Hagamos un repaso: Mark Grayson parece un joven estadounidense como cualquier otro, con la notable salvedad de que vive en un universo plagado de superhéroes (y supervillanos). En realidad, es hijo de Omniman, acaso el más poderoso entre todos los héroes. Este sosías de Superman llegó desde un planeta lejano para ayudar a la Tierra y se ha consagrado como uno de sus mayores defensores. Mark espera ansioso el despertar de sus poderes y, cuando esto ocurre, despierta también algo bastante inesperado: la revelación de que Omniman –Nolan, para sus cercanos– no es ningún héroe, sino la cabeza de avanzada de una invasión del planeta Viltrum.

En realidad, el padre tan sólo estaba esperando el surgimiento de los poderes de su hijo para conquistar todo. Previsiblemente, Mark se le opone, pelean y destruyen, masacran y arrasan gran parte de varias ciudades de Estados Unidos, en una constante de la serie Invencible a la que más vale acostumbrarse: la destrucción impiadosa y las muertes masivas son moneda corriente.

Luego de este encuentro –que terminó con Omniman abandonando la Tierra–, Mark se consagra como Invencible, su nom de guerre, y asume su responsabilidad entre los superhéroes que nos defenderán de las múltiples y descorazonadoramente frecuentes amenazas que irán surgiendo, al tiempo que trata –como todo buen superhéroe– de sostener una vida cotidiana medianamente normal (pero difícil que el chancho chifle).

Así lo encontramos en esta tercera temporada, una nueva entrega de ocho episodios que llega a Amazon para tratar de demostrar una vez más que eso de la “fatiga de los superhéroes” es ajena a esta compañía de streaming que, además de Invencible, aloja a The Boys. Ahora bien, ¿lo demuestra, efectivamente?

Sí, pero con reservas. Al igual que en la mentada The Boys, es difícil encontrar en Invencible hechos o situaciones que nos sorprendan como antes. Y, al igual que The Boys, también comienza a generar una sensación de cansancio que nos lleva a pensar que ya viene siendo hora de ir cerrando, al menos con alguno de los argumentos de peso.

Lo cierto es que Invencible –que abreva de la historieta del mismo nombre, también creada por Robert Kirkman– tiene muy a favor la rutina de plantar semillas que luego serán plots enteros en algún punto del relato, en una narración muy bien construida. Así, ideas puestas en el tablero –a veces apenas puntas de ideas– se utilizan de repente como trama principal y eso hace que el espectador siempre tenga que estar atento y resulte entretenido. También es verdad –y en esta tercera temporada se nota más que nunca– que pasa tal cantidad de cosas que no pocas veces algo que parece tremendamente relevante se liquida en un episodio, o personajes de mucha importancia son despachados en apenas segundos sin demasiado cariño.

En esta tercera tanda tendremos de todo: dimensiones paralelas, regreso de villanos, la amenaza constante de Viltrum y, también, mucho –pero mucho– romance. El nivel de gore y hemoglobina quizá nunca haya estado tan alto (aunque, como decíamos antes, por reiteración, ha perdido algo de impacto) y el pobre Mark las pasa canutas todos los episodios. Sin embargo, lo mejor está en los personajes secundarios (Allen el Alien y Nolan en el espacio, por ejemplo, aunque aparezcan más bien poco) y en la acción y violencia de los diferentes enfrentamientos.

Por el contrario, el melodrama romántico que de repente afecta a todos los personajes –Invencible y Eve; la madre de Invencible y su nuevo novio; Rex y la que se encoge, etcétera– resta más que otra cosa y se roba montón de minutos preciosos en una temporada que se siente algo apretada de más para todo lo que cuenta.

Sigue entreteniendo, sin duda, pero el desgaste es notorio. Ya se anunció que la quinta temporada de The Boys será la última, pero no que la próxima de Invencible también sea el final. Aunque es mucho más lo que funciona que lo que no, vale preguntarse si cuatro temporadas es lo máximo que pueden funcionar estas ficciones. Supongo que lo descubriremos el año próximo.

Invencible, tercera temporada. Ocho episodios de aproximadamente 50 minutos. En Amazon Prime.