La semana pasada, la diaria publicó una entrevista a la coordinadora general de Cinemateca Uruguaya en la que se advertía sobre los problemas que podría generar el proyecto de gestión del patrimonio audiovisual que lleva adelante la Agencia de Cine y Audiovisual (ACAU). Horas después, el presidente de la ACAU, Facundo Ponce de León, realizó una serie de puntualizaciones a lo afirmado por María José Santacreu.
Tras la publicación del texto remitido por Ponce de León, Santacreu envió su propia respuesta, en la que, entre otras cosas, menciona los diálogos que han mantenido Cinemateca Uruguaya y la ACAU con la Udelar.
“Luego de leer la extensa respuesta de Facundo Ponce de León al párrafo en el que me referí al curiosamente fundacional proyecto llamado Creación del Patrimonio Audiovisual Uruguayo (PAU), en el marco de una entrevista acerca del homenaje a diez años de la muerte de Manuel Martínez Carril, he llegado a una conclusión simple: el presidente de la ACAU no solamente no escucha, sino que cuando lee tampoco entiende”, dice la coordinadora de la asociación civil.
“No entiende la naturaleza de la Cinemateca, no conoce su historia, tampoco sabe de archivos fílmicos ni del funcionamiento de las instituciones. Sólo así se explica que ponga como prueba irrefutable de su valoración a la institución el haber llevado al equipo de la ACAU a visitar la Cinemateca como si fuera una salida al zoológico, o la energía dedicada a difundir –como si no fuera algo que sucede muy corrientemente en los archivos– que la propia Cinemateca ha admitido tener dificultades de preservación, develándole de paso al lector la primicia de que dije que el patrimonio fílmico no le interesa a casi nadie. Pero no por obvio me abstendré en esta ocasión de decirlo nuevamente: a la Agencia dirigida por Ponce de León tampoco le interesa”, agrega Santacreu.
“No voy a contestar a la repetida atribución que su respuesta hace de que disemino falsedades ni a la acusación de que el problema es que no comprendemos el valor del trabajo colectivo. Sólo alguien que ignora la trayectoria de Cinemateca o que esté acostumbrado a un público con pocas luces puede pensar que eso resulta verosímil”, añade.
En su texto, Santacreu cita dos puntos del proyecto de patrimonio audiovisual, que establece “un organismo regulador con una presidencia en manos de la ACAU por sobre las instituciones que pasaría a desempeñar gran parte de los cometidos que los estatutos de Cinemateca reservan para sí”, y “que una vez digitalizadas las imágenes patrimoniales que guarda la Cinemateca (y los otros archivos que se sumen a la PAU) pasarían a ser explotadas por la ACAU”.
A partir de ello, Santacreu continúa: “Es en base a estos artículos que Cinemateca afirma que dicha normativa significaría una intervención que acarrearía su desaparición y la apropiación de su patrimonio. Y que, dado que se ha afirmado en más de una oportunidad que el PAU aspira a reunir en su seno también al de la Udelar, estimamos que podrían ser también violatorios de la autonomía universitaria”.
“Ponce de León intenta minimizar la voz de Cinemateca en la mesa de Patrimonio diciendo que nuestra participación se limitó a mencionar la compra de latas y la construcción de un muro –afirmando, erróneamente que conseguimos ‘fondos públicos en el MEC’–, a pesar de que, en más de una oportunidad, nuestra jefa de archivo, Lorena Pérez, reclamó que debía discutirse la gobernanza y financiación del proyecto, pero que, al estar dicha mesa integrada por técnicos, esas consultas debían realizarse a otro nivel. Sin embargo, dichas consultas nunca fueron realizadas hasta que nos encontramos con un documento de dos carillas que intenta crear el PAU bajo las citadas inaceptables premisas”, añade.
“A la luz de este documento, circulado por la agencia a los integrantes de la Mesa de Patrimonio el 26 de julio, el viernes 9 de agosto Cinemateca se reunió con el rector de la Universidad, Rodrigo Arim, para consultarle su opinión sobre el proyecto. El rector nos contestó que nunca se había reunido formalmente con Ponce de León y que desconocía el proyecto, por lo que la Universidad no tiene una posición al respecto, posición que, además, sólo puede tomar el CDC. Arim afirmó que, siguiendo la tradición de la Universidad, no se iba a poner a consideración un proyecto de esta índole a tres meses de un acto eleccionario”, dice Santacreu.
“Mientras tanto, ya que la agencia al parecer no va a hacer mucho más que visitar locaciones para construir un depósito modelo invirtiendo cinco millones de dólares para cuidar el patrimonio que no tiene, Cinemateca puso un alambrado en lugar de un muro y descubrió que había 750 latas nuevas guardadas en un depósito en el Cerro. A veces lo más valioso y necesario está cerca, pero hacia el oeste, y sólo lo descubre quien lo está buscando”, afirma la coordinadora.
“Sin embargo, y para que todo esto no sea en vano, queremos pedirle a Ponce de León que, si su preocupación por el patrimonio tiene algo de genuina y si las reuniones que dice que mantiene con el ministro de Cultura no son imaginarias como las que tiene con el rector, que le pregunte por la partida que adeuda desde 2019 por el pago de un programa que llevó a centenares de alumnos de secundaria al cine, hasta que fue cancelado en 2020. Y, de paso, le consulte si podríamos cobrar lo que el Parlamento le adjudicó a Cinemateca para el cuidado del patrimonio en 2024. A lo mejor con eso podemos pagar la impermeabilización que estamos realizando de las únicas bóvedas climatizadas que existen en nuestro país, construidas, dicho sea de paso, por Martínez Carril, así como las acciones necesarias para seguir las recomendaciones estructurales y ambientales de la Facultad de Ingeniería, que, a diferencia de la ACAU, constituyó un equipo de técnicos para ayudarnos”, finaliza Santacreu.
En la respuesta de Ponce de León a Cinemateca se puede leer el documento “Creación del Patrimonio Audiovisual del Uruguay que impulsa la ACAU.