Mi historia, de la ex primera dama de Estados Unidos (Plaza y Janés, Penguin Random House) apareció simultáneamente en 31 idiomas el martes pasado. “Soy una persona común que acabó embarcada en un viaje fuera de lo común. Comparto mi historia con la esperanza de allanar el terreno para otras historias y otras voces, de ampliar las posibilidades y los motivos para que otros lleguen hasta allí también”, dice Michelle Obama. Tiene mucho para interesar: ella y su esposo, Barack Obama, fueron los primeras personas afrodescendientes en ocupar sus cargos en Estados Unidos. Desde su lugar como primera dama, Michelle Robinson –tal su nombre de soltera– trabajó a favor de la inclusión y la integración social, y por los derechos de niñas y mujeres. Su historia no se limita a los años en la Casa Blanca y a la intensas campañas electorales, sino que también repasa su infancia en el South Side de Chicago, su pasaje por una universidad de élite y su destacada carrera como abogada, así como la vida pospresidencia. Aunque insiste en que que no incursionará en política –muchos la ven como la esperanza del Partido Demócrata–, la extensa gira de presentación de este libro tiene, en los Estados Unidos gobernados por Donald Trump, mucho de acto de masas.
Memorias de Michelle Obama
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