La creación de universos narrativos compartidos no es cosa sencilla. Pregúntenle si no a Marvel o a DC, que han pasado los últimos 20 años tratando de desarrollarlos en cine y televisión con resultados variados. Como malabaristas en un semáforo que demora demasiado en cambiar de luces, tienen que mantener en el aire muchas bolas a la vez: todos los diferentes argumentos que requieren sus numerosos protagonistas.
Unos cuantos han fallado en el intento de construir un mundo interconectado y coherente: allí está el Millarworld, de Netflix, fallido por completo. Amazon buscó crear su propio universo de manera distinta.
Primero, su fuente es específica: el cómic The Boys, de Garth Ennis y Darick Robertson, publicado por el sello independiente Dynamite hasta completar su andadura en 2006. La base del relato es bastante sencilla: los superhéroes son una mentira. Todos los seres con habilidades especiales son crueles, malvados, perversos, psicópatas que aparentan salvar el mundo pero en realidad viven para mantener a la gran corporación Vought, que cuida de todos sus caprichos. Existe un sistema de control a estos superhéroes: The Boys, una organización del gobierno prácticamente clandestina que los borra del mapa cuando se pasan de la raya.
La historia viene siendo adaptada a la pantalla por Eric Kripke desde 2019, con gran éxito, y en algún momento Amazon buscó expandir su buen resultado más allá de la serie principal. Fue así que llegamos a Gen V, la universidad donde supuestamente estudian los jóvenes con poderes.
La primera temporada de Gen V se ambientaba entre la tercera y cuarta de The Boys y nos presentaba a Marie Moreau (Jaz Sinclair), una joven que controla la sangre (propia y ajena); Cate Dunlap (Maddie Phillips), una poderosa telépata; Jordan Li (London Thor/Derek Luh), que cambia de género al tiempo que gana poderes, y Emma Meyer (Lizze Broadway), que cambia de tamaño. La novedad era que estos jóvenes, en diferente grado, sí trataban de usar sus poderes para el bien. La cosa, lógicamente, salía mal; intervenían algunos pesos pesados de la otra serie –el poderoso y malvado Homelander, nada menos– y nuestros protagonistas terminaban prisioneros en un centro de rehabilitación que parecía más bien un centro de tortura.
Por razones que se irán fundamentando durante esta segunda temporada, nuestros protagonistas vuelven al colegio a pedido expreso de Cipher, el nuevo decano. Este nuevo personaje será el motor de este tramo de la historia y la principal razón de que funcione todo más que bien, en gran parte por la enorme labor de Hamish Linklater, que encarna un tremendo villano. El thriller y el relato de superhéroes se combinan con la tensión cuasi adolescente de sus personajes, sus romances, angustias y búsquedas de sentido en esta vida.
Más inserta en la continuidad compartida que nunca –es decir, en la construcción de un universo propio–, Gen V funciona perfecto como preparación de la quinta temporada y cierre de su serie madre. Como anticipo, resulta mejor que la propia cuarta temporada de The Boys, dado que no adolece de su cansancio. Aquí hay unos pocos episodios de acomodo, el regreso de los personajes a la universidad y la reconversión a “buenos” de algunos que eran francamente los malos, y luego, avanza con total contundencia.
Tendremos, dado que es imprescindible en este universo, gore, escatología, humor pavo, momentos emocionantes y mucha diversión. Veremos cómo cierra todo el año próximo, pero no cabe duda de que Gen V hizo la tarea y se sacó nota en su participación.
Gen V, segunda temporada. Ocho episodios de aproximadamente 45 minutos. En Prime Video.