La vida de la narradora y figura principal de No digas nada, Dolours Price, funciona como buen reflejo de la historia del IRA, el movimiento armado que integró. Fue una militante pacífica por la independencia de Irlanda a fines de la década de 1960, junto a su hermana menor, Marion, hasta que la violenta agresión que sufrieron durante una manifestación las llevó a radicalizarse.

Aunque eran hijas de un ícono del movimiento –su padre, Albert, era una referencia debido a su encarcelamiento durante ocho años–, el adoctrinamiento familiar no había cuajado completamente en las hermanas hasta entonces: Dolours y Marion se inclinaban más bien hacia la resistencia pacífica inspirada en Gandhi y sus prácticas en India. Pero la violencia sufrida, sumada al recrudecimiento de la represión de las tropas británicas, llevaron a que ambas se sumaran al IRA en 1972, en el panorama que rodeó a la llamada emboscada en el puente Burntollet, ocurrida en 1969, y a la masacre de 1972, conocida como Domingo Sangriento, cuando soldados británicos dispararon contra manifestantes civiles desarmados, dejando decenas de muertos y heridos.

Las hermanas Price estaban dispuestas a todo, y eso transgredía lo que estaba permitido hacer a las mujeres por aquel entonces: apoyo o cuidados en una segunda línea. Lo probaron con audaces robos de banco –para los que se disfrazaban como monjas– y el rescate a mano armada de un compañero herido en un hospital.

Sin embargo, su acción más famosa fue el atentado en el Tribunal Penal Central Old Bailey de Londres en 1973. Las Price coordinaron y ejecutaron las explosiones de ocho coches bomba, que dejaron un saldo de media docena de fallecidos, 200 personas heridas e incontables daños materiales. Arrestadas al completar el atentado, las dos hermanas pasaron ocho años en prisión, que incluyeron una huelga de hambre que sería –al menos para Dolours– su acción final dentro del IRA.

Al salir de prisión, Dolours realizaría algunas manifestaciones pacíficas y terminaría casándose con el popular actor Stephen Rea en 1983 (se divorció 20 años más tarde). Falleció en 2013, a los 62 años, víctima de una sobredosis.

En el medio, Dolours participó en el proyecto de archivo Belfast, para el que una veintena de miembros del IRA contó sin tapujos su experiencia dentro del movimiento. Por entonces, el IRA había entregado las armas y muchos de sus integrantes percibían los acuerdos de paz como una traición y sentían que habían desperdiciado los años entregados a la causa.

Esta historia fue recogida por el escritor y periodista Patrick Radden Keefe en el libro Say Nothing: A True Story of Murder and Memory in Northern Ireland, que fue adaptado por Joshua Zetumer para la serie de Disney+. En nueve episodios iremos viendo el proceso de Dolours y Marion (Lola Petticrew y Maxime Peake como la joven y adulta Dolours, Hazel Doupe y Helen Behan como Marion), que recorre más de 40 años de su historia. Es también un período muy relevante en la historia del IRA.

El reclutamiento a manos de Gerry Adams (Josh Finan/Michael Colgan), sus misiones junto a integrantes muy importantes como Brendan Dark Hughes (Anthony Boyle/Tom Vaughan-Lawlor), el encarcelamiento y su vida posterior son unidos narrativamente por la entrevista que Dolours brindó al proyecto Belfast. Sobre la segunda mitad, se abordan las consecuencias de algunas tareas que llevó a cabo para el IRA, en particular el traslado de soplones o traidores que luego serían desaparecidos.

Cobra aquí importancia un relato que avanza en los primeros episodios de manera secundaria –el secuestro de la viuda y madre de diez hijos Jean McConville (Judith Roddy)–, puesto que cuando el IRA negociaba la paz, su cuerpo –junto al de una docena y media de desaparecidos– era todavía buscado por su familia, a décadas de su rapto. Así, las dos historias se vuelven una sola: el peso del pasado para Dolours cobra relevancia con los datos que brinda en el proyecto, que pueden ser relevantes para encontrar los cuerpos que los familiares siguen buscando todavía.

La serie matiza perfectamente la narración histórica con la ficción política. Como en la propia carrera de las hermanas Price, pasamos de golpes de mano aventureros al sufrimiento de la prisión, del convencimiento de la importancia de la lucha al cuestionamiento de sus acciones. La serie lo cuenta todo de manera casi periodística –supongo que por basarse en un libro de este tenor– y se cuida de no tomar partido, simplemente reconstruyendo testimonios, brindando datos y narrando lo mejor que puede la historia.

Con una labor actoral excelente, una producción de primera y un ritmo sostenido, se configura como una aproximación muy interesante y auténtica a este período de la historia reciente de Irlanda. Genera un relato duro, contundente y conmovedor, cercano para todo aquel que entienda lo que significa un desaparecido y lo importante que resulta saber la verdad.

No digas nada. Nueve episodios de entre 42 y 50 minutos. En Disney+.