Entre el tsunami de plataformas de series y películas, es fácil olvidarse de Universal+. No solamente tiene un catálogo menos vistoso que muchos de sus competidores, sino que hasta hace poco tiempo solamente se accedía como agregado al servicio de televisión para abonados. Actualmente se ofrece una opción con anuncios y otra sin anuncios.
Entre series pensadas para el gran público (las de FBI, las de La ley y el orden, las de Chicago) y películas taquilleras en rotación, se pueden encontrar pequeñas joyas, como una serie australiana que estrenó dos temporadas entre 2022 y 2024, y que tiene como protagonistas a un hombre y una mujer que se conocen, comienzan una relación demasiado rápido y, a esa misma velocidad, deben enfrentar un montón de obstáculos.
Nada que no se haya visto antes. Y sin embargo... Colin from Accounts combina esos factores clásicos con unas cucharaditas de ordinariez, mucho humor y una pareja protagónica con la química que tienen cuando son, a la vez, marido y mujer además de cocreadores de la serie.
Gordon (Patrick Brammall) se distrae al volante por una picardía de Ashley (Harriet Dyer) y termina golpeando a un perro. Ambos lo llevan a la veterinaria y deciden gastar una pequeña fortuna para salvarle la vida. De todos modos, el animal necesitará atención especializada a perpetuidad, así que Gordon y Ashley se verán obligados a formar un equipo. Y la clásica pregunta “¿lo harán o no lo harán?” se resolverá muy rápido: lo harán.
La gran incógnita de la serie, entonces, no será si romperán la tensión sexual, sino cómo harán (si es que pueden) para superar sus diferencias y encarar una relación. Ella es una joven estudiante de medicina que todavía quiere drogarse y salir de juerga, mientras que él es propietario de una cervecería y ha pasado por un montón de experiencias, entre ellas un cáncer. La diferencia de edad, tomada con naturalidad dramática, surgirá regularmente como obstáculo entre ambos. Pero habrá obstáculos de sobra.
Decía, entonces, que lo que diferencia a Colin from Accounts (nombre extraño... ya llegaremos a él) de otras comedias románticas es su humor, que sin llegar al grotesco de las comedias de los hermanos Farrelly, se las arregla para que en cada episodio haya al menos un momento zafado, escatológico o incómodo. Desde una cistoscopía que frustra el sexo entre ambos, pasando por dick pics accidentales y el increíblemente desagradable novio de la mamá de Ashley.
Rodeando este cóctel jocoso encontrarán los clichés del género, porque esta no es una serie que quiera reinventar la rueda. Pero ¡tranquilos! que no habrá moralina, aunque sí una postura moral, y los momentos más típicos, como los secretos que podrían cambiarlo todo, se revelan rápido. Y no cambian mucho.
Con personajes secundarios a tono (los compañeros de la cervecería, la amiga drogona de ella, los ex de ambos) y dos temporadas de capítulos que pasan volando, seguramente despertará risas al tiempo que hincharemos por el bienestar de cada uno de los protagonistas, juntos o separados. ¿Y el nombre de la serie? Es el nombre con que bautizan al perro. No se olviden de que todo comenzó con un perro.
Colin from Accounts. 16 episodios de media hora. En Universal+.