Edad de piedra - 12.000 a. C.

El hombre de Cromañón vivía de la caza, por lo que salir de la cueva y enfrentar a los bisontes era una necesidad. Pero, por otro lado, en el exterior los Homo sapiens se tenían que enfrentar a numerosos peligros. Como se sabe, los hombres de Cromañón no tenían ningún sistema de gobierno, por lo que la única solución a este dilema era que cada uno hiciera lo que se le diera la gana. Hay que recordar que en ese entonces prácticamente no existía la organización social, por lo que, ante la ausencia de liderazgos, reinaba el caos y la anarquía.

Roma - 44 a. C.

Las orgías y bacanales que organizaban los romanos eran el caldo de cultivo ideal para la transmisión de enfermedades venéreas. Durante el gobierno de Julio César se desató una feroz epidemia de sífilis que las autoridades no sabían cómo combatir. El emperador decidió exhortar a los romanos a que no mantuvieran relaciones sexuales durante estas fiestas y se limitaran a comer y beber vino hasta vomitar. Los ciudadanos apoyaron la medida e intentaron cumplirla, pero fue imposible debido a que, estando en las orgías, después de un par de copas de vino se olvidaban de los consejos del César y se entregaban a las prácticas sexuales. El emperador no quiso suspender las bacanales por miedo a que el pueblo se enojara. En lugar de tomar medidas para contener la circulación de la sífilis, César se dedicó a dar discursos en las escalinatas de los edificios de gobierno, en los que responsabilizaba a los romanos por el avance descontrolado de la epidemia. La maniobra dio resultado y la popularidad del César no paraba de crecer. Una de las claves del éxito consistía en aparecer solamente cuando las noticias para dar eran buenas, y dejar que Marco Bruto se encargara de dar las noticias malas. Harto de tener que dar la cara por la irresponsabilidad del César, Bruto decidió asesinarlo.

Aragón - Siglo XIV

La peste negra que asoló Europa durante la Edad Media llegó al reino de Aragón en 1348. Ante los pedidos del vulgo de restringir la circulación para evitar los contagios, el rey Pedro IV de Aragón respondió que eso traería enormes perjuicios económicos, por lo que la única solución posible era apelar a la libertad responsable para que la gente no saliera de sus casas. Algunos críticos sugirieron que si el pueblo hacía caso y se quedaba en su casa, se generarían los mismos perjuicios que el rey decía querer evitar. Fueron decapitados de inmediato y nadie volvió a mencionar el tema.

México-Tenochtitlán - 1521

Cuando Hernán Cortés estaba a pocos kilómetros de la esplendorosa ciudad azteca, un grupo de sabios alertó al emperador Moctezuma II sobre el peligro que representaba dejar entrar a las tropas españolas, debido a que podían portar enfermedades desconocidas para las que los aztecas no estaban inmunizados. Pero Moctezuma estaba demasiado entusiasmado con la posibilidad de venderles artesanías a los recién llegados, así que decidió dejar entrar a los conquistadores, confiado en que los aztecas serían lo suficientemente responsables para mantenerse a dos metros de distancia de los conquistadores. El plan demostró ser absurdo y pocas semanas después 90% de población de México-Tenochtitlán sucumbió ante las nuevas enfermedades. Un reducido grupo de nobles, sin embargo, obtuvo enormes ganancias vendiéndole a los españoles artesanías que estos llevaban a sus esposas para que los perdonaran por haberse pasado varios años teniendo sexo con marineros, mujeres indígenas y animales. Los nobles usaron una parte de sus nuevas riquezas para comprar un molino de cereales y fundaron lo que hoy se conoce como Panificadora Bimbo. Con la otra parte construyeron un memorial para los fallecidos a causa de las epidemias venidas de España.