke (Kidman), una escritora viuda mucho mayor que él y madre de Zara (Joey King), su asistente personal.

El eje de la narrativa es la vida absurdamente egocéntrica de Chris, un actor de películas de acción que no puede funcionar normalmente en el mundo real y se apoya continuamente en su indispensable asistente, la sobrecargada y quejosa Zara. Al mejor estilo El diablo viste a la moda, ella le lleva el café, lava, aguanta sus caprichos y corre, con la esperanza de que algún día Chris le dé crédito como asistente de producción. Zara se siente acosada y agotada, pero no se muestra sumisa y reclama en voz alta; rezonga a Chris por ser despistado, por su egoísmo, su falta de organización y su mala elección de papeles.

En medio de esta vorágine narcisista (muy bien ejecutada por Efron) y la angustia juvenil de Zara, aparece en escena su madre, Brooke, una famosa autora que atraviesa un momento de calma en su carrera y cuya vida es atravesada de casualidad por este musculoso y ególatra treintañero. Enviudó hace 11 años, es sabia y tranquila, está orgullosa de su hija, pero ahora, inesperadamente, se está enamorando de un varón mezcla de hombre de acción y niño sensible que, en el fondo, es bastante inseguro y que es el jefe de su hija.

Brooke está en un proceso de búsqueda personal, aunque no busca necesariamente el amor en su vida hasta que Leila (Kathy Bates), su editora y también exsuegra, la anima a empezar a salir con alguien. Aquí se invierten los roles tradicionales de las comedias románticas: se nos ofrece un romance imposible entre una mujer mayor y un hombre más joven, una variante del menú habitual de Hollywood de hombre mayor y mujer joven.

La construcción de los personajes de este triángulo poco convencional está bien pulida; el actor y su asistente sólo quieren que Kidman sea una especie de madre comprensiva, pero ella quiere mucho más que eso: levanta la bandera de “las madres también sentimos y merecemos placer”. La química entre los tres es real, genuina y se logra mediante gags de humor atinados y a tiempo.

La película ayuda a ver a los demás más allá de los roles que ocupan diariamente. A pesar de que navega con comodidad en la comedia y el drama, Un asunto familiar funciona mejor cerca del humor, porque su guion claramente está dedicado a parodiar al tipo de personalidad hollywoodense, narcisista, exagerada e infantil y Efron está tan convencido de ello que vende cada chiste a expensas de su propio personaje.

Un asunto familiar. 114 minutos. En Netflix.