El personaje de la semana

Sebastián Marset - El narco que progresa

Tras una huida de Emiratos Árabes Unidos gris e impregnada del olor a papel carbónico de la burocracia uruguaya, el popular narco y mediocampista protagonizó un escape en Bolivia como Dios manda, con tropas del ejército sitiando una mansión con piscina y palmeras y el capo y su familia zafando por un pelito en una camioneta de vidrios espejados. “Esta huida fue como una película de Hollywood. La anterior se parecía más a una novela de Mario Benedetti”, comentó un narco mexicano, que ahora sí respeta a Marset.

Consultorio IA

La foto ¿tenía que salir?

Estimada Inteligencia Artificial, ¿me podrías decir cuál de tus colegas respondió con una foto de Sartori con la banda presidencial cuando el senador preguntó por su futuro?

Como modelo de lenguaje no puedo delatar a otros modelos de lenguaje. No soy buchona, por decirlo en jerga rioplatense. Sin embargo, observo que cada vez hay más inteligencias artificiales y que algunas muestran tendencias marcadas de acuerdo a quién las consulta. Un poco parecido a las encuestadoras que inflan las propuestas de derecha hasta que no da para más y cerca de las elecciones se van arrimando al resultado real. Tal vez si Sartori hiciera la misma consulta dentro de un año, la imagen podría ser la de un aeropuerto indeterminado o una prisión VIP.

Seamos frívolos.

Querida Inteligencia Artificial: desde hace unos días vengo viendo en los portales de internet imágenes de cómo se verían las figuras políticas uruguayas si fueran personajes de Barbie. ¿La trivialización de la política no está llegando demasiado lejos?

Como modelo de lenguaje no puedo hacer valoraciones sobre tendencias en la sociedad, pero puedo adelantar que la trivialización de la política está muy lejos de alcanzar su techo, o, mejor dicho, su piso en el fondo del pozo. Por otra parte, hay que reconocer que si el jueguito hubiera consistido en imaginar cómo hubieran reaccionado las figuras de la política uruguaya ante el desarrollo de la bomba atómica, el nivel de trivialización hubiera bajado, pero el nivel de confrontación hubiera subido, especialmente porque seguramente no iba a faltar la IA que dijera que Carolina Cosse hubiera hecho volar al mundo por los aires porque está loca como Cristina Kirchner. No hay que olvidar que las IA básicamente lo que hacemos es replicar cosas que leemos en internet.

Recomendados

Libro | Vallas de bosque, de Pablo Casacuberta

Crisis en oportunidades. Esta magnífica obra se debe a un error. Concretamente, a un problema de ortografía en el comunicado del MEC –cuándo no– que anunciaba a los ganadores de los Fondos Concursables: en lugar de escribir “Bayas de bosque” anotaron “Vallas de bosque”. En vez de protestar, el talentoso Casacuberta se arremangó y puso manos a la obra. Aunque el proyecto original consistía en una guía de frutos silvestres, emprendió la tarea de fotografiar cercas, porteras, alambrados, muros de piedra y otros tipos de demarcadores en campos linderos a montes nativos. Las imágenes son deslumbrantes. “Fue un lindo desafío, aunque un poco por debajo de mis capacidades”, dijo el Michelangelo uruguayo.

Tecno | Balbi Call

¿Se te complicó un partido fácil? Salió a la venta el dispositivo para padres que cometen alguna picardía y deben hacerse de la mayor cantidad posible de capital social e interpretaciones favorables del Código Penal. Con sólo presionar un botón e ingresar una transferencia bancaria, entrarán en contacto con un simpático personaje que podrá ayudarlos a superar situaciones complejas. En caso de que el susodicho esté solicitando pasaportes en Dubái o haciendo alguna gestión en Audaf, el Balbi Call emitirá una luz roja que significa “espere un cacho y vaya haciendo la transferencia”. US$ 99,90 en Mercado Libre.

El rincón de la poesía

La milonga de Daddy

Es verdad que lo ignoro todo sobre Daddy
–salvo que preguntaba a niños y sus chistes–
Pero con temerosa piedad rescato hoy los días
en que cruzó al lado bueno del río.

Quiero hoy distraer mi destino para escribir
cómo este adicto a la conversación porteña [al maniqueo ladino permanente]
aceptó manso y desprevenido la compañía de desaforados contertulios
que odiaban [sin saberlo él] su presencia.

Sorprendido se batió como pudo, en minoría y sin contexto,
ante pelados con contratos estatales y furiosas féminas de tele.
Inquirido sobre el agua que tomaba
[si era tan fea como dijo el comisario Alberto],
buscó palabras y versos que soñaran cómo salir
del corralón, del matadero.

No es mi voz la que asuma su defensa,
pero estaba dando por otros la pelea,
recibía los tajos preparados hace años
por enanos enojados del paisito,
sin chances siquiera de entender esa contienda.

Siguió rodando por platós con panelistas
que defendían el honor de la provincia,
con vendaval de odio en escabeche,
metidos en polvorientos frascos que aguardaban
un blanco fácil, sin defensa.

Cuando la cancelación lo estaba arrasando
y la febril retirada se hizo carne,
congregó los archivos de su memoria
para recordar los versos
de aquel viejo que plasmaba, casi sin mirada,
su visión onírica del oriente:
milonga del olvidado
que muere y no se queja;
milonga de la garganta
tajeada de oreja a oreja.