El viernes empezó a funcionar en el Palacio Municipal la 46ª Feria Internacional del Libro de Montevideo, aunque la inauguración oficial será el lunes a las 19.00, cuando en la Sala Azul tenga lugar la ceremonia con palabras de autoridades. Entre otras cosas, y con música de Mestizo, se anunciará quiénes son los autores ternados en las distintas categorías de los premios Bartolomé Hidalgo de la Cámara Uruguaya del Libro (CUL).
Esta es también la última Feria del Libro de María Inés Obaldía como directora de Cultura de la actual administración de la Intendencia de Montevideo (IM), quien, desde ese rol, brindó sus opiniones del evento que el ejecutivo departamental coorganiza con la CUL.
La locación de la feria está consolidada, desde hace décadas, en el Palacio Municipal, pero Obaldía intentó cambiarla. “Hice todo lo posible”, bromea. “El año en que entré muy graciosamente la quise llevar al Mercado Modelo, donde ahora está el parque de juegos. Recién había quedado vacío y le dije a la cámara ‘¿Qué les parece si se empoderan de este lugar y hacen una megaferia del libro?’. Demoraron una semana en contestarme, pero fue unánime el no”.
Por entonces aquel sitio no tenía la vida que tiene en la actualidad, ya transformado en Espacio Modelo. “En ese momento recién estábamos empezando, y yo quise dar la condición de pioneros a los integrantes de la cámara; salieron espantados”, recuerda con humor. “Así que nos avenimos a lo que ellos consideran lo mejor, que es la centralidad que tiene el edificio de la intendencia, la conexión con el barrio, el tema de la explanada”.
A propósito de la locación, la directora agrega: “Tenemos instalada TV Ciudad en una suerte de caja de vidrio y ahí se realizan programas en relación directa con lo que está transcurriendo dentro de la feria. Valeria Tanco, con su estilo, trae lo más destacado de la feria en TV Ciudad de Feria –es la tercera temporada que lo estamos haciendo—, y va de lunes a viernes desde las 16.30 hasta las 18.00. Se ve a través del canal de Youtube de TV Ciudad, una patita más para ir poniendo en el futuro”.
Acerca de esta versión ampliada de la Feria del Libro, que tendrá más días de actividad que las anteriores, Obaldía dice: “Nosotros tenemos una mirada optimista sobre los libros y la literatura. También es cierto que la CUL es una cámara de libreros y de vendedores de libros, entonces la mirada optimista acompaña una realidad como la nuestra. Somos un país que tiene una enorme cantidad de librerías per cápita, más que otros países”.
“Si bien estamos hablando de esta feria y del peso que tiene nuestra relación histórica con la CUL, que afortunadamente año a año crece en cantidad y calidad, también tenemos la Noche de las Librerías, que es simbólica para Montevideo, un proyecto que no nació acá, y que cuando el Centro Cultural de España dijo ‘No podemos con él, lo dejamos caer’, dijimos ‘No, lo sostenemos’. Nos interesa trabajar en esa línea y honestamente hemos visto que la gente lo recibe muy bien”, agrega la experiodista y actual candidata a diputada por el Frente Amplio.
Desde hace años, las propuestas de la IM en el marco de la Feria se concentran en el piso 1 y ½, y este año volverá a ser así. “Tenemos la Sala 300, en el marco de las celebraciones por los 300 años de Montevideo. Pero, además, tenemos la exposición Novelas montevideanas, una suerte de bitácora cartográfica sobre las principales novelas de Montevideo. Vamos a tener una serie de objetos que aparecen en esas novelas, como una suerte de mirada con memorabilia que enriquece, llevándote a otro lugar. Ahí está Onetti, Levrero, Felisberto, Mercedes Estramil, toda gente súper valiosa”, repasa Obaldía.
No todo el mundo encuentra sencillo llegar hasta el bendito piso 1 y 1/2 del Palacio Municipal, y ello incluye no sólo a quienes asisten a la feria, sino también a personas que tienen que realizar trámites burocráticos. “Hemos hecho de todo para eso”, responde Obaldía con una sonrisa. “Yo diría que puede rendir más. Un año abrimos las puertas exteriores para subir por escaleras; creo que tendríamos que poner marcas en el piso”, agrega.
De todas maneras, considera que hay un premio a quienes llegan al entrepiso. “En el 1 y 1/2 es como una feria de bajo estrés. La otra es una feria híperluminosa, con cartelería, con macacos que representan a los personajes, y el piso 1 y 1/2 tiene otro ritmo. Tiene lo suyo. Y este año volvemos a tener la cafetería abierta sobre el balcón, sobre 18 de Julio, que creo que es un descubrimiento que tenemos que hacer como montevideanos. Después te podés poner atrás de la estatua del David y por cinco minutos te podés sentir Onetti. Porque ahí, atrás del David, quedaba el escritorio del funcionario Juan Carlos Onetti de esta intendencia”, apunta.
“También me gustaría destacar el espacio Librería de la Ciudad, un espacio para las editoriales independientes, para las revistas académicas. Tenemos la presencia de la Academia Nacional de Letras, que ahora preside Gerardo Caetano, y por primera vez va a tener su lugar en la Feria desde una institucionalidad que nos parece que tiene que tener un hermanamiento. También hay organizaciones sociales, revistas de todo tipo. Hay gente que hace poesía, narrativa y hasta ensayo en un marco de editorial independiente y desde que estamos nosotros hemos insistido mucho con que tengan un lugar”, agrega la jerarca.
La directora también destaca la presentación del libro Cita en Montevideo, un homenaje a Cristina Peri Rossi. “Lo vamos a presentar con Néstor Sanguinetti, que es su alter ego en Uruguay, mezcla de amigo y mentor. Nos llamó la gente de Hum para ver si podíamos colaborar con esta cita, haciendo un libro de porte objeto. Van a ver que es una belleza, que con el aporte de la IM se puede vender a precios accesibles. Es otra manera de apoyar a una figura que declaramos ciudadana ilustre”, dice.
Espacio recuperado
Obaldía también comparte una historia personal: “Quizás sea una vuelta de la vida, ahora que me estoy yendo, que esta es mi última feria. Yo fui una niña que se perdió en la Feria. Recuerdo que por todos los parlantes decían mi nombre y el de mi primo Gonzalo, porque los dos nos perdimos en la Feria, de niños. Nos perdimos de los grandes; nosotros estábamos espléndidos”.
“Entonces, a mí me parece que esa condición de tener un espacio físico para perderse entre libros sigue siendo un detonante, algo que tenemos que hacer, replicar, defender año a año. Ahora nos salvamos de la penitencia, porque nos dejaron en penitencia cuando nos encontraron, pero me parece que tenemos que tener esa cabeza. Un espacio de convivencia, al que le hemos agregado un espacio de cuidados para que los adultos puedan tener sus horas adultas con los libros, que pueden ser hora compra, pueden ser hora lectura, pueden ser hora cafecito u hora charla. Y las infancias estarán protegidas, cuidadas y hasta instruidas”, agrega, en referencia a las múltiples actividades y espacios dedicados a niñas y niños.
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