En una casa de 1870, que incluye sus caballerizas, ubicada en los bajos de Ciudad Vieja, el proyecto Ensayo Abierto, un espacio independiente y autogestivo, funciona desde hace siete años sobre la base de un colectivo artístico que fue mutando. En uno de sus sectores fue montada una sala teatral, es decir, una caja negra con 36 butacas, a la que recientemente agregaron una segunda grada, que la transformó en un espacio bifrontal de 50 localidades. Antes de llegar hasta allí, en el ingreso se ubica una suerte de living con cantina, que una parte de los intérpretes, ya sea para sus obras o para sus toques, eligen por sus características no convencionales.
Conformado por productores, gestores, actores, bailarines, músicos, gente vinculada a las artes escénicas en general, vale decir que Ensayo Abierto se sostiene con trabajo voluntario, sin fines de lucro. “Lo que hacemos es trabajar todas las semanas, todos los días, para que se mantenga al firme como un refugio de las propuestas que no tienen vida en otros lugares, pero también con ciertas estéticas que hemos conseguido a lo largo de este tiempo; algunas propuestas calan mejor acá que en otro tipo de sitios oficiales o más producidos (por cuestiones éticas o estéticas)”, dice Mateo Altez.
En ese contexto se gestó lo que comenzará a verse este fin de semana y continuará hasta el 22 de junio: el Festival de Artes Híbridas. Altez junto con María Oliver, Luana Bovino y Mikaela Echeverría abrieron una convocatoria a participar. Hubo 48 inscriptos, de los que tuvieron que elegir únicamente a seis, que era lo que les permitía el presupuesto. Lo concretaron gracias al llamado Ventanilla Abierta del Instituto Nacional de Artes Escénicas del Ministerio de Educación y Cultura y se terminará de solventar con la venta de entradas, porque la apuesta incluye la contratación de un equipo de técnicos para el montaje y desmontaje de las obras y un grupo de críticos que documentarán lo que vaya sucediendo.
La motivación “surge de lo que hemos observado de las obras que llegan al espacio y de las cosas que a nosotros mismos nos interesan y planteamos también como creadores de la escena”, explica Altez. La intención es generar diálogo en torno a si las categorías en uso son o no las adecuadas: “Claramente ya no nos sirven; por eso decimos posmoderno, poscontemporáneo, posdramático”, señala.
“La idea era buscar una palabra nueva que pudiera hacernos conversar sobre cómo están las artes escénicas hoy. Y ahí lo que encontramos fue esto de la hibridez, pensando en algunas propuestas escénicas que no pueden ser definidas dentro de un solo espectro de las categorías que tradicionalmente usamos. Pero también, a partir de eso, lo que pensamos es que quizás nosotros tenemos una mirada híbrida. Y muchas veces en algunas obras que sí están dentro de categorías más puras, igual ponemos esta mirada sobre lo que está pasando en la actualidad en el medio”, agrega.
A modo de muestra, de estado de situación y de disparador, sin saber muy bien a qué conducirán estos intercambios, buscaron creadores dispuestos a trabajar en ese límite difuso: “La idea del festival sería, utópicamente, ver si entre todos lo podríamos definir o nos puede empezar a significar algo más contundente que sólo la palabra”.
Cada espectáculo comenzará al mediodía (salvo una doble función programada a las 11.00 y a las 13.00), y luego buscarán que artistas y público compartan un almuerzo, mientras esperan el momento del desmontaje de lo que se acaba de ver; esto es, el espacio “donde los artistas van a mostrar su proceso creativo frente a los propios espectadores”. Luego el esquema del festival prevé un número musical o una ponencia enfocada en el tema de la hibridez. “Va a ser un espacio primero de escuchar y recepcionar sobre esta gente que sentimos que ha pensado sobre este asunto y luego poder discutir, conversar y generar nuevo conocimiento sobre lo híbrido”, anticipa Altez.
La ambición es “hacer algo grande”, explica, por eso la extensión del festival y la atención a lo que rodea a las obras: “Vamos a invitar a los espectadores a escribir críticas, reportes o reseñas de lo que han vivido en el festival y las vamos a publicar. Eso en general amerita un tiempo para que de una semana a la otra podamos escribir, publicar, leer lo que han puesto y seguir reflexionando. Vamos a tener un blog que va a centralizar toda la información y en las redes vamos a difundir las publicaciones”.
Calendario de actividades
Los espectáculos comienzan a las 12.00 y las ponencias a las 16.00.
- 7 de junio: Parque temático, de Agustín Luque / Desmontaje / Santi Massa (número musical)
- 8 de junio: ¿Quién habla por los espíritus?, de Juan Ekeko Rivera (espectáculo a la gorra) / Desmontaje / Carolina Silveira (ponencia)
- 14 de junio: Tecnologías para nuestra supervivencia, por el Colectivo CompaNegras / Desmontaje / Damián Gini (ponencia)
- 15 de junio: Güelcome, de Colectivo Baldío / Desmontaje/ Mariana Marchesano (ponencia)
- 21 de junio: La niebla, por Luces Fuera / Desmontaje / Gabriel Calderón (ponencia)
- 22 de junio: Paisaje somático, de Andrea Ghisolfi / Desmontaje / Chunchullo (número musical)
Ensayo Abierto (Piedras 599 esquina Juan Carlos Gómez). Preventa y reservas al Whatsapp 099 860 369. Entradas: $ 600, abono para dos obras $ 1.000 y para el festival completo, $ 2.500. Las ponencias y shows serán en la cantina, con entrada libre.