¿Quién puede ser millonario?

Es un programa de preguntas y respuestas, pero, a diferencia de ¿Quién quiere ser millonario?, aquí el concursante debe responder sobre su vida. ¿Cuándo llegaron sus antepasados al país? ¿Cuántas hectáreas tiene la estancia familiar? ¿El condominio en Miami de sus padres tiene vista al mar o es contrafrente? ¿Hizo su posgrado en Estados Unidos o en Inglaterra? ¿Cuántos hermanos son para repartirse la herencia? Quienes contesten bien todas las preguntas no recibirán ningún premio en efectivo porque no lo necesitan.

Militares en inacción

En esta versión de Policías en acción, los protagonistas son militares a los que siguen las cámaras mientras izan la bandera, toman mate, cortan el pasto, pintan los árboles de blanco, bajan la bandera y se van a dormir. La realización del primer episodio estará a cargo del multipremiado director iraní Abbas Kiarostami.

Sing and Win

Es una adaptación del reality español Operación Triunfo, con la particularidad de que está hecha en el verdadero país de origen del formato. En efecto, al creador del programa español se le ocurrió la idea durante un viaje por Uruguay en la década de los 80, cuando vio una emisión de Cante y gane en Canal 12. El desarrollo del formato demoró décadas porque los productores no podían encontrar un equivalente español de Alejandro Trotta. Finalmente decidieron hacerlo con un solo conductor, y esa es la versión que veremos aquí.

100 uruguayos dicen con margen de error más/menos 2 por ciento

En el formato original estadounidense, llamado Family Feud, las dos familias concursantes no deben responder preguntas, sino adivinar cuál fue la respuesta más común en una encuesta previa hecha a personas de a pie. Canal 12 estaba preparando una adaptación llamada 100 uruguayos dicen, pero al caer en la cuenta de la poca fiabilidad de las encuestadoras locales se le cambió el nombre para ganar en transparencia.

La culpa es del Frente Amplio

Esta es una segunda adaptación de un formato que ya se emite en Uruguay, pero con una vuelta de tuerca. A diferencia de La culpa es de Colón, aquí los presentadores y panelistas no son comediantes, sino dirigentes políticos de la coalición multicolor que de lunes a viernes, y durante media hora, explican por qué la izquierda es la responsable de todo lo malo que pasó ese día.

Expediente demorado

Caso cerrado es uno de los programas más populares de Latinoamérica, a pesar de que la dinámica de las audiencias conducidas por la jueza Ana María Polo se basa en el sistema judicial de Estados Unidos. En esta versión uruguaya los protagonistas no son los demandantes o demandados, sino los expedientes judiciales de sus casos y su extenso y tortuoso recorrido por los recovecos del Poder Judicial.

Intrusos en la literatura

Durante muchos años Uruguay no tuvo una farándula propia, y cuando finalmente logró desarrollarla, se confirmó que no valía la pena. Los deslucidos y aburridos programas de chimentos locales son la mejor evidencia de ello. Es por esto que se decidió hacer una adaptación del programa argentino Intrusos en el espectáculo, pero con una temática más acorde a la tradición uruguaya: la literatura. El programa se centrará en las polémicas y escándalos que se desatan en el mundillo literario local por concursos con premios de 5.000 pesos, cargos docentes en la Facultad de Humanidades y reseñas en la prensa que nadie lee. Deprimente pero nuestro.